Ha sido como un mazazo poco antes der ir a dormir. Noemí de Miguel (Movistar+) me avisó del tweet de Alejandro Agag y enseguida llegó la confirmación del equipo al móvil.
El día 23 de enero, después de haber pasado un par de días en el Ricardo Tormo, hablaba con Adrián Campos de sus planes de futuro para esta temporada que se presenta complicada como la anterior. Su optimismo contrastaba con los telediarios, pero Adrián era así, un optimista insaciable, si no no se entiende que siguiera luchando por su pasión buscando ese Fernando Alonso que no aparece en el panorama nacional y casi tampoco en el internacional.

Adrián supo llegar a la F1, salir de ella, crear un equipo, salir de él, llegar de nuevo a la F1 y salir también de aquel proyecto Bravo y quedarse fuera de HRT, pero su pasión lo podía todo. Los momentos más duros en la GP3 y GP2, ahí estaba sosteniendo las velas y llevando el timón. Supo encontrar la gente adecuada en cada momento, como su amigo Alejandro Agag, que descubrió de la mano de Adrián las carreras, y mira dónde está ahora. Adrián fue el maestro de Alejandro Agagy de Alberto Longo, que han triunfado en un sector que no controlaban, pero Adrián ahí estaba apoyando con todo su saber hacer, fruto de su años de lucha.
Aquel debut en F1 en Imola '87 siempre estará en el recuerdo. Un viaje hasta allí en un Peugeot 505 diésel y regreso en avión porque se estropeó el cambio, pero ahí estaba Adrián para ayudar. Los momentos buenos y menos buenos que pasamos juntos en aquellos casi dos años de F1. Sus alegrías y sus lágrimas, que también hubo, sus prontos, aquellos tapones que se le olvidaron en Jacarepagua, aquellas charlas que tenía con Fangio o con Senna. Siempre estaba a todo. Hacíamos entrevistas de radio nocturnas un sábado cuando tenía que correr el domingo.

Adrián tenía talento y sobre todo mucha pasión, ganas, a veces no era consciente de lo que llevaba entre manos. Aquel Minardi Motori Moderni, que era un misil con retardo, aunque de corta duración. Fueron unos años tan intensamente vividos por todos que estarán siempre en la memoria. Después, la época de Fernando Alonso, que también la vivimos de cerca. Fue Adrián en un banco en el Jarama comiendo una salchicha quien me presentó a Fernando Alonso y José Luis, su padre.
Él sabía que tenía bajo su tutela a un campeón y allí los cuatro iniciamos un camino que todavía sigue. Adrián se apartó un poco de la F1 donde vivimos momentos tensos algunas veces, como aquella mañana del GP de Japón en Suzuka, tras la publicación después del G.P. de USA 2003, de un montaje fotográfico que vestía a Fernando Alonso de Ferrari. Con Adrián no había término medio en aquella época. Después se apartó de la F1 y siguió con los jóvenes pilotos en la GP2, F3, GP3, intento de F1…

Adrián Campos fue un torbellino en todo, y el automovilismo español le debe mucho a ese carácter que hizo correr a muchos pilotos españoles en categorías que parecían no estaban al alcance. Además de Alonso, Antonio García y Marc Gené, Adrián Vallés, Porteiro y muchos más que han pasado por sus manos.
“Ahora empiezan muy jóvenes, pero de verdad, hasta que no tienen 17 o 18 años no sabes cómo van a salir. Hay muchos que sorprenden. Los ves con 14 años y piensas que no tiene cualidades, sobre todo a nivel mental y actitudes, y luego te sorprenden y al revés. Una novia, una mala compañía, y da al traste con lo que pudiera ser un buen piloto. Mucha paciencia hace falta”, comentaba Adrián la semana pasada.
Hoy está ya con sus ídolos: Juan Manuel Fangio y Ayrton Senna, por quienes sentía una devoción especial. El brasileño nunca consiguió que Adrián leyera la Biblia y eso que lo intentó en varias ocasiones, pero el de Alzira no tenía paciencia.

Descanse en paz ese piloto, “boss”, descubridor de talentos y sobre todo amigo. El día 24 me decía que le hacía ilusión verme con las mismas ganas que él para trabajar con los más pequeños como el mexicano Jesse Carrasquedo y al mismo tiempo analizaba las cualidades de Emerson Fittipaldi Jr.

Desde el cielo los vigilará de cerca y ayudará para que un día puedan sentirse orgullosos de haber rodado en sus inicios con los coches de Campos Racing.