Audi Cabrio

Las cualidades dinámicas y de representación del A4 no han sido alteradas en absoluto en su nueva versión Cabriolet, que presenta un exterior algo distinto, aunque igualmente robusto y contundente. Sin embargo, su aparente pesadez (toda la gama ronda los 1.600 kg) no será ningún obstáculo a la hora de hacer “volar" este vehículo por las carreteras: sus motores, de 2,4 y 3,0 litros, se encargarán de hacerlo despegar. Abróchense los cinturones.

Audi Cabrio
Audi Cabrio

Uno de los elementos más llamativos del nuevo A4 Cabriolet es la posibilidad de disponer -por primera vez en un descapotable de la marca- de un cambio automático Multitronic. Esta caja puede montarse junto al motor de 2,4 litros (con 170 CV) o al de 3,0 l (con 220 CV), con buenos resultados en ambos propulsores, gracias a su suavidad de funcionamiento.

En combinación con el motor de menor cubicaje, el Multitronic da resultados menos espectaculares, pues las recuperaciones son algo lentas y, a pesar de que los cambios se realizan con rapidez y el papel del conductor resulta más activo que en otras transmisiones automáticas, el ritmo es relajado, ofreciendo a los pasajeros un comportamiento caracterizado por la suavidad (aspecto ayudado por la amortiguación, que consigue un buen compromiso entre la comodidad y la deportividad, aunque prima la primera, algo lógico en un modelo de estas características).

Para los que quieran disfrutar al máximo de las cualidades dinámicas del nuevo Cabriolet, lo mejor será elegir el motor 3.0, de reacciones más vivas. Combinado con el cambio manual, se disfrutará al máximo en las carreteras reviradas. Una menor altura al suelo que la versión anterior (las suspensiones se han bajado en 20 mm) confiere una mayor estabilidad a este A4, que presenta un comportamiento ligeramente subvirador, aunque el ESP (Programa Electrónico de Estabilidad) y los distintos sistemas de ayuda a la frenada harán que las trazadas de las curvas se realicen sin problemas.

La protección a los pasajeros se completa con un chasis que presenta una rigidez torsional dos veces más alta que en el modelo anterior y dos arcos de seguridad. Uno de ellos es el integrado en el parabrisas, que presenta un marco cromado como seña distintiva. El segundo se activa automáticamente en caso de vuelco y está situado tras los reposacabezas de los asientos traseros.

Para disfrutar de una conducción a cielo abierto, como la que ofrecen estos modelos, hay que desembolsar de 37.400 a 44.650 euros (entre 6.223.000 y 7.429.000 pesetas). Sin embargo, puede que ninguna de las versiones actuales satisfaga a los amantes de las sensaciones límite o a los devoradores de kilómetros. Aunque tendrán que esperar un poco más, no hay problema: el A4 Cabriolet Quattro y una versión Diesel 2.5 aterrizarán en el mercado europeo el año que viene.

Uno de los elementos más llamativos del nuevo A4 Cabriolet es la posibilidad de disponer -por primera vez en un descapotable de la marca- de un cambio automático Multitronic. Esta caja puede montarse junto al motor de 2,4 litros (con 170 CV) o al de 3,0 l (con 220 CV), con buenos resultados en ambos propulsores, gracias a su suavidad de funcionamiento.

En combinación con el motor de menor cubicaje, el Multitronic da resultados menos espectaculares, pues las recuperaciones son algo lentas y, a pesar de que los cambios se realizan con rapidez y el papel del conductor resulta más activo que en otras transmisiones automáticas, el ritmo es relajado, ofreciendo a los pasajeros un comportamiento caracterizado por la suavidad (aspecto ayudado por la amortiguación, que consigue un buen compromiso entre la comodidad y la deportividad, aunque prima la primera, algo lógico en un modelo de estas características).

Para los que quieran disfrutar al máximo de las cualidades dinámicas del nuevo Cabriolet, lo mejor será elegir el motor 3.0, de reacciones más vivas. Combinado con el cambio manual, se disfrutará al máximo en las carreteras reviradas. Una menor altura al suelo que la versión anterior (las suspensiones se han bajado en 20 mm) confiere una mayor estabilidad a este A4, que presenta un comportamiento ligeramente subvirador, aunque el ESP (Programa Electrónico de Estabilidad) y los distintos sistemas de ayuda a la frenada harán que las trazadas de las curvas se realicen sin problemas.

La protección a los pasajeros se completa con un chasis que presenta una rigidez torsional dos veces más alta que en el modelo anterior y dos arcos de seguridad. Uno de ellos es el integrado en el parabrisas, que presenta un marco cromado como seña distintiva. El segundo se activa automáticamente en caso de vuelco y está situado tras los reposacabezas de los asientos traseros.

Para disfrutar de una conducción a cielo abierto, como la que ofrecen estos modelos, hay que desembolsar de 37.400 a 44.650 euros (entre 6.223.000 y 7.429.000 pesetas). Sin embargo, puede que ninguna de las versiones actuales satisfaga a los amantes de las sensaciones límite o a los devoradores de kilómetros. Aunque tendrán que esperar un poco más, no hay problema: el A4 Cabriolet Quattro y una versión Diesel 2.5 aterrizarán en el mercado europeo el año que viene.