La mañana empezaba con un toque de emoción cortesía de Ogier, que conseguía ganar en la primera pasada por el legendario Fafe (11.15 km) y erosionar la renta de Latvala en 1.7 segundos, dejándola en 7.8 antes del temible segundo asalto del día, de 32 km. Para muchos se habían encendido todas las alarmas de nuevo en el Polo número 2. Pero, lejos de amilanarse, Latvala encontraba una explicación lógica en la meta de la especial, argumentando que, mientras su compañero había corrido (y ganado) el rallysprint de Fafe el año pasado, donde dio varias pasadas a este tramo, él solo había pasado una vez por allí, allá por 2011… Por lo demás, se declaraba a gusto con su coche, calzado con cuatro gomas blandas (tres nuevas y una usada), idéntica monta que había llevado Ogier. De modo que emplazaba al galo a ver si era capaz de darle otro bocado a los menos de 8 segundos que tenía a buen recaudo en el siguiente asalto contra el crono.
Ambos colocaban la cubierta nueva que les quedaba en sus coches, blanda también, y salían a por todas en Vieira do Minho (32.35 km), para deleite de la riada de aficionados, en su mayoría portugueses y españoles. Y ahí las emociones fueron disipándose en el bando de Ogier en paralelo con el aumento del alborozo entre los partidarios de Latvala. Kilómetro a kilómetro, décima a décima, el finlandés fue tejiendo una ventaja que llegó a alcanzar los 3.2 segundos y que finalmente se quedó en los 2.6 en la meta. Ello dejaba su margen antes del último tramo en 10.4, ventaja a todas luces ya definitiva, salvo imprevisto. Ogier explicó en la meta que “no estaba en posición de tomar riesgos”, seguramente pensando en el campeonato, mientras que Latvala pudo por fin respirar hondo, sabiendo que el trabajo previo a Portugal le había permitido entenderse mejor con su coche y, por fin, el VW Polo WRC era ya la herramienta que necesitaba para defender sus opciones con todas las consecuencias en lo que queda de año. No son muchas ya, pero es lo que hay…
En el Power Stage (segunda pasada por Fafe), Ogier se llevaba los tres puntos que da la victoria parcial, dejando dos para Latvala, segundo, y uno para Andreas Mikkelsen, tercero.
Mikkelsen redondeaba un fin de semana perfecto para Volkswagen con su tercera plaza final, rubricando un triplete que le permite a la marca alemana olvidar de la mejor manera posible la pesadilla vivida en Argentina. El noruego partía 1.1 segundos detrás del Citroën DS3 WRC de Kris Meeke y nos quedamos sin saber si el británico hubiera peleado por ese puesto hasta el final, ya que la rotura de la barra estabilizadora trasera de su coche en el tramo anterior le impedía hacer otra cosa que no fuera conservar la cuarta plaza de las intenciones del lejano Ott Tanak, que se marcó un buen rallye en el estreno de su Ford Fiesta WRC 2015.
La sexta plaza fue para Dani Sordo (Hyundai i20 WRC). El español partía con la amenaza de su compañero Hayden Paddon ( 10.6) y Mads Ostberg (14.6), pero en unos tramos mucho más propicios a su manera de entender el pilotaje y de reglar su coche, el cántabro se defendía como gato panza arriba y lograba finalizar por delante de ambos. Eso sí, Ostberg tiraba a muerte para conseguir desbancar a Sordo de su posición, consciente de que Citroën y Hyundai se van a jugar este año el subcampeonato de Marcas a cara de perro. Logró adelantar a Paddon, pero con Sordo no pudo.
El Campeonato del Mundo de Rallyes reemprenderá su marcha con motivo del Rallye de Cerdeña, que se disputará entre los días 11 y 14 de junio.
Clasificación final
1º J.M Latvala-M. Anttila (Volkswagen Polo WRC), 3:30:35.3
2º S. Ogier-J.Ingrassia (Volkswagen Polo WRC), 8.2
3º A. Mikkelsen-O. Floene (Volkswagen Polo WRC), 28.6
4º K. Meeke-P. Nagle (Citroën DS3 WRC), 48.7
5º O. Tanak-R. Molder (Ford Fiesta WRC), 1:56.8