De momento, los coches eléctricos se han planteado como una gran solución para aquellos que pueden instalar un cargador en su casa sin problemas vecinales, utilizando su propia red eléctrica para cargar su vehículo. Sin embargo, dotar a los automóviles eléctricos de su máxima autonomía sigue conllevando más tiempo del que muchos pueden disponer.
Se espera que en el futuro, la mayoría de las baterías de los coches de gran autonomía, alrededor de 500 kilómetros que es lo que a día de hoy ofrece un Tesla Model S, sean de 90 kWh, que, según cuentas de National Grid (la empresa encargada de la red eléctrica en Gran Bretaña), necesitaría unas 20 horas de carga constante para llenar nuestras baterías con un enchufe convencional de 3,5 kW.
En Gran Bretaña, el sistema eléctrico es muy similar al de nuestro país, en el que la potencia media de los hogares es de 4,4 kW, lo que impide reducir el tiempo de carga utilizando enchufes de mayor potencia. Un cargador que utilizara 7 kW reduciría a 10 las horas necesarias para dotar a nuestro coche de toda la energía eléctrica que admite nuestra batería, pero los plomos saltarían impidiendo utilizar más potencia que la media contratada.
En este punto, uno debería plantearse hasta qué punto le compensa aumentar la potencia contratada para ahorrar tiempo en el tiempo de carga de su coche eléctrico, ya que incluso pudiendo utilizar esos 7 kW es muy probable que otros electrodomésticos (especialmente el horno o la plancha que son los que más potencia necesitan) tengan que estar completamente apagados.
Posibles soluciones
Además, desde National Grid señalan que aumentar la potencia contratada en los hogares tiene que mantener unos márgenes de seguridad y que no podemos pensar en multiplicar los kW que podemos utilizar sin límite ya que las redes eléctricas domésticas no están preparadas para ello.
Las baterías de los coches pueden soportar potencias de hasta 50 kW, lo que permite cargar un coche en su totalidad en menos de hora y media, por lo que las posibilidades que estamos perdiendo a día de hoy son muchas. Por ello, en National Grid proponen la creación de una red eléctrica paralela a la doméstica de mayor potencia con puntos de recarga rápidos por todo el país, ya que reformar la totalidad de la red eléctrica de los hogares supone un coste inasumible.
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