Ver vídeo |
Como en el Serie 5, el pequeño de BMW recibe el sistema de recuperación de la energía de frenado, el desacoplamiento de sistemas auxiliares cuando no están funcionando o el que permite mejorar la aerodinámica cuando la refrigeración o los frenos no necesitan de un mayor caudal de aire. Al volante apenas hay diferencias que nos indiquen si la carrocería es de tres o de cinco puertas, ya que el Serie 1 mantiene una dinámica de paso por curva bastante alta, eficaz y, sobre todo, permitiendo disfrutar a su conductor. Bien es cierto que el Serie 1 es el único de su segmento con propulsión trasera y un reparto de pesos en vacío de 50/50 y eso se deja notar a la hora de conducir por zonas con muchas curvas. En nuestra toma de contacto sólo pudimos conducir el 120i, un motor de suave funcionamiento, con unos bajos más que razonables y con una respuesta rápida cuando hundimos el pié derecho en el acelerador. En zonas rápidas las suspensiones se muestran bastante firmes aunque no llegan a ser incómodas en ningún momento y mantienen la carrocería sin apenas movimientos parásitos. El eficaz control de estabilidad está pendiente en todo momento de que la parte trasera no se salga de la trayectoria marcada por el conductor, lo que es un alivio, porque sin este sistema conectado lo cierto es que habría que tener mucho cuidado con el gas en cuanto que el pavimento no estuviese completamente seco.

Más significativos son los cambios introducidos en los motores o la presencia que las nuevas tecnologías, como el sistema de arranque y parada automática, aportan en la búsqueda de reducir el consumo y, por consiguiente, las emisiones contaminantes. BMW sabe, y mucho, de motores y buena prueba de ello son toda esta nueva generación de mecánicas de gasolina y Diesel que con mayor potencia anuncian una rebaja considerable del consumo.
Ver vídeo |
Como en el Serie 5, el pequeño de BMW recibe el sistema de recuperación de la energía de frenado, el desacoplamiento de sistemas auxiliares cuando no están funcionando o el que permite mejorar la aerodinámica cuando la refrigeración o los frenos no necesitan de un mayor caudal de aire. Al volante apenas hay diferencias que nos indiquen si la carrocería es de tres o de cinco puertas, ya que el Serie 1 mantiene una dinámica de paso por curva bastante alta, eficaz y, sobre todo, permitiendo disfrutar a su conductor. Bien es cierto que el Serie 1 es el único de su segmento con propulsión trasera y un reparto de pesos en vacío de 50/50 y eso se deja notar a la hora de conducir por zonas con muchas curvas. En nuestra toma de contacto sólo pudimos conducir el 120i, un motor de suave funcionamiento, con unos bajos más que razonables y con una respuesta rápida cuando hundimos el pié derecho en el acelerador. En zonas rápidas las suspensiones se muestran bastante firmes aunque no llegan a ser incómodas en ningún momento y mantienen la carrocería sin apenas movimientos parásitos. El eficaz control de estabilidad está pendiente en todo momento de que la parte trasera no se salga de la trayectoria marcada por el conductor, lo que es un alivio, porque sin este sistema conectado lo cierto es que habría que tener mucho cuidado con el gas en cuanto que el pavimento no estuviese completamente seco.

Más significativos son los cambios introducidos en los motores o la presencia que las nuevas tecnologías, como el sistema de arranque y parada automática, aportan en la búsqueda de reducir el consumo y, por consiguiente, las emisiones contaminantes. BMW sabe, y mucho, de motores y buena prueba de ello son toda esta nueva generación de mecánicas de gasolina y Diesel que con mayor potencia anuncian una rebaja considerable del consumo.
Ver vídeo |
Como en el Serie 5, el pequeño de BMW recibe el sistema de recuperación de la energía de frenado, el desacoplamiento de sistemas auxiliares cuando no están funcionando o el que permite mejorar la aerodinámica cuando la refrigeración o los frenos no necesitan de un mayor caudal de aire. Al volante apenas hay diferencias que nos indiquen si la carrocería es de tres o de cinco puertas, ya que el Serie 1 mantiene una dinámica de paso por curva bastante alta, eficaz y, sobre todo, permitiendo disfrutar a su conductor. Bien es cierto que el Serie 1 es el único de su segmento con propulsión trasera y un reparto de pesos en vacío de 50/50 y eso se deja notar a la hora de conducir por zonas con muchas curvas. En nuestra toma de contacto sólo pudimos conducir el 120i, un motor de suave funcionamiento, con unos bajos más que razonables y con una respuesta rápida cuando hundimos el pié derecho en el acelerador. En zonas rápidas las suspensiones se muestran bastante firmes aunque no llegan a ser incómodas en ningún momento y mantienen la carrocería sin apenas movimientos parásitos. El eficaz control de estabilidad está pendiente en todo momento de que la parte trasera no se salga de la trayectoria marcada por el conductor, lo que es un alivio, porque sin este sistema conectado lo cierto es que habría que tener mucho cuidado con el gas en cuanto que el pavimento no estuviese completamente seco.

