La automoción cierra un mal año 2002

La automoción española no recordará con cariño el año 2002. Los fabricantes instalados en nuestro país cerraron el ejercicio sin lograr un mínimo aumento en su rentabilidad. El sector pierde peso en el panorama industrial del país.

Ford acelera el ritmo de producción de nuevos modelos
Ford acelera el ritmo de producción de nuevos modelos

Durante 2002, el volumen de facturación de las marcas que operan en España ascendió a 39.843 millones de euros, un 0,7 por ciento menos que en 2001. Esta caída de la recaudación contrasta con el aumento de la inversión, que, a lo largo del año pasado, llegó a los 1.890 millones de euros, una cifra ligeramente superior a la registrada en 2000 y 2001.

Estos datos, hechos públicos por la patronal de los fabricantes, Anfac, demuestran que el año pasado no fue para nada memorable. Los precios no pudieron subir para no hundir la demanda, con lo que las ganancias fueron mínimas, lo justo para no entrar en pérdidas.

La cifra definitiva de fabricación en España durante 2002 fue de 2.855.239 unidades, un uno por ciento más que en 2001. De ellas, el 81,5 por ciento se destinó a la exportación, medio punto porcentual menos que un año antes. En los cuatro primeros meses de 2003, este apartado de la exportación ha crecido un 9,7 por ciento, con unas ventas al exterior de 10.329 millones de euros, un 4,2 por ciento más que entre enero y febrero de 2002.
El principal destino de los coches montados en España es Francia, país al que se va un 33 por ciento de los vehículos exportados. En lo que atañe a la macroeconomía, el sector del motor emplea a 72.600 personas, 200 más que en 2002, mientras que el empleo indirecto llega a los dos millones de personas.

Los coches aportan 5,7 por ciento al Producto Interior Bruto, un 0,3 por ciento menos que en 2002, con lo que se aprecia un retraimiento en la importancia del sector en la economía española. Sin embargo, sigue siendo el ramo que más dinero aporta a la Hacienda Pública, con 19,765 millones de euros. Estos casi 20.000 millones de euros que los coches aportan al Fisco es la baza fundamental que Anfac baraja a la hora de reivindicar los derechos del sector ante la Administración.
Para Jesús Ruiz Beato, presidente de la patronal, esta aportación económica da legitimidad a los fabricantes a la hora de reclamar.
Entre sus principales peticiones destacan la renovación del Plan Prever, un punto que el Gobierno tiene paralizado y que no parece claro si llegará algún día.
Lo mismo sucede con la ficalidad del automóvil, viejo caballo de batalla de los fabricantes, que reclaman constantemente el fin del impuesto de matriculación.