Lejos han quedado los tiempos en los que el conductor estaba obligado a conocer los aspectos técnicos de su coche por cualquier imprevisto que pudiera surgir, a realizar ciertos ajustes de mantenimiento con sus propias manos o a poner a punto cualquier elemento mecánico que requiriese atención. Tampoco viajamos hoy igual que antes, siempre con una guía de carreteras a cuestas, o con el callejero de nuestra ciudad en la guantera.
La era digital ha cambiado nuestra relación con el mundo para poder centrar nuestro tiempo en lo que verdaderamente importa, y esta filosofía también se aplica a los coches híbridos eléctricos de Toyota. El coche deja de ser protagonista para que todo gire ya hoy en torno al conductor, al bienestar y a la simplicidad.
Un mundo de sensaciones a tu alrededor
La facilidad de conducción es uno de los factores fundamentales para circular con todos los sentidos al volante, sin distracciones por causas ajenas o por un funcionamiento errático del vehículo. Al carecer de marchas, los vehículos híbridos eléctricos brindan ya en todo momento una respuesta tal y como te esperas, es decir, lineal, precisa y sin sobresaltos. El silencio al arrancar en modo 100% eléctrico, así como la inmediatez y la suavidad constante de la mecánica repercuten en una total carencia de estrés para el conductor, en una sensación de tranquilidad muy difícil de encontrar en otros vehículos. Algunos han llegado a denominar esta práctica como “mindfulness al volante", es decir, prestar atención plena a lo que hacemos. Al no tener que concentrarte en el coche, solo en el entorno, en el tráfico y en la conducción, la experiencia resulta siempre relajante, incluso en situaciones que normalmente no lo son, como las congestiones intensas de las grandes ciudades.
Igualmente gratificante es la constatación de ser lo más eficiente y respetuoso con el medio ambiente posible. Del mismo modo que hemos cambiado nuestra forma de pensar, también modificamos nuestros hábitos de manera casi inconsciente para consumir menos energía con nuestro vehículo. ¿Cómo? Aprovechando la inercia del propio coche, la frenada regenerativa y la electricidad que se almacena en las baterías, que se van recargando con el uso del coche y sin necesidad de enchufes.
Nos acercamos así a una nueva movilidad más inteligente que aúna lo mejor de dos tecnologías: la eléctrica y la de combustión. No en vano, en la mayoría de desplazamientos es posible circular con los coches híbridos eléctricos de Toyota un 80% del tiempo con cero emisiones y movilidad completamente eléctrica, tal y como recoge ya un informe del Insia. Y ya sea con el propulsor de combustión apagado o impulsados únicamente por el motor eléctrico.
Según el uso que hagamos del acelerador, en combinación con los modos de conducción EV y Eco el coche híbrido eléctrico de Toyota tendrá una personalidad u otra, acorde siempre con el uso que queramos hacer del mismo. Y lo mejor es que la sostenibilidad no está reñida en este caso con una gran autonomía, sin depender de cables o puntos de recarga, ni tampoco con la diversión al volante.
La tecnología, aliada inestimable para facilitar las cosas
La evolución de los vehículos híbridos eléctricos también se observa en la forma de mostrar la información, con pantallas ya configurables por el conductor y un cuadro de mandos intuitivo y moderno. Esto permite hoy que sea posible conocer en todo momento algunos datos fundamentales, como el ahorro de energía, la autonomía o el estado del sistema híbrido, pero también calcular el tiempo restante al destino, lo que hemos tardado en llegar o el consumo medio que hemos conseguido una vez finalizado el trayecto.
En un coche híbrido eléctrico no hace falta ser un experto para lograr así una óptima eficiencia y el mínimo consumo de combustible, porque el propio coche es el que facilita las cosas y, casi sin darte cuenta, entras en el juego y acabas involucrándote al máximo en su conducción eco, fuente de satisfacciones cada vez que avanzas sin gastar combustible. Para ello, es el propio vehículo el que te enseña cómo dosificar correctamente el acelerador para que únicamente participe el motor eléctrico, o cómo beneficiarte de esas frenadas en las que, en lugar de desperdiciar energía, consigues ir almacenándola en las baterías para su posterior uso.
La forma de pensar y ver las cosas está cambiando rápidamente... y también, por supuesto, la de conducir.