Notarios del automóvil

Que un coche llegue a producción no es una tarea fácil. El INTA (Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial) lo sabe y pone todo tipo de impedimentos, en pro de la seguridad, para que los vehículos homologados sean realmente fiables. Pruebas de impacto, comprobación de cinturones, determinación de consumos y de emisiones…

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Es un secreto a voces: sólo con "vehículos súper-inteligentes y con conductores más formados se puede reducir la mortalidad en las carreteras". Ricardo Chicharro, responsable del Centro de Experimentación – Certificación de Vehículos y Tecnológico para la Seguridad del Transporte, defiende esta teoría. Estuvo charlando con nosotros acerca de la importacia de la formación de los conductores y nos indicó cómo sería el coche inteligente de sus sueños. Lo mejor es que ese automóvil está cada vez más próximo. ¿Igual de cerca que una formación integral para los conductores?

Imagina que un día, al arrancar el coche, oyéramos esto:

“Buenos días, Ricardo, tienes 'taitantos' años, llevas detrás de un volante casi 40 años, no has tenido ningún accidente y nunca te han puesto una multa. Además, hoy hace buen día, las vías están secas y luce el sol. Hoy, te concedo 150 CV para tus desplazamientos" Esa misma tarde, el mismo automóvil… “Buenas tardes, Andrés, tienes 21 años, te sacaste el permiso de conducir el pasado año, has recorrido unos 10.000 km, no has tenido ningún accidente, pero hace dos meses te llevaste un buen susto por pisar el acelerador cuando no debías. Hoy, te concedo 50 CV de potencia para tus desplazamientos". Estos son ejemplos de los mensajes que nos ofrecería nuestro automóvil cuando nos sentáramos a los mandos y tras indentificarnos con la huella digital. De esta forma, adaptando la potencia del coche a la persona que lo conduce, según Ricardo Chicharro, se reducirían bastante los siniestros de tráfico. La enseñanza del civismo al volante es la asignatura pendiente de todas las sociedades. Por eso, Chicharro trabaja en la actualidad en un importante proyecto que ofrezca una respuesta global a esta demanda a través de la educación vial. Desde la guardería, la formación en esta materia tiene que ser rígida y persistente, sólo así se consiguirán cosechas de buenos conductores, nos explica. Claro, hay que plantar primero...
Ricardo Chicharro, del INTA, es partidario de la conducción acompañada, siempre y cuando ésta se realice con una persona que ofrezca el máximo de garantías. Mediante el uso de simuladores de conducción, como el que existe en el INTA y que sirve para formar a transportistas profesionales, sería posible que los nuevos conductores estuvieran preparados para cualquier contratiempo. Cuando uno va al volante, es necesario tener metida en la cabeza esta frase: “por si acaso". Ricardo es muy gráfico explicándonos este ejemplo. “En un cambio de rasante, aunque no haya una señal específica que nos lo diga, lo mejor es levantar el pie del acelerador. ¿Por qué? Por si acaso hay una vaca en medio…". Los usuarios deben leer los caminos y prever las situaciones de peligro, hay que aprender a “leer las curvas" y trazarlas de la mejor manera posible. Para que los conductores se equivoquen una y otra vez y que aprendan, así, a hacerlo bien, Chicharro anima a usar los simuladores. Es la manera más barata y menos dañina de aprender, asegura. A Ricardo Chicharro no le hacen mucha gracia los últimos anuncios de la Dirección General de Tráfico. Para este ingeniero industrial especializado en seguridad vial, mostrar sangre en la televisión no sólo es desagradable, sino que, en ocasiones, puede resultar contraproducente. Él está trabajando con grupos de jóvenes de todas las edades y condiciones sociales, para saber qué pasa por sus cabezas en relación con los accidentes de tráfico. Ya hay varias ideas y Ricardo está pensando cómo llevarlas a la pequeña pantalla. Nada de accidentes. Nada de sangre. Sólo se sugieren temas. Se advierte. Se recuerda. ¿Funcionarán? Esperemos que sí.