Así son las 24 Horas de Le Mans para un periodista de motor

Poder viajar a las 24 Horas de Le Mans es un sueño que algunos periodistas de motor cumplen. Esta es mi experiencia en la edición 84º de la mítica carrera de resistencia.

Rubén Leal. Twitter: @Rubenleal_motor

Así son las 24 Horas de Le Mans para un periodista de motor
Así son las 24 Horas de Le Mans para un periodista de motor

El año 2016 me preparaba la sorpresa de poder viajar por primera vez a las 24 Horas de Le Mans, una carrera de resistencia de la que mucho se oye hablar entre los aficionados al automóvil y que, salvo que tengas la televisión de pago en España, difícilmente vas a poder seguir en directo (al menos en buena calidad y con los comentaristas españoles). No será por falta de despliegue para la retransmisión televisiva allí, porque prácticamente no queda sin cubrir por las cámaras (hay tres helicópteros de televisión siguiendo la carrera) ni uno de los centímetros de los 13,629 kilómetros que tiene el trazado de la Sarthe, una circuito semipermanente que acoge tan sólo unas pocas carreras al año, entre ellas de la que estamos hablando.

El espectáculo para nosotros comenzó el viernes, justo desde que nuestro avión empezó a aterrizar en Le Mans. Por suerte, tocábamos suelo en el aeropuerto privado que se ubica a pocos metros del circuito. El mal cuerpo de algunos por el temporal que vivimos durante el vuelo se va desvaneciendo y deja paso a las miradas atónitas por la increíble vista que tenemos desde el cielo.

A los pocos minutos de bajar la maleta del avión, nos desplazabamos hasta el circuito, en el que ya hay ambiente de carreras y la gente pasea, a pesar de que lo ‘único’ que se puede realizar es el ‘pitwalk’ (paseo por el box y por el circuito). La clasificación ya estaba decidida desde el día anterior y colocaba a los dos Porsche en primer lugar, seguidos de los Toyota y de los Audi.

Ese mismo día, por el centro de la ciudad tuvo lugar el desfile de pilotos por el centro de la ciudad de Le Mans, conocido como Driver’s Parade. Poco más nos dejaba el día, por lo que tocaba cenar bien y prepararse para la larga jornada que nos esperaba al día siguiente.

Pit-lane en las 24 Horas de Le Mans 2016

El sábado empezaba temprano y nos acercábamos para visitar el box de Porsche (la marca que nos invitaba a pasar el fin de semana allí) de LMP1, en el que sorprende el despliegue que la marca hace para la que es posiblemente la carrera más importante del WEC. El tiempo va pasando y el circuito se va llenando a la gente, preparándose para el comienza de la carrera, a las 15:00 horas. Pero antes nos quedaba poder entrar en el ‘pit-lane’ para ver cómo cada equipo iba sacando los coches desde el garaje hasta la parrilla de salida. El problema era que los periodistas no teníamos la pulsera que nos permitía el acceso a esa zona, pero siempre es buena tener amigos en algún equipo para entrar a través de su garaje…

El ambiente que hay en el ‘pit-lane’ en los minutos previos al inicio de la carrera es increíble y la cantidad de gente que pasea por allí casi hace invisibles a los coches y a los mecánicos que luchan para tener el coche a punto para la salida. Sorprende la accesibilidad que tienes, porque perfectamente puedes estar ‘encima’ del mecánico mientras aprieta bien la tuerca de una rueda o termina de llenar de gasolina el coche (con sus ciertos límites). Hasta tuve que apartarme en un momento dado para que los mecánicos de Audi no me atropellaran al empezar a empujar el monoplaza.

Salíamos airosos de la zona de boxes y nos íbamos directamente a la zona de las ‘Curvas de Porsche’ para ver la salida. No era el mejor sitio para ver en directo la bandera de cuadros que da comienzo a la prueba, pero había una pantalla de televisión grande que nos permite verlo todo con gran detalle y el enlace de curvas en el que estamos no ‘pintaba’ nada mal. Además, estaba empezando a llover y es de los pocos sitios donde íbamos a estar a cubierto.

Chevrolet Corvette de GTE-Pro en las 24 Horas de Le Mans 2016

La primera hora pasó sin nada de emoción, con un ‘safety car’ que se mantenía en la pista (para algunos un tiempo excesivo) por la lluvia. Una vez arrancada la carrera, empezábamos a oír rugir a los coches, entre los que sorprenden los Chevrolet Corvette de la categoría GTE-Pro, con un motor de gasolina V8 capaz de callar a cualquier de los coches del resto de equipos, incluso de los que pertenecen a categorías superiores.

A partir de aquí nos toca movernos ‘a nuestro aire’ por los alrededores del circuito, que no es pequeño precisamente. Una visita obligatoria es la de las zonas de parking que hay cerca de la recta Hunaudières, en la que los propietarios de coches deportivos de marcas como Porsche, Ferrari, Jaguar o Mercedes duermen en tiendas de campaña. Algo, sin duda, digno de ver en vivo y en directo.

Hay quien decide no dormir durante toda la carrera, pero 24 horas despierto y teniendo que trabajar durante todo el día y durante la semana siguiente, no pueden aguantarlo todos los cuerpos y rendir al 100 por ciento en el trabajo. Decidimos descansar unas tres horas y volver sobre las 7 de la mañana para ver las últimas horas de carrera, no sin antes subir a la famosa noria, desde la que, por supuesto, se ve un tramo del circuito, otra atracción de feria tipo lanzadera y hasta los puestos de comida y demás tiendas de merchandising que se ubican en una zona específica en las aproximaciones del trazado.

La última hora decidimos pasarla en el ‘media center’ del equipo Porsche, 60 minutos de lo más apasionante y en los que ya sabemos lo que pasó…(puedes leerlo aquí si aún no te has enterado de la crónica de las 24 Horas de Le Mans 2016).

Aplausos en Porsche y caras largas en el garaje de Toyota. Otro año será para la marca japonesa, que, para muchos, se merecía ganar. Y a punto estuvo de lograrlo.

Si la carrera terminó a las 15:00 horas del domingo, nosotros a las 15:30 ya estábamos en el aeropuerto de nuevo para coger el avión de vuelta.

El cuerpo y la mente cansados, pero la adrenalina aún presente por el emocionante desenlace. Quien diga que no mereció la pena el viaje, no se merece volver a la Sarthe. Aquel fin de semana fue sencillamente mágico.

Larga vida a las 24 Horas de Le Mans.

También te puede interesar

Fórmula 1 de Mercedes frente a Porsche 919 Hybrid de Le Mans, ¿cuál es más rápido?

No todo es Fórmula 1: cómo disfrutar de las carreras y los rallyes