BMW, la que más le debe a su nombre

En un mundo como el actual, lo queramos o no, la imagen es uno de los valores fundamentales; y, a la hora de comprar un coche, esa importancia aumenta de manera exponencial. Así lo ha sabido reflejar un estudio de la consultora FutureBrand que concluye que BMW, entre las automovilísticas de prestigio, es la que mejor gestiona su imagen de marca.

En un estudio en el que la consultora FutureBrand ha analizado 32 compañías, de las que la alemana BMW ha sido la que ha obtenido la puntuación más alta cuando se habla del valor aportado por el nombre de la marca al negocio. Estas técnicas palabras se resumen en el hecho de que los clientes están dispuesto a pagar un precio extra simplemente por conducir uno de los automóviles de la firma muniquesa.

La consultora ha usado para valorar algo tan intangible como la marca cuatro parámetros: control sobre la cadena de distribución, efectividad del márketing, visibilidad de la marca en los medios y su influencia en la decisión de compra.

BMW, siguiendo estos baremos, obtiene una puntuación de 27,1 sobre 100, lo que la coloca en la quinta posición sobre el total de marcas valoradas y en la primera entre las dedicadas a la fabricación de automóviles. Tras ella, en novena posición, está la alemana Mercedes, con un 25,9 sobre 100. Un poco más atrás en la clasificación podemos encontrar a Jaguar (25), Audi (26) y Lexus (32).

La clasificación general la encabeza la marca sueca de vodka Absolut, con un 29,6 sobre 100, seguida por Harley Davidson (29,5) y por la firma de joyería Tiffany (28,7).

Mercedes, la que más vale
FutureBrand ha calculado también el valor de venta de la marca. En esta clasificación, el número uno lo ostenta Mercedes. Comprar la marca Mercedes vale la nada despreciable cantidad de 24.656 millones de euros (4,1 billones de pesetas) mientras que para hacerse con el nombre de BMW habrá que desembolsar "sólo" 9.910 millones de euros (1,6 billones de pesetas).

El estudio de FutureBrand señala, además, que se está produciendo una tendencia clara entre las marcas de automóviles de convertirse simplemente en gestores de la marca. Así, el peso de la fabricación recae en los proveedores de componentes, que ya en la actualidad aportan el 70 por ciento del vehículo. Para los fabricantes, quedará la misión de diseñar los automóviles, tratar con los clientes y gestionar la imagen de marca.