Aluvión de protestas contra la última subida de precios de Repsol

Si la cotización del crudo sigue como hasta ahora y el euro no se recupera frente al dólar, es más que seguro que a corto plazo se producirán nuevas subidas de combustibles. Al menos, así lo creen fuentes de Repsol, la compañía líder del mercado español que anoche se descolgó con un criticado ascenso de cuatro pesetas en todos sus productos.

La compañía que dirige Alfonso Cortina ha decidido repercutir definitivamente los altos

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precios del crudo . Aunque "aún no lo hemos hecho del todo", asegura un portavoz.
Hace sólo dos semanas, en puertas del puente del Pilar, Repsol también elevó en cinco pesetas el precio de su gasóleo de automoción. Ahora, la subida es lineal: cuatro pesetas para gasóleo y gasolinas.
Estos ascensos tan contundentes son una novedad en la política de precios de las petroleras. Hasta ahora, subían de peseta en peseta, a lo sumo de dos en dos. "Estábamos acostumbrados a subidas más pequeñas", dicen en Repsol, "y como ahora llevábamos tanto tiempo sin modificar los precios, tienen que ser así". En realidad, la petrolera no subió sus tarifas desde agosto a octubre, periodo durante el cual el euro se derrumbó y el petróleo se instaló en niveles históricos.
A estas circunstancias coyunturales hay que sumar un más que notorio enfado de Repsol con el Gobierno español. En junio, un decreto prohibió a la compañía construir más gasolineras en España para dar lugar a otros competidores. Trataba el Ejecutivo de fomentar la competencia en un sector inundado por la sospecha del oligopolio de facto. Repsol respondió a esta prohibición con una amenaza velada: "que no nos pidan ayuda cuando el mercado esté en malas condiciones". Esta advertencia la hizo Alfonso Cortina y dejaba claro que no prestaría oídos a ninguna petición de socorro por parte del Gobierno. Hasta ahora era frecuente que desde el ministerio de Industria llegasen llamadas a la contención en los precios para frenar la inflación.
Lo cierto es que la gasolina súper cuesta ya 155 pesetas, la sin plomo ha llegado a las 144 y el gasóleo, en una carrera de vértigo, roza las 129 pesetas por litro. Son cifras históricas.
Las reacciones no han tardado en producirse. La más virulenta llega de parte de la Confederación de Consumidores y Usuarios. Antonio López, su portavoz, no ha dudado en calificar de brutal e intolerable a esta medida tomada "por sorpresa y justo antes de un puente".
López considera que esta situación perjudicará seriamente a la inflación, que podría llegar al cuatro por ciento a finales de año. También indica que su organización ha tratado de reunirse con el ministro de Economía, Rodrigo Rato, aunque sin éxito. Para la CECU no sirve la excusa del petróleo. Creen que todo es una maniobra orquestada por las petroleras para llevar los precios a los niveles europeos, más altos que los españoles, pero sustentados en rentas per cápita mucho más elevadas.
Felipe Alcaraz, portavoz de Izquierda Unida, ha calificado de "absolutamente escandalosa" la decisión de la petrolera. También añade que "el Gobierno no quiere ni puede hacer nada para evitarlo, ya que lo que nos han vendido como liberalización se ha convertido en oligopolio". El PSOE también ha reaccionado y ha vuelto a pedir una reducción temporal y flexible de los impuestos que gravan los combustibles.
Rebajas fiscales de urgencia
Fenadismer, la asociación de transportistas autónomos que más beligerante se ha mostrado a lo largo del año, también acaba de solicitar que se establezca urgentemente una rebaja temporal del impuesto de hidrocarburos. Para compensar esta reducción de ingresos en las arcas del estado, Fenadismer propone que se utilice el exceso de recaudación que produce el IVA de los combustibles.
La asociación entiende que esta solución debería dar paso a la creación de un gasóleo profesional, compromiso que arrancaron al Gobierno en las movilizaciones de septiembre y que aún no se ha puesto en marcha.
En su último comunicado, Fenadismer acusa a Repsol de atacar a las cientos de miles de economías familiares. Por último, ha recomendado a sus 32.000 asociados que apliquen la cláusula automática de revisión de precios. Esto supondrá una subida de las tarifas de un 1,5 por ciento por cada 5 por ciento que se incremente el precio del combustible.
No habrá huelga de gasolineras

Desde la Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio, CEEES, los empresarios del sector aguardan las reacciones de otras petroleras, aunque se muestran descontentos con una subida que consideran impopular. Los gasolineros habían previsto una huelga para el próximo lunes que, finalmente, ha sido desconvocada. Esta marcha atrás se produce después de que el Gobierno convocase a sus representantes a una reunión que tendrá lugar el próximo 8 de noviembre. En dicho encuentro, los responsables de las estaciones tratarán de convencer al Ejecutivo para que congele parte de sus planes de apertura del sector. Sobre todo se trata de la autorización a las cooperativas de agricultores para vender su gasóleo a terceros.

La situación alcanza y cotas de alta tensión. La semana que viene será crucial en la crisis, pues varias organizaciones han previsto movilizaciones de protesta. Además, en el plano internacional, la Opep deberá de acabar con la margarita y decidir si abre más el Untitled Document

grifo del petróleo , un líquido que cada vez es más caro y más decisivo en el concierto económico mundial.