Nos sumergimos en la aventura de participar en la última edición del Trophy Classic con 2 coches estrictamente de serie, con la única modificación del tipo de neumáticos, manteniendo su medida de origen sin tener que pasar diferentes homologaciones. Éramos los únicos de todos los participantes que competíamos así, de serie, ya que el resto de contaba con varios miles de euros invertidos en sus 4x4.
Un Opel Frontera del año 2000 y un Land Rover Discovery del 90 fueron los todo terreno elegidos entre nuestras 4 opciones. Las otras eran un Jeep Grand Cherokee CRD del 2005 y un Toyota Land Cruiser de 1998, que descartamos por varios motivos.
Las instalaciones de Masia Pelarda fueron el centro neurálgico de este Trophy Classic, desde donde salían las rutas de navegación. En sus circuitos fue donde pusimos a prueba la pericia y el compañerismo de todos y cada uno de los participantes.
Una vez llegamos el viernes previo a la competición a las instalaciones, y tras las verificaciones y formalización de inscripciones, nos pusimos manos a la obra a preparar los coches de cara al fin de semana. Vinilado, colocación y distribución de material, presiones de los neumáticos… Tras la cena, vino el momento de iniciar ya la aventura: el briefing ya nos hacía presagiar que nos lo íbamos a pasar genial, aunque las temperaturas nocturnas marcasen hasta seis grados bajo cero.
A no perder el rumbo… y vigilados
8:00 de la mañana, desayuno y briefing de navegación. Nos incorporaron en los coches el último modelo de LOWRANCE **, el **navegador off road más completo del mercado, con el que no debíamos perder el rumbo y con el que nos controlaban tanto la velocidad máxima permitida como el recorrido realizado. Teníamos hora límite para llegar a comer, algo que no nos queríamos perder ninguno del equipo, por lo que nos pusimos manos a la obra y salimos a ruta en intervalos de 3 minutos.
La primera prueba parecía fácil, pero algún camino pedregoso nos hacía bajar la velocidad para que no sufriera el coche demasiado, contando que íbamos bien de tiempo. El polvo de los caminos entraba en el “abuelo", como bautizamos a nuestro Land Rover, como si no llevase gomas o llevásemos una hilera de coches delante, algo que no entendíamos, pero que solucionamos; aunque no lo creáis, abriendo el techo solar y las ventanillas, ya que dentro no se podía casi ni respirar.
A mitad de tramo, nos dimos cuenta de que el avituallamiento no estaba bien repartido y tuvimos que realizar una parada técnica. Ahí nos juntamos los dos equipos, y ya fuimos juntos hasta la comida. Tras ella venía el segundo briefing, ya que nos iban desvelando las diferentes actividades según terminábamos la anterior.
Comienza la prueba de obstáculos
Esta vez, consistía en enfrentarnos a diferentes obstáculos en grupos de 3 coches. Nuestro equipo lo formaban el Opel Frontera, nuestro Discovery 200 y el Discovery del “Gorryca". Nuestro primer obstáculo consistía en abrir un camino en mitad de las instalaciones, para la que tuvimos que tirar de motosierra, pico, palas y demás herramientas. Esa prueba se nos resistió un poco, ya que invertimos mucho tiempo en podar y allanar el camino. Por lo contrario, los equipos que venían detrás se lo encontraban podado y limpio, algo que mejorar para otras ediciones.
La siguiente prueba era hacer una parte del circuito extremo pero marcha atrás. La zona de escalones la tuvimos que pasar con planchas y piedras, pero la terminamos antes de tiempo. Si no lo estropeábamos en alguna prueba de las restantes, sabíamos que estaríamos luchando por el triunfo, ya que apenas habíamos penalizado.
La tirolina la tuvimos que improvisar para poder pasarnos materiales entre dos puntos sobre un arroyo helado. La idea de cómo hacerla nos surgió rápidamente y no tardamos mucho en ejecutarla. Seguíamos “on fire".
A sacar al viejo Defender
Llegamos así a una nueva prueba: la avería del viejo Defender. Nos tenían preparado un viejo Defender que no arrancaba y nuestra labor era sacarlo de un hoyo lleno de barro y hielo. El gran problema era la montaña que había delante del hoyo, y la otra gran placa de hielo de unos 15 cm de espesor que estaba donde tenían que traccionar los coches. Pudimos sacarlo, pero el barro que había debajo del hielo nos lo llevamos en las botas y pantalones. Gajes del oficio…
Para estas cuatro pruebas, nuestros coches eran a priori los más perjudicados, pero lo solventamos todo sin problemas. Terminada esta actividad, ya nos estaban esperando en el siguiente briefing, ruta nocturna de navegación solo con road book.
La hora de la ruta nocturna
En este caso nos tocó salir en las dos últimas posiciones, ya que en todos los briefing se sorteaba el puesto de salida. Todo empezó genial y nos divertimos, ya que íbamos conectados los dos equipos con emisoras y sabíamos que andábamos cerca unos de los otros. El Land Rover no había dado señales de veteranía hasta aquel entonces, que Javi decidió poner las largas y automáticamente nos quedamos a oscuras: solo podíamos llevar las luces de cruce y os aseguro que no iluminan ni 20 metros.
Nosotros solo veíamos un haz de luz por delante, pero muchas veces nos costaba encontrar la siguiente viñeta del roadbook, mientras tanto el Frontera de Carlos y Alvaro seguía por delante, sin problemas ni de orientación y sobre todo ellos no tenían problemas de iluminación apoyados en faros de largo alcance.
En la última parte de la ruta (70 km) nos esperaron, no sabemos si era por que quisieron, o porque había un tramo por donde los árboles pasaban rozando el coche y Carlos no quería marcas de guerra. Inútil por otra parte, ya que los arañazos son inevitables en estas pruebas.
¡Y con prueba sorpresa!
Llegamos justo a la hora de cenar, con ganas de tomarnos un refresco, cenar y sentarnos a ver el Dakar, pero llegó la sorpresa, suena la melodía del briefing. Prueba sorpresa. Otra actividad más, salíamos en grupo por uno de los circuitos de las instalaciones, pasando por pasos complicados, pendientes, vadeos…. Parecía que el día no terminaba, y nos dieron las 12:00 de la noche, pero seguíamos sin penalizar, más viendo a otros equipos teóricamente más preparados. La mañana del domingo tocaba ponerse la ropa de trabajo y guantes. Teníamos por delante una jornada de construcción para pasar por sitios que ni imaginábamos.
Dos grupos de trabajo para acometer dos zonas de muy difícil acceso. El reparto no fue muy equitativo y a una de las dos zonas solo nos fuimos 6 participantes, nosotros cuatro y el equipo “Dino4x4" capitaneado por Víctor y Javier. Nos tocó hacer un puente con traviesas y piedras para que pudiera pasar el Abuelo, sin que se nos cayese al arroyo. Al ser pocos se nos do también que pudimos parar a almorzar algo, mientras todos los demás seguían intentando pasar un Grand Cherokee V8 en la otra zona.
Todo lo bueno tiene una final, pero no terminaba ahí el Trophy Classic: tocaba la entrega de premios a los mejores equipos y a los dos participantes más involucrados. Los ganadores se elegían sumando los puntos que daba la organización, más los puntos que los equipos se daban, en votación secreta.
¡Ganadores!
El Abuelo tiró de galones y se llevó el primer puesto, con una puesta en escena de Carlos y Javi en la recogida de los premios. Una eslinga con grilletes y unos faros de largo alcance fueron los premios por el esfuerzo y la organización de los 2 equipos. Creemos que lo más lógico es que los faros se los quede Javi y quite las “velas" con las que fuimos.
Solo quedaba comer con el resto de participantes, y coger teléfonos para estar conectados con el resto de participantes pensando ya en la siguientes salidas, porque no, Motor Aventura en verano que seguro que nos acompaña más el tiempo. Echamos en falta algo de nieve, pero esto no está de la mano de la organización, que con un 10 y halagos de todos los participantes ya estarán trabajando en la del año que viene, que seguro que nos ven, aunque ya tendremos el listón muy alto y nos tocará ponernos las pilas.
Si te gusta el mundo del 4x4 no dejes pasar la oportunidad de apuntarte a este formato de pruebas amateur, cualquier coche de serie es capaz de pasar por donde los más preparados, eso sí, con más calma y cuidado. Nos vemos en la montaña.