Así era y así es un Seat con 50 años de diferencia

Juntamos al primer Seat 124 y el último Ateca, dos modelos separados por cincuenta años de evolución. Todo ha cambiado para bien, desde la ergonomía a la seguridad, desde la ecología al comportamiento.

Daniel Cuadrado . Twitter: @DanielCuadradoT . Instagram: @DanielCuadradoT .

Así era y así es un Seat con 50 años de diferencia
Así era y así es un Seat con 50 años de diferencia

El Seat 124 acaba de cumplir 50 años y con motivo de su aniversario la marca española ha aprovechado para juntar en un mismo escenario a uno de sus modelos más emblemáticos con el último Seat Ateca, lo más moderno que hay en la casa. La evolución en estos cincuenta años ha sido brutal en todos los aspectos. Antes se hablaba de espacio, de prestaciones y de confort. Ahora, además, no se pueden obviar aspectos fundamentales como son la ecología y la seguridad. El 124 nace como respuesta a la demanda de la clase media de la época, a la que un 850 se les quedaba pequeño y un 1500 les resultaba grande y costoso. Se presenta en mayo de 1968 en la Feria de Muestras de Barcelona para, ese mismo año ganar el título de Coche del Año, curiosamente cincuenta años después el Seat Ateca haría lo mismo en el año de su debut. Estaba homologado para cinco plazas, con un entonces generoso maletero de 385 litros. En 1969 se pone a la venta la unidad 1.000.000 y nacen las versiones familiar y 1430, con 70 caballos.

El primer Seat 124 costaba 118.000 pesetas franco fábrica, es decir, que se vendía al público por 144.432 pesetas, el doble de lo que costaba un Seat 600. Traducido a euros, sería el equivalente a 868 euros. Como referencia, en esa época el salario medio era de 70.709 pesetas (425 €). Al inicio carecía de dirección asistida o de servofreno. Estuvo a la venta 14 años y tuvo multitud de versiones. En 1970 llega la versión deportiva de la mando del 124 Sport 1.600, que con 110 caballos sería el primer coche de cinco velocidades que se vendiese en España. En 1971 tiene una importante renovación y pasa a denominarse 124 D. Entre otras novedades incorporó el doble circuito de freno, los neumáticos radiales y el servofreno en las versiones Lujo. En 1975 Seat compra la fábrica de Authi en Landaben (Navarra) y aplica un nuevo lavado de cara al 124. Nace así el 124 FL “Pamplona”, que se fabricaba en las dos factorías de Seat.

Seat 124 vs Seat Ateca

Teniendo en cuenta que los cinturones de seguridad delanteros no fueron obligatorios, y sólo en carretera, hasta 1974, y que los traseros no lo hicieron hasta 1991, se entiende que la apuesta por la seguridad no era una prioridad de la época. Bien es cierto que entonces los cinturones tampoco eran una garantía de salvar la vida. También los retrovisores se vendían como accesorio que se montaba en el propio concesionario. No existían pruebas de choque y mucho menos todo lo que salió de ellas, como las zonas de deformación programada, los motores que se caen al suelo para evitar entrar en el habitáculo, los airbags… Si antes lo que primaba era una berlina de tres volúmenes, ahora el SUV ha tomado las calles y carreteras.

Tras probar un 124 después de muchos años y volver a subir en el Ateca que me llevó hasta ahí, empiezas a dar valor a muchas cosas. Para empezar el olor. En estos coches olías a gasolina, aceite, agua, y te bajabas de ellos con cierto aroma a conducción. Ahora esto sería impensable, puesto que ese olor va asociado a unas estrictas normas anticontaminación, pero también al aprovechamiento máximo de la energía. La calidad de los asientos, la ergonomía de todos los mandos, todo ha evolucionado. No hay más que mirar el configurable cuadro digital de un Ateca y comparar con la escasa información que antes se daba. De climatizador, para mí uno de los elementos de seguridad más importantes, o del sistema de navegación ya ni hablo. A todo esto hay que añadir que ahora los coches hacen millones de cosas por ti, como secar los discos cuando llueve, estabilizar la carrocería en más ocasiones de las que nos imaginamos o reutilizar gases de escape para evitar que salga combustible sin quemar. Obviamente se ha perdido encanto y los que somos amantes de los cásicos así lo afirmamos, pero es innegable lo que ha mejorado el automóvil, así como las vías por las que circula, que mucho tienen que ver también en esto. Muchas felicidades al 124 por su 50 aniversario y gracias a Seat por hacernos recordar cómo eran antes los automóviles.

¡Feliz 50 cumpleaños, Seat 124!

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