Toyota RAV 4, impresiones de conducción

Fue el primer todo camino basado en un compacto. Hasta 1994 nadie se había atrevido a comercializar un SUV de menos de cuatro metros. Toyota lo hizo y a raíz del éxito de su primer 'Recreational Activity Vehicle 4 Wheel-Drive', el mercado comenzó a llenarse de coches de este tipo. El Primer RAV4 medía 3,7 metros, tenía tracción total, carrocería elevada y un diseño muy japonés.

Toyota RAV 4, impresiones de conducción
Toyota RAV 4, impresiones de conducción

Ahora, en su cuarta generación crece hasta los 4,57 metros, 35 cm más que el anterior, en busca de una orientación más familiar que compacta, aumenta su gama mecánica y ofrece un superior nivel. Su base guarda muchas similitudes con la anterior generación, a la que añade nuevas cotas y trata de mejorar sus distintos apartados, ya sean mecánicos o de equipamiento y seguridad.


De esos 35 cm más de longitud, 10 cm corresponden al aumento de batalla y 25 cm al nuevo voladizo trasero. La carrocería es más rígida que antes, lo que ha permitido rediseñar la puesta a punto de las suspensiones, ablandando el conjunto sin perder efectividad. Son nuevos los muelles, amortiguadores, silentblocks y la estabilizadora trasera tiene otro diseño. La dirección cuenta con nuevas rótulas en la barra, con la que aseguran haber reducido holgura, y la centralita va integrada en la propia dirección, para reducir el tiempo de respuesta.

 

Mejor 4x4

Incorpora un nuevo sistema de tracción, con dos opciones a elegir. Por un lado, para la versión Diesel menos potente, se ha configurado la variante de tracción delantera y cambio manual de 6 velocidades. Va equipada con todas las ayudas a la conducción, además de un módulo del ESP denominado Auto LSD; en caso de necesidad, baja adherencia por ejemplo, se deja apretado el botón del ESP unos segundos y se activa la función que emula un autoblocante a través de los frenos. Para el resto de versiones se dispone del nuevo sistema de conducción activa, que gestiona el 4x4 y que ofrece, a golpe de botón, dos caracteres de funcionamiento distintos.

 

El 4x4 es reactivo en posición normal y proactivo en el modo Sport. En condiciones normales se circula con reparto de tracción 100:0 y sólo se conecta la tracción total cuando hay diferencia de velocidad entre ambos ejes. En el modo Sport -que también endurece dirección y actúa sobre el acelerador- al iniciar el giro se establece un reparto 90:10, para pasar hasta un 50:50 (si es necesario) en mitad de la curva. A la salida se vuelve a aplicar el 90:10. Mantiene el botón lock, que bloquea a 50:50 hasta los 45 km/h.

 

Tres motores


Para España la gama mecánica se establece con dos posibilidades en Diesel en 2 y 2,2 litros con 124 y 150 CV respectivamente , más una en gasolina 2.0 de 151 CV. Las dos más potentes, siempre con tracción total, pueden optar a cajas de cambio automáticas, por variador en el gasolina y de convertidor de par en el Diesel. De las tres opciones, pude probar las dos Diesel, ambas con caja manual. Me ha gustado  mucho el 2.0 D-4D tanto por rendimiento como por consumo. Es el único de la gama que lleva asociado el Stop/Start -no hay previsión de momento para ponerlo en el resto de motores-. Ofrece un comportamiento muy interesante a bajas vueltas. No es un motor especialmente rápido pero sí agradable y perfecto para una utilización diaria, creando una más que aceptable versión económica con el que viajar no será una tortura por falta de potencia. En todos los casos se aprecia una reducción del ruido, gracias en parte al nuevo parabrisas acústico.


Incorpora siete airbags y, según equipamientos las luces largas automáticas, la alerta al cambio involuntario de carril o el detector de ángulo muerto. El interior recibe nuevo diseño, si bien sigue abusando de los plásticos duros. Los asientos delanteros son más envolventes y cómodos, en el especial el del conductor que tiene reglaje en altura con el que se acerca más a una postura de turismo. En esta generación se abandona por primera vez la apertura lateral del portón trasero. En su lugar un común portón que puede ser de accionamiento eléctrico. Se pone a la venta en abril. No se han comunicado precios pero estos rondarán los 30.000 euros, bajando de esa barrera el 2.0 D-4D. Su apuesta es una mejorada calidad general, un comportamiento menos 'electrodoméstico' y mayor capacidad de maletero, veremos si gusta.

En pocas palabras

  • Rediseño: incorpora el estilo de los últimos prototipos de la marca y abandona el portón trasero de apertura lateral.
  • Más grande: es 35 cm más largo, 2,5 cm más ancho y 6 cm más bajo que la generación anterior. Las vías crecen en 1 cm y la batalla en 10
  • Apertura convencional: el portón de apertura lateral se ha sustituído porque ya no es necesario llevar la rueda de repuesto fuera.
  • Tres niveles de acabado: Active, Advance y Executive. En el más básico se dispone del aire acondicionado, que pasa a climatizador dual en el resto.
  • Más efectivo: el sistema 4x4 trabaja ahora junto al ESP, al control de tracción y a un nuevo sensor de guiñada.
  • Tracción total o delantera: las versiones más potentes sólo están disponibles con tracción total y la Diesel de 124 CV en tracción delantera.