Entre los favoritos al triunfo en el Rally de Santander (tercera prueba del Nacional de la especialidad, celebrada este fin de semana), pocos contaban al joven Dani Sordo, pues, aunque era uno de los pilotos locales, se pensaba que estaría por detrás del resto de los “de casa": el experimentado Jesús Puras (Renault Clio) y Enrique García-Ojeda (Peugeot 206) parecían las opciones más probables entre los S1600 –vehículos más ligeros que el Grupo N de Sordo-. Por su parte, el alicantino Miguel Fuster (Citroën Saxo Kit Car) era quien, según se suponía, marcaría la pauta.
En principio, los pronósticos parecieron cumplirse: García-Ojeda hacía las delicias de los aficionados marcando varios “scratch" (mejor tiempo) en los tramos celebrados por la mañana. En el ecuador del rally, la ventaja del cántabro sobre el segundo clasificado (su compañero de equipo Joan Vinyes, beneficiado por el abandono de Manuel Cabo) era de 17 segundos. El tercero, Fuster, estaba a 29 segundos. Sin embargