Los organizadores del Australian Grand Prix, la Formula 1 y la FIA acordaron el viernes por la noche cancelar la primera prueba del mundial de F1 2020 debido a la difusión del coronavirus. Anoche cenando en Melbourne ya lo supimos, aunque no se había anunciado oficialmente.
Por ello, esta mañana temprano acudimos al circuito de Melbourne, y allí nos encontramos el comunicado oficial de lo que ya sabíamos, que se cancelaba el Gran Premio.
Inmediatamente vinieron multitud de preguntas que nadie supo contestar. Ni siquiera Chase Carey, el CEO de la F1, que dio una rueda de prensa en el circuito junto a Michael Massi, director de carrera y los mayores representantes del GP de Australia, Andrew Westacott y Paul Little, sabía lo que iban a hacer. No sacamos nada en claro, no se sabe qué será del futuro inmediato de la F1, si se disputará o no el GP de Baréin que está programado para la próxima semana, y el de Vietnam, del 3 al 5 de abril. Según dijo Carey: “hay tiempo para hablar de Baréin y Vietnam, hoy tenemos que hablar de Australia". Y entonces nos pusimos a preguntar a los equipos.
En DHL nos dijeron que hasta el lunes no hay aviones para poder transportar todo el material de los equipos, y lo peor es que no saben dónde tendrán que enviarlo.
Sabemos que el equipo Haas, como no puede volar hasta Italia, lo hará a Zurich y desde ahí viajarán en coche hasta su destino. En Ferrari lo tienen peor, ya que vuelan hasta Abu Dabi, ya que sus billetes son con la compañía Etihad, y luego no saben a dónde… En Renault nos sorprendió que las etiquetas que ponían en sus cajas, pone como destino Baréin, y en las cajas de Williams, Azerbaiyán.
En el equipo McLaren, 14 de sus miembros se quedarán en cuarentena en Melbourne, y otros en casa en Inglaterra. Carlos Sainz voló anoche de regreso a Europa, como también lo hicieron Sebastian Vettel y Kimi Raikkonen.
El resto se irá buscando la vida como pueda. En mi caso, después de cambiar el billete varias veces, finalmente tengo reserva para hoy viernes, y llegaré el sábado al mediodía.