Un estudio realizado por la consultora Applus IDIADA revela que el coste total —incluye coste de adquisición y mantenimiento a 10 años con 20.000 kilómetros recorridos al año—de un coche GLP (Gas Licuado del Petróleo) es hasta un 12 por ciento más bajo que el de un coche de gasolina y un 18 por ciento menor que el de un eléctrico.
En el “Estudio tecnológico y de mercados combustibles alternativos de España", realizado por encargo de la Asociación Española de Operadores de Gases Licuados del Petróleo (AOGLP) y el Clúster Autogas, se han comparado el coste, las emisiones, la autonomía, la infraestructura y la oferta de vehículos de los principales combustibles alternativos: GLP, GNV o Gas Natural Vehicular y los vehículos eléctricos.
Del estudio se desprende que el coste del GLP es el más barato debido al precio del combustible —similar al del GNV e inferior a la gasolina y al Diesel— y a un menor coste de adquisición y de instalación de suministro. Los eléctricos, sin embargo, a pesar de dedicar menos coste al combustible, tienen que lidiar con un mayor coste de adquisición.
Según José Luis Blanco, director general del Clúster Autogas, los “brutales" costes del coche eléctrico no compensan la reducción de emisiones. Aunque el coste no es la única razón. La escasa autonomía de los eléctricos es otro de los puntos en contra de estos vehículos frente a la de los GLP y GNV, que está en línea con la de los gasolina o Diesel.
Menos emisiones que los gasolina
José Luis Blanco también destaca que el GLP y el GNV emiten cerca de un 14% menos de dióxido de carbono (CO2) que un gasolina, lo que los convierte en una mejor opción para reducir la contaminación a corto y medio plazo. Por otro lado, los 800 puntos de recarga públicos para eléctricos —603 de GLP y 60 gasineras— no son suficientes ya que requiere un tiempo mínimo de 40 minutos para la carga rápida.
En el estudio realizado por IDIADA han realizado viajes de prueba desde Madrid hasta A Coruña, Barcelona y Sevilla. En los tres casos el tiempo empleado por los coches GLP y GNV fue similar al de los gasolina y diésel, a pesar de que estos dos últimos tuvieron que parar a repostar en una ocasión. El coche eléctrico, por su parte, tuvo que parar a repostar en más de una ocasión, lo que le hizo emplear casi el doble de tiempo.