Ford entra en la inyección directa de gasolina

La marca estadounidense Ford ha dado un paso muy llamativo en la evolución de sus productos. Acaba de presentar un motor de inyección directa de gasolina, una tecnología muy discutida en los últimos tiempos. El nuevo propulsor es un 1,8 de 130 CV.

Ford entra en la inyección directa de gasolina
Ford entra en la inyección directa de gasolina

Presentado en Viena, Austria, durante el 24 Simposio Internacional de Motores, este Duratec constituye un espaldarazo a la tecnología de inyección directa de gasolina, una técnica muy criticada en algunos sectores.

El motor se denomina SCI, que significa Smart Charge Injection, o, lo que es lo mismo, inyección de carga inteligente. Se ha construido sobre la base del Duratec de cuatro cilindros que llevan los Ford Mondeo. Sobre ese esquema, con el aluminio como elemento básico, se ha reelaborado toda la inyección y se ha diseñado una culata nueva. El sistema utiliza la técnica de la inyección estratificada, que se basa simplemente en meter en los cilindros lo que se conoce como mezcla pobre, es decir, una relación de gasolina y aire en la que hay menos combustible de lo normal.
Esta mezcla, que difícilmente se inflamaría en un motor normal, explota perfectamente dentro de este tipo de motores. Para ello, una delicada combinación de mecanismos de apertura y cierre de las válvulas y mariposas de admisión, además de una serie de relieves tallados en los cilindros y pistones, se encargan de colocar la mezcla en el punto óptimo para que la bujía la inflame. La presión de inyección, como sucede con la tecnología common rail, es muy elevada: 120 bares. Gracias a este sistema, el motor, en determinadas circunstancias de uso, gasta mucho menos combustible (hasta un ocho por ciento menos, dice Ford) y genera menos contaminación.

Estos motores tienen un inconveniente: generan mucho óxido de nitrógeno, un elemento nocivo para los catalizadores. Para eliminarlo, lleva lo que se conoce como trampa NOX, un dispositivo que “atrapa" el óxido de nitrógeno. Sin embargo, esta trampa se satura y, para limpiarse, necesita altísimas temperaturas. La única forma de lograrlas es inyectando más combustible en el motor. Así, periódicamente y durante unos segundos, el motor deja de funcionar en carga estratificada y pasa a trabajar como un motor normal para elevar la temperatura. El gasto de gasolina se dispara en esos momentos.

También se dispara cuando pasamos de unas determinadas revoluciones. A plena carga, el motor no puede rendir con mezcla pobre, con lo que la informática autoriza la inyección de más combustible.

Ford ha trabajado con Robert Bosch en el desarrollo de este motor y su peculiar sistema de encendido. Además, ha puesto a punto una caja de cambios denominada MMT6 con seis desarrollos muy largos, orientada precisamente a facilitar el ahorro de combustible.

El conjunto final es un grupo propulsor que desplaza 1,8 litros y libera 130 CV. En principio, estará disponible con el Mondeo a partir del segundo semestre de 2003.

En Ford hacen mucho hincapié en que el sistema SCI funciona bien cuando se circula despacio y con el motor a media carga, como, por ejemplo, en el tráfico urbano de cada día. Sin embargo, como hemos visto, por encima de cierto régimen, o en algunos momentos de su ciclo natural de funcionamiento, el sistema no sólo no ahorra, sino que necesita más alimento.

Estas pegas hacen pensar a muchos expertos que la inyección directa de gasolina está lejos de ser la panacea: cara, de mecánica muy delicada y, para colmo, sólo es realmente eficaz en condiciones muy concretas y limitadas.

Esto ha llevado a marcas como Renault (IDE) a retirarse de la carrera de la inyección directa de gasolina. Otras, como Mitsubishi (GDI) o Volkswagen-Audi (FSI), avanzan mucho más despacio de lo previsto.
La irrupción de Ford en este mercado es aire fresco para los que apoyan estas técnicas. Habrá que ver qué éxito tiene.