Las cuentas parece que no salen, y las fechas tampoco. Tras el primer impacto que generó en la sociedad el anuncio de un nuevo Impuesto al Diesel, la Ministra de Hacienda, María Jesús Montero, aseguró que la subida tendría una repercusión al final menor de lo esperado en el bolsillo de los conductores: en total, calculaba un incremento de 3,3 euros de media al mes, entendiéndose un conductor tipo que realiza unos 15.000 kilómetros al año.
Desde luego, esta cifra era menor a la esperada inicialmente, cuando se barajaba igualar el precio de la gasolina y del Diesel, con lo que la subida de precio se especulaba que fuera de 10 euros al mes (120 euros al año). Ante estas contradicciones y vistos los últimos anuncios del Gobierno, ya con datos previstos de recaudación, nos preguntamos: ¿qué cuentas salen? Pues ni unas, ni otras.
¿Pagaremos un 30% más?
Miramos ya los Presupuestos Generales del Estado y vemos la confirmación: el Gobierno anuncia que espera recaudar 670 millones con su particular tasa al Diesel. Así que comprobamos más datos: esta cifra debe salir de los 13 millones de turismos a gasóleo paganos para el nuevo impuesto (eliminamos del conjunto de los 18 millones de motores Diesel a transportistas y profesionales) y siempre contextualizando dentro de un parque total de 31,6 millones de vehículos. En efecto, falta echar cuentas: la división per capita para esta tasa por Diesel se traduce a 51,4 euros anuales por turismo de gasóleo.
Esta cifra, por tanto, queda en principio bastante lejos de esos 3,3 euros mensuales de los que hablan nuestros políticos dirigentes de media para 15.000 km recorridos anualmente, y que se traducirían en 39,6 euros por coche. Vamos, que hablamos ya de un 30 por ciento más por turismo Diesel de lo que publicitan en su comparecencia ante los medios.
En enero no podrá entrar en vigor
Pero hay más datos curiosos. Esta nueva tasa tiene dueño, y solo una tercera parte repercutirá en algo tan necesario como la renovación de un parque para mejorar cifras de siniestralidad y emisiones, algo con lo que nuestros dirigentes dicen estar concienciados más de palabra, legislando y amargando al automovilista, que de facto. Y, además, ¿cuándo entrará en vigor?
El plan presupuestario pretendía que la nueva tasa Diesel entrase en vigor desde el 1 de enero de 2019, pero todo hace indicar que eso será imposible por lo que los ingresos deberían reducirse de lo inicialmente previsto. La explicación es que hay un claro retraso legislativo que, según informaba ayer el diario ABC, con plazos de tramitación incluidos, no permitirán que entre en vigor al menos hasta marzo de 2019. La pregunta es, ¿cuánto pagaremos entonces al final? En unos meses conoceremos la respuesta, pero las cuentas no salen.
