Aunque de momento nos pilla un poco lejos esta información… si funcionan y cumplen su misión, es muy probable que no tarden en llegar a nuestro país. Nueva Gales del Sur (Australia) ha lanzado las primeras cámaras del mundo especializadas en detección de teléfonos móviles y su uso mientras se conduce.
En Australia hacer o recibir llamadas de voz mientras se conduce es legal siempre y cuando se use el manos libres. El uso de las redes sociales, la cámara de fotografías y las videollamadas está totalmente prohibido al volante.
Este nuevo dispositivo de tráfico, según la agencia gubernamental de Transporte de Nueva Gales del Sur, conseguirá reducir a un tercio las muertes en las carreteras australianas en dos años. Y es que, según esta agencia, en lo que va de año han muerto en las carreteras de Nueva Gales del Sur 329 personas, en comparación a las 354 que fallecieron al volante en 2018. Para 2021, el estado ha asegurado que pretende reducir el número de muertes en carretera en un 30%.
Cómo funcionan las cámaras que detectan el uso del móvil
Estás cámaras de detección utilizan inteligencia artificial para revisar las imágenes captadas y detectar si se está haciendo un uso ilegal del teléfono móvil. Las imágenes que puedan contener un conductor haciendo un mal uso del teléfono en el coche se reenvían mediante un sistema automático al personal autorizado para que verifique la ilegalidad.
“Es un sistema para cambiar la cultura", ha explicado en rueda de prensa el comisionado asistente de policía de Nueva Gales del Sur, Michael Corboy, quien ha detallado que las cámaras funcionan de día de noche y en todas las condiciones climáticas.
Aquí en España, la DGT cuenta con cámaras de vigilancia del cinturón de seguridad que también sirven para controlar el uso del teléfono móvil mientras se conduce. En total son 216 cámaras que captan imágenes de los conductores y que permiten, a un tiempo, comprobar si la persona al volante circula correctamente.
La cámara detecta la matrícula y el modelo del coche grabándolo desde la parte delantera. Las imágenes, enviadas a un centro de tratamiento de denuncias, son analizadas por un programa informático capaz de discriminar entre las imágenes que podrían ser constitutivas de una infracción y las que no.
Una vez realizada la distinción entre las fotografías, las susceptibles de ser utilizadas como prueba en una denuncia son enviadas a unos técnicos que evalúan si en la imagen se ve al conductor manipulando el teléfono móvil. En caso de que esto sea así, la imagen se envía a la jefatura provincial de Tráfico correspondiente para que denuncie los hechos.