Una vez cautivados por su imponente aspecto y por la calidad interior, llega el momento de la verdad, el de ponernos al volante. El viaje tiene trampa, porque ya eramos conscientes de la magnífica impresión que dejó la versión coupé, equipada con el mismo turbodiésel de 150 CV. Las sospechas pronto se confirman: su comportamiento es asombroso.El 320Cd Cabrio es un deportivo con un gran confort de marcha, suave y aplomado, que no rehuye para nada el apartado prestacional, a pesar de ser un Diesel. Sus 150 CV son, por ejemplo, capaces de parar el crono en 9,7 segundos al acelerar de 0 a 100 km/h. Tampoco su empuje es débil. Desde muy bajo régimen responde con solvencia, gracias a un elevadísimo par máximo (33,6 mkg), obtenido a tan sólo 2.000 vueltas. Y es que, incluso a 1.500 rpm, este descapotable dispone de un par máximo de 33,1 mkg, lo que trabaja en beneficio de las recuperaciones.Uno de los grandes aciertos de BMW ha sido asociar a este espectacular cuatro cilindros una caja de cambios manual de 6 velocidades. Con ella, se administra perfectamente la potencia, con unas relaciones muy cortas y una sexta velocidad endiablada que, lejos de servir únicamente para desahogar y reducir los consumos, permite acceder a la velocidad máxima del coche, estimada por el fabricante en 211 km/h.Por todo ello, y por su carrocería extremadamente rígida, el 320Cd Cabrio se muestra muy sobrio y preciso en zonas viradas, aunque es en autopista donde muestra sus mejores galas, sobre todo descapotado. Es una auténtica gozada circular a elevada velocidad, sin que ni motor ni viento causen molestias acústicas. En Alemania, donde no existe límite de velocidad en autopista, hemos tenido la ocasión de probarlo con el resultado mencionado. No obstante, es verdad que para resguardarnos del aire utilizamos el protector trasero cortavientos y subimos todas las ventanas, si no, otro gallo hubiera cantado…Con semejante comportamiento en carretera sería fácil presuponer un elevado gasto de combustible. Pues nada de eso. El 320Cd Cabrio destaca, precisamente, por su poco consumo, anunciado en 6,3 litros a los 100 km por el fabricante y corroborado por nuestro banco de pruebas en la versión coupé. De este modo, el descapotable presenta una autonomía cercana a los 1.000 kilómetros. El irrisorio gasto lo explica BMW a través de la eficiencia de su propulsor. El sistema de inyección common-rail de segunda generación, con bomba de combustible con regulación del caudal, somete exclusivamente a presión la cantidad de carburante necesaria. “Así –afirman en la marca alemana- el gasoil se inyecta a 1.600 bar, se dosifica con precisión y se nebuliza muy finamente con el fin de obtener el máximo de potencia consumiendo poco".La seguridad es otro de los elementos destacados del 320Cd Cabrio. El sistema ABS de cuatro sensores, junto al de distribución electrónica de la fuerza de frenado (EBV) y al de control dinámico de trayectoria (DSCIII), refuerzan con garantías la estabilidad del deportivo, incluso en situaciones comprometidas. Sus poderosos neumáticos 205/55, con llantas de 16 pulgadas, también le otorgan una buena sujeción al asfalto. No obstante, si estos elementos resultan insuficientes, cinturones con pretensores, airbags frontales y laterales, dos barras antivuelco telescópicas montadas en los reposacabezas posteriores y otra barra integrada en el marco del parabrisas se encargan de proteger a sus ocupantes.Ya como opciones, este descapotable ofrece luz automática de adaptación en curvas y sistema de control de las distancias al aparcar (PDC). De serie, también dispone de indicador de la presión de los neumáticos (RPA), un elemento muy útil.
BMW 320Cd Cabrio
Suave, ágil, rápido y con bajo consumo. El primer descapotable Diesel de BMW llega algo tarde, pero dispuesto a convertirse en una nueva referencia para los conductores más exigentes y pasionales. Puro gozo al volante…si dispones de 40.500 euros.
