Parece que en Ferrari si no hay mano dura las cosas no funcionan, pero no es cierto, con Maurizio Arrivabene hubo más que mano dura, incluso humillaciones y no ganaron nada.
La frase lapidaria de Fernando Alonso cuando se fue de Ferrari fue el resumen de su estancia allí.
Tras su última carrera con Ferrari en Abu Dabi 2014, Fernando Alonso llegó al parking a montarse en el Ferrari FF azul, y tuvo que meter las maletas echando hacia adelante los asientos delanteros, porque el maletero no se abría. Resumió su estancia en Ferrari con una de sus frases, sin levantar la voz, pero que dejan huella: “Aquí siempre hay algo que no funciona cuando hace falta y lo que funciona lo quitan. Es imposible que ganen nada”.
En Ferrari las cosas van lentamente, la política funciona muy bien y hay que estar en el lado bueno si no quieres ser el perdedor. Las filtraciones a los amigos corren más que los acontecimientos, o más que filtraciones descuidadas, son, como en política, globos sonda para ver las reacciones. Ahora la F1 se parece cada día más al fútbol también. Daniel Ricciardo ante los rumores de salida hizo un comunicado, allá por mayo, de que estaba en la gloria en McLaren. Ferrari desmintió la noticia de que Mattia Binotto era sustituido por Frederic Vasseur rápidamente. Como al entrenador, que cuando el Presidente lo confirma, a los pocos días es despedido.
Aquí han pasado 14 días desde que se deja correr el rumor hasta que se hace oficial. Como si no hubiera memoria ni hemeroteca. La reacción al rumor de la salida de Mattia Binotto no tuvo reacciones contrarias por los aficionados y sí el apoyo de la potente prensa francesa e italiana, así que estaba el camino despejado para llevarla a cabo.
¿Y ahora qué?
Ferrari asume un riesgo importante, caer de nuevo después de lo que costado llegar hasta casi la cumbre. La presumible llegada de Frederic Vasseur no va a arreglar las cosas de un día para otro, y además un movimiento de este calibre suele conllevar más anuncios de “dimisiones” o entradas de gente nueva. Una maquinaría tan pesada como la de Ferrari no se engrasa en un día y funciona como la seda. Habrá las guerras internas de siempre, como la que costó por ejemplo el despido de Pedro De la Rosa, por demasiado trabajador comparado con Kimi Raikkonen. La salida de Mattia Binotto es un riesgo tan grande que puede hacer que Aston Martin suba peldaños en la general, para alegría de Fernando Alonso.