Más significativos son los cambios introducidos en los motores o la presencia que las nuevas tecnologías, como el sistema de arranque y parada automática, aportan en la búsqueda de reducir el consumo y, por consiguiente, las emisiones contaminantes. BMW sabe, y mucho, de motores y buena prueba de ello son toda esta nueva generación de mecánicas de gasolina y Diesel que con mayor potencia anuncian una rebaja considerable del consumo.
Ver vídeo |
Como en el Serie 5, el pequeño de BMW recibe el sistema de recuperación de la energía de frenado, el desacoplamiento de sistemas auxiliares cuando no están funcionando o el que permite mejorar la aerodinámica cuando la refrigeración o los frenos no necesitan de un mayor caudal de aire. Al volante apenas hay diferencias que nos indiquen si la carrocería es de tres o de cinco puertas, ya que el Serie 1 mantiene una dinámica de paso por curva bastante alta, eficaz y, sobre todo, permitiendo disfrutar a su conductor. Bien es cierto que el Serie 1 es el único de su segmento con propulsión trasera y un reparto de pesos en vacío de 50/50 y eso se deja notar a la hora de conducir por zonas con muchas curvas. En nuestra toma de contacto sólo pudimos conducir el 120i, un motor de suave funcionamiento, con unos bajos más que razonables y con una respuesta rápida cuando hundimos el pié derecho en el acelerador. En zonas rápidas las suspensiones se muestran bastante firmes aunque no llegan a ser incómodas en ningún momento y mantienen la carrocería sin apenas movimientos parásitos. El eficaz control de estabilidad está pendiente en todo momento de que la parte trasera no se salga de la trayectoria marcada por el conductor, lo que es un alivio, porque sin este sistema conectado lo cierto es que habría que tener mucho cuidado con el gas en cuanto que el pavimento no estuviese completamente seco.

Más significativos son los cambios introducidos en los motores o la presencia que las nuevas tecnologías, como el sistema de arranque y parada automática, aportan en la búsqueda de reducir el consumo y, por consiguiente, las emisiones contaminantes. BMW sabe, y mucho, de motores y buena prueba de ello son toda esta nueva generación de mecánicas de gasolina y Diesel que con mayor potencia anuncian una rebaja considerable del consumo.
Ver vídeo |
Como en el Serie 5, el pequeño de BMW recibe el sistema de recuperación de la energía de frenado, el desacoplamiento de sistemas auxiliares cuando no están funcionando o el que permite mejorar la aerodinámica cuando la refrigeración o los frenos no necesitan de un mayor caudal de aire. Al volante apenas hay diferencias que nos indiquen si la carrocería es de tres o de cinco puertas, ya que el Serie 1 mantiene una dinámica de paso por curva bastante alta, eficaz y, sobre todo, permitiendo disfrutar a su conductor. Bien es cierto que el Serie 1 es el único de su segmento con propulsión trasera y un reparto de pesos en vacío de 50/50 y eso se deja notar a la hora de conducir por zonas con muchas curvas. En nuestra toma de contacto sólo pudimos conducir el 120i, un motor de suave funcionamiento, con unos bajos más que razonables y con una respuesta rápida cuando hundimos el pié derecho en el acelerador. En zonas rápidas las suspensiones se muestran bastante firmes aunque no llegan a ser incómodas en ningún momento y mantienen la carrocería sin apenas movimientos parásitos. El eficaz control de estabilidad está pendiente en todo momento de que la parte trasera no se salga de la trayectoria marcada por el conductor, lo que es un alivio, porque sin este sistema conectado lo cierto es que habría que tener mucho cuidado con el gas en cuanto que el pavimento no estuviese completamente seco.

Más significativos son los cambios introducidos en los motores o la presencia que las nuevas tecnologías, como el sistema de arranque y parada automática, aportan en la búsqueda de reducir el consumo y, por consiguiente, las emisiones contaminantes. BMW sabe, y mucho, de motores y buena prueba de ello son toda esta nueva generación de mecánicas de gasolina y Diesel que con mayor potencia anuncian una rebaja considerable del consumo.
Ver vídeo |
Como en el Serie 5, el pequeño de BMW recibe el sistema de recuperación de la energía de frenado, el desacoplamiento de sistemas auxiliares cuando no están funcionando o el que permite mejorar la aerodinámica cuando la refrigeración o los frenos no necesitan de un mayor caudal de aire. Al volante apenas hay diferencias que nos indiquen si la carrocería es de tres o de cinco puertas, ya que el Serie 1 mantiene una dinámica de paso por curva bastante alta, eficaz y, sobre todo, permitiendo disfrutar a su conductor. Bien es cierto que el Serie 1 es el único de su segmento con propulsión trasera y un reparto de pesos en vacío de 50/50 y eso se deja notar a la hora de conducir por zonas con muchas curvas. En nuestra toma de contacto sólo pudimos conducir el 120i, un motor de suave funcionamiento, con unos bajos más que razonables y con una respuesta rápida cuando hundimos el pié derecho en el acelerador. En zonas rápidas las suspensiones se muestran bastante firmes aunque no llegan a ser incómodas en ningún momento y mantienen la carrocería sin apenas movimientos parásitos. El eficaz control de estabilidad está pendiente en todo momento de que la parte trasera no se salga de la trayectoria marcada por el conductor, lo que es un alivio, porque sin este sistema conectado lo cierto es que habría que tener mucho cuidado con el gas en cuanto que el pavimento no estuviese completamente seco.

Más significativos son los cambios introducidos en los motores o la presencia que las nuevas tecnologías, como el sistema de arranque y parada automática, aportan en la búsqueda de reducir el consumo y, por consiguiente, las emisiones contaminantes. BMW sabe, y mucho, de motores y buena prueba de ello son toda esta nueva generación de mecánicas de gasolina y Diesel que con mayor potencia anuncian una rebaja considerable del consumo.
Ver vídeo |
Como en el Serie 5, el pequeño de BMW recibe el sistema de recuperación de la energía de frenado, el desacoplamiento de sistemas auxiliares cuando no están funcionando o el que permite mejorar la aerodinámica cuando la refrigeración o los frenos no necesitan de un mayor caudal de aire. Al volante apenas hay diferencias que nos indiquen si la carrocería es de tres o de cinco puertas, ya que el Serie 1 mantiene una dinámica de paso por curva bastante alta, eficaz y, sobre todo, permitiendo disfrutar a su conductor. Bien es cierto que el Serie 1 es el único de su segmento con propulsión trasera y un reparto de pesos en vacío de 50/50 y eso se deja notar a la hora de conducir por zonas con muchas curvas. En nuestra toma de contacto sólo pudimos conducir el 120i, un motor de suave funcionamiento, con unos bajos más que razonables y con una respuesta rápida cuando hundimos el pié derecho en el acelerador. En zonas rápidas las suspensiones se muestran bastante firmes aunque no llegan a ser incómodas en ningún momento y mantienen la carrocería sin apenas movimientos parásitos. El eficaz control de estabilidad está pendiente en todo momento de que la parte trasera no se salga de la trayectoria marcada por el conductor, lo que es un alivio, porque sin este sistema conectado lo cierto es que habría que tener mucho cuidado con el gas en cuanto que el pavimento no estuviese completamente seco.

Más significativos son los cambios introducidos en los motores o la presencia que las nuevas tecnologías, como el sistema de arranque y parada automática, aportan en la búsqueda de reducir el consumo y, por consiguiente, las emisiones contaminantes. BMW sabe, y mucho, de motores y buena prueba de ello son toda esta nueva generación de mecánicas de gasolina y Diesel que con mayor potencia anuncian una rebaja considerable del consumo.
Ver vídeo |
Como en el Serie 5, el pequeño de BMW recibe el sistema de recuperación de la energía de frenado, el desacoplamiento de sistemas auxiliares cuando no están funcionando o el que permite mejorar la aerodinámica cuando la refrigeración o los frenos no necesitan de un mayor caudal de aire. Al volante apenas hay diferencias que nos indiquen si la carrocería es de tres o de cinco puertas, ya que el Serie 1 mantiene una dinámica de paso por curva bastante alta, eficaz y, sobre todo, permitiendo disfrutar a su conductor. Bien es cierto que el Serie 1 es el único de su segmento con propulsión trasera y un reparto de pesos en vacío de 50/50 y eso se deja notar a la hora de conducir por zonas con muchas curvas. En nuestra toma de contacto sólo pudimos conducir el 120i, un motor de suave funcionamiento, con unos bajos más que razonables y con una respuesta rápida cuando hundimos el pié derecho en el acelerador. En zonas rápidas las suspensiones se muestran bastante firmes aunque no llegan a ser incómodas en ningún momento y mantienen la carrocería sin apenas movimientos parásitos. El eficaz control de estabilidad está pendiente en todo momento de que la parte trasera no se salga de la trayectoria marcada por el conductor, lo que es un alivio, porque sin este sistema conectado lo cierto es que habría que tener mucho cuidado con el gas en cuanto que el pavimento no estuviese completamente seco.

Más significativos son los cambios introducidos en los motores o la presencia que las nuevas tecnologías, como el sistema de arranque y parada automática, aportan en la búsqueda de reducir el consumo y, por consiguiente, las emisiones contaminantes. BMW sabe, y mucho, de motores y buena prueba de ello son toda esta nueva generación de mecánicas de gasolina y Diesel que con mayor potencia anuncian una rebaja considerable del consumo.