Más impuestos a los carburantes, limitaciones de tráfico, prohibiciones para aparcar… ¿Qué es lo próximo a lo que puede enfrentarse el automovilista? Pues a peajes variables en la entrada a las grandes ciudades. Sí, no es broma. De hecho, tal y como informa El País, ya se prueba en algunas metrópolis del mundo, como Dallas, y a través de una empresa española, Ferrovial. ¿Llegará este sistema inteligente a España entonces?
Es, desde luego, lo que propuso ayer una entidad tan importante como la patronal de grandes constructoras y concesionarias Seopan. Aprovechando probablemente las nuevas iniciativas anti-contaminantes y la decisión firme de ayuntamientos como el de Madrid y Barcelona en la lucha contra las emisiones, esta organización ha presentado un informe realizado por la consultora A.T.Kearney donde asegura que con peajes variables en las entradas a las grandes ciudades, como Madrid y Barcelona, se reduciría la congestión entre un 30 y un 50 por ciento en horas puntas, rebajando las emisiones de CO2 en un 15% y evitando hasta 150 horas al año de atasco por conductor.
Así funcionan los peajes inteligentes variables
Pero, ¿cómo funcionan exactamente estos peajes de entrada a las ciudades? Basados en el concepto de que “cuanto más tráfico, más se paga", estos peajes realizan un cobro variable y electrónico de dinero atendiendo al tráfico en tiempo real para establecer así carriles rápidos en los que se garantiza una velocidad concreta.
Estos peajes variables los paga el conductor en principio de manera electrónica, con una pegatina que lleva el vehículo para no tener que parar en la entrada a la vía de pago. Según el estudio presentado por Seopan, el sistema se podría aplicar en dos escenarios: uno, con tarifas de 1 céntimo por kilómetro para vehículos ligeros y 5 céntimos para pesados; y otro, con tarifas de 3 céntimos por kilómetro para turismos y 14 para vehículos pesados.
El objetivo además de estos peajes variables es dotar de recursos necesarios que resuelvan el déficit de inversión y mantenimiento en la red tarificada o, en caso de seleccionar el más caro, también en la red no tarificada. La patronal considera que así se puede dotar, al mismo tiempo que se reducen las emisiones, de nuevos fondos a las administraciones para que lo inviertan en infraestructuras. "España debe potenciar la inversión privada y la financiación de las infraestructuras viarias por parte del usuario para mejorar la movilidad, aumentar la calidad de vida de los ciudadanos españoles y contribuir a la equidad social entre regiones, al tiempo que se garantiza la sostenibilidad del sistema", ha explicado el presidente de Infraestructuras de A.T. Kearney, Eugenio Prieto, según recoge El País.
Además, el informe de A.T. Kearney también considera que habría que extender aún más los peajes por todas las carreteras de España de gran capacidad (autopistas y autovías), con nuevas concesiones a 25 años. Según aseguran, en nuestro país sólo el 18 por ciento de estas vías son de pago.