Conducir con resaca: la DGT te avisa de los peligros

Un estudio de una universidad británica pone en alerta de los riesgos de conducir ya no solo tras haber bebido, sino de hacerlo al día siguiente con resaca. ¿Cómo afecta?

Conducir con resaca: la DGT te avisa de los peligros
Conducir con resaca: la DGT te avisa de los peligros

El alcohol y la conducción forman una pareja nefasta. De hecho, está detrás de 1 de cada 3 accidentes mortales en las carreteras españolas. Conducir con alcohol en el cuerpo supone un riesgo para el propio conductor y el resto de ocupantes de la vía; pero ojo, hacerlo al día siguiente, con esa sensación de resaca en el cuerpo, también lo es.

Así nos lo recuerda la DGT, que se ha hecho eco de los resultados de un estudio de la Universidad de Brunel (Reino Unido). En este, contaron con la colaboración de 11 conductores voluntarios, que se sometieron a una prueba antes y después de beber alcohol. Los resultados dictaminan, a modo general, que una resaca “puede hacernos manejar un vehículo hasta 4 veces peor".

El estudio examinó a los voluntarios en un simulador de turismo de la propia universidad británica, en el que se podía medir velocidades, distancias, colisiones, infracciones de tráfico e invasiones de otros carriles. Los voluntarios condujeron en un recorrido de 7 kilómetros y medio en diferentes tipos de vías, en las que se incluían peatones, animales, giros, intersecciones…

Los resultados dieron lugar a las siguientes conclusiones:

  • La velocidad media de los conductores subió en 15 km/h, pasando de 52 km/h en la prueba previa a la ingesta de alcohol a 67 km/h.

  • Las infracciones de tráfico, relacionadas con los semáforos y los STOP, se multiplicaron por dos.

  • Las invasiones de otros carriles se multiplicaron por 4.

  • Por su parte, se recorrieron 2.000 metros a velocidades ilegales, cuatro veces más que en condiciones normales.

Más detalles de la conducción con resaca

Pero, ¿qué es la resaca? En términos médicos, se considera resaca cuando se dan la presencia dos de todos estos síntomas al día siguiente de haber bebido alcohol y de metabolizarlo: dolor de cabeza, temblores, fatiga, náuseas y vómitos, diarrea, irritación y tristeza, falta de sueño, falta anormal de ganas de comer… así como alternaciones visuales-espaciales, hormonales y en la circulación de la sangre.

La resaca, como sabrás si la has sufrido, tiene graves repercusiones en las tareas del día a día, y si una de ellas es la conducción, te puedes imaginar el peligro. Ten en cuenta también que cada cuerpo absorbe el alcohol de forma diferente, por lo que la severidad de una resaca no es siempre igual: de hecho, suele afectar más a bebedores de consumo bajo o medio que a los grandes bebedores.

Los autores del estudio en cuestión equiparan la sensación de conducir con resaca a la de hacerlo bebidos o fatigados, y ponen un ejemplo comparativo con otra de las situaciones de peligro al volante, el de usar el móvil al volante. Si bien el riesgo de usar el móvil multiplica por 4 o 5 el riesgo de sufrir un accidente, “el conductor es consciente de su limitación y trata de compensarla conduciendo más despacio o aumentando la distancia con el vehículo de delante".

Sin embargo, cuando se conduce con resaca (o bebido o fatigado) el conductor “no se da cuenta del deterioro de sus capacidades", lo que tiene una repercusión directa: tener resaca impide una conducción segura". Y aún con todo, el estudio también dice que, durante las pruebas, "no se observaron mayores riesgos de colisión ni aumentos de los tiempos de reacción".

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