El Mercedes-Benz Grosser del dictador Adolf Hitler, a subasta

En unos días será subastado en Arizona, EE.UU-, uno de los coches más emblemáticos de Hitler, el “Super Mercedes". Te contamos algunas curiosidades del modelo.

Alicia Fernández. Twitter: @aliciautopista / Foto: Cordon Press

El Mercedes-Benz Grosser del dictador Adolf Hitler, a subasta
El Mercedes-Benz Grosser del dictador Adolf Hitler, a subasta

El próximo 17 de enero tendrá lugar en Arizona la subasta de un modelo muy especial, un Mercedes de 1939 empleado por Hitler en sus desplazamientos, tal y como informa la web de Worldwide Auctioners. Su precio de salida se desconoce porque los subastadores no informan del mismo.

El W150 770k Grosser Offener Tourenwagen, apodado como “Super Mercedes”, hizo su debut en un desfile en octubre de 1939, fue encargado a la marca alemana con el objetivo de mostrar el orgullo nacional alemán. De color oscuro y descapotable para permitir su utilización en desfiles, estaba pensado para su exhibición durante las visitas de estado de mandatarios extranjeros al país germano. De hecho fue escogido para la recepción en Munich del dictador Benito Mussolini en 1940. También en desfiles que conmemoraban victorias importantes.

Según Worldwide Auctioners, el conocido como “Super Mercedes” o ” Grosser” era un “vehículo extremadamente caro, obsesivamente construido, robusto y hecho mano", que alcanzaba los 160 km/h, y del que se llegaron a vender 88 ejemplares hasta 1943, cuando se canceló el programa, dos años antes de la caída del III Reich.

Este Mercedes 770 era conocido como el “cuarto coche de Hitler”, su uso durante la II Guerra Mundial desde 1940 es una incógnita si bien tras el conflicto pasó a manos norteamericanas y fue utilizado por fuerzas militares estadounidenses que se encontraban en Le Havre en Francia.

Más adelante y tras pasar por manos de un tabaquero belga en 1946 fue vendido por 1.800 dólares en tabaco a Tom Austin, un residente de Tenessee, en EEUU que lo donó a la asociación local de veteranos de guerra, empleándose durante años y dejándose aparcado en un garaje hasta 1976.

Un empresario coleccionista lo descubrió y restauró llegándose a exponerse en el Museo de Antigüedades Automovilísticas Históricas de Chicago, cifrando su valor en un millón de dólares. 

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