Frigoríficos convertidos en falsos radares

¿Frigoríficos y televisores camuflados como falsos radares para evitar que la gente corra con el coche? No se trata de una broma, sino de una iniciativa real. Está ocurriendo en Lituania, donde, por motivos económicos, apenas hay dispositivos de control de velocidad en las carreteras. Y lo más increíble es que funciona...

Alejandra Otero

Frigoríficos convertidos en falsos radares
Frigoríficos convertidos en falsos radares

Curiosa cuanto menos es una campaña que se ha llevado acabo en Lituania: poblar las carretera de radares falsos para obligar a los conductores a levantar el pie del acelerador. La idea la firma la agencia Mooz y ha servido para ahorrar al Estado 25 millones de euros.

 

Para ello, se han utilizado viejos electrodomésticos que, en vez de acabar en la calle tirados, han sido modificados para hacerse pasar por dispositivos de control de velocidad. En concreto, los más utilizados han sido frigoríficos y televisores que, tras pasar por un sencillo 'tuneo', se han convertido en falsos radares.

 

En total, 70 de estos 'dispositivos' han sido colocados de forma estratégica en las carreteras de Lituania. Los lugares escogidos son de alto riesgo como colegios o carreteras de baja visibilidad. Las neveras y televisores vistiendo como radares han estado operativos durante cuatro meses y, según los datos recogidos, se concluye que la iniciativa ha sido un éxito, ya que los datos de siniestralidad han bajado en dichos puntos.

 

Y es que en 2010, el gobierno lituano aprobó un plan para instalar 160 radares en las carreteras del país. El mismo se hizo imposible por motivos económicos: la disposición de los mismos le compete a una empresa privada y el coste de cumplirlo se elevaba a 25 millones de euros. Un gasto que la administración no podía cumplir: finalmente, sólo 17 dispositivos fueron colocados.

 

Aprovechando una campaña de la organización ecológica Latvian Gren Dot de reciclaje de electrodomésticos, la agencia Mooz tuvo la idea para matar dos pájaros de un tiro: utilizar dichos aparatos como falsos radares. Si bien la idea puede parecer descabellada, lo cierto es que ha sido efectiva en este pequeño país del norte de Europa. Como respuesta a la crisis que asola a numerosos estados del Viejo Continente, podría ser una práctica que comenzaran a copiar otros países.