La polémica está servida, y nos aventuramos a presagiar que más que lo estará. Este próximo otoño podría presentarse como una estación “caliente" de nuevo en el sector del taxi si el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid son capaces de sacar adelante algunas de las iniciativas que tienen previstas. No será fácil, pero ambos organismos han comenzado a dar pasos para modernizar un servicio que consideran que tiene mucho margen de mejora.
El antecedente hay que buscarlo en el nuevo reglamento del taxi que aprobó el pasado mes de abril la Comunidad de Madrid. En él, directamente ya se apuntaba a la posibilidad de pactar en el servicio un precio fijo y cerrado, además de nuevos servicios como por ejemplo la pre-contratación de viajes compartidos. Aprovechando esta iniciativa, ahora es el Ayuntamiento de Madrid quien toma el testigo y promueve ya una modificación de la ordenanza municipal para poder adaptarse a esta nueva normativa regional.
Así, y a pesar de que la nueva reglamentación de la Comunidad de Madrid ya fue recurrida por la Federación Profesional del Taxi ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM), y que, por cierto, ha sido ya admitida a trámite, es el propio Ayuntamiento de Madrid el que anuncia que va a abrir una próxima consulta pública con el sector del taxi para iniciar el proceso de adaptación y modificación de su ordenanza, tal y como informa hoy el diario ABC.
Con esta consulta previa a la modificación del servicio, el Ayuntamiento de Madrid perseguiría sobre todo poder incluir un precio cerrado en las carreras de los taxis, así como la posibilidad ya comentada de compartir viajes. El objetivo inicial del consistorio es recabar la opinión de los representantes de las más de 15.000 licencias de taxi de la capital y anunciarles sus propuestas.
Porque además esta modificación de la regulación aspira a introducir también otras importantes novedades en el sector. En el espacio de debate que el Ayuntamiento ha abierto para iniciar la reforma de la norma, hay recogidas ya al menos 9 preguntas importantes sobre el futuro del servicio. Una de ellas, por ejemplo, sería cómo mejorar los exámenes para obtener el permiso de conducción del taxi, pero también conocer cuáles deben ser los descansos obligatorios con el fin de equilibrar el número de licencias o la accesibilidad para personas con diversidad funcional.
Sin embargo, otra de las preguntas y propuestas que más polémica seguramente traerá es la que guarda relación con la posibilidad de establecer un uniforme obligatorio, o bien mantener criterios genéricos. También se quiere debatir qué requisitos medioambientales deberían exigirse a los taxis o la opción de incluir un sistema de licencia por puntos. Veremos en los próximos meses en qué quedan todas estas propuestas.