No por esperada la noticia es menos triste. Sergio Marchionne ha fallecido tras pasar dos días en coma irreversible. Marchionne, hasta hace unos días presidente del Grupo Fiat (FCA), fue sustituido por Mike Manley en una reunión extraordinaria tras la que se confirmó la delicada salud de la cabeza visible del grupo.
De momento no ha habido ningún comentario público desde FCA pero seguro que las palabras de cariño hacia la familia no se hacen esperar. John Elkann, el presidente y propietario del consorcio italo-americano, destacó de Marchionne sus “cualidades humanas, su generosidad y la forma en que entendía a la gente", tras conocerse su ingreso en la unidad de cuidados intensivos debidos a un coma irreversible.
Hace tiempo que la salud de Sergio Marchionne preocupaba a sus más allegados, pues se rumoreaba que el máximo dirigente del conglomerado automovilístico se estaba enfrentando a un agresivo cáncer. Quizás agravado por esta situación, una intervención de hombro acabó por complicarse y semanas después el CEO de Fiat ha fallecido en un hospital de Zurich (Suiza), donde se encontraba ingresado.
Sergio Marchionne, el hombre que encabezó el renacimiento de Fiat
Sergio Marchionne nació en Chieti, una región al este de Italia, aunque pronto se mudó con sus padres a Estados Unidos y, más tarde, a Canadá, donde forjó su carrera académica con el estudio de Filosofía, Economía y Derecho, además de un MBA en Toronto. Poco después, Marchionne se incorporaría como contable a la consultora Deloitte, donde dio inicio a su carrera profesional.
Al contrario de lo que pudiera parecer, la mayor parte de su vida la pasó alejado del mundo del motor. Poco a poco fue escalando posiciones y ocupando cargos de mayor responsabilidad, aunque siempre alejado del olor de la gasolina, llegando a presidir empresas como Algroup o SGS. No sería hasta 2004 cuando formara parte del consejo de administración de Fiat.
Desde ese momento, la imagen de Sergio Marchionne se agrandó hasta convertirse en uno de los hombres más importantes del mundo de la automoción. Su jersey azul se hizo un hueco entre los trajes del resto de consejeros y competidores y consiguió rescatar a Fiat, entonces en números rojos y con unas pérdidas por valor de dos millones de euros diarios.
A partir de ahí, la histórica firma italiana ha conseguido huir de los número rojos (a excepción del año 2009) y logró hacerse con Chrysler, la firma que tradicionalmente había sido la referencia en Estados Unidos, una maniobra que empezó a cimentarse con la salida de Fiat del Grupo General Motors, que pagó 2.000 millones de euros para su salida. Con ese dinero, Marchionne comenzó a recuperar activos en manos de los bancos.
La jugada pronto dio resultados y más tarde acabaría por repetirla con Ferrari, que tenía casi todos sus activos en manos de los bancos. Tras recuperarlos todos, y ya como presidente de la firma a partir de 2014, Il Cavallino salió a bolsa, experimentando un singular crecimiento en poco tiempo que le ha llevado a aumentar sus beneficios en un 18,4 por ciento en el primer trimestre de este año.
Pese a sus éxitos, Marchionne también ha tenido que enfrentarse a algunas decisiones polémicas para conseguir los anteriores resultados. Sus conflictos con patronal y sindicatos han sido muy numerosos, desde que ocupara su cargo como CEO de Fiat. Además, por el camino ha caído en desgracia Lancia, a la que se le terminó por dar carpetazo para acabar con las pérdidas que acarreaba.
Para entender lo que ha supuesto la figura de Sergio Marchionne en el mundo del automóvil, nada como comprobar los movimientos de sus inversores. Poco después del anuncio de su situación en estado de coma, las acciones de Fiat y Ferrari caían un tres por ciento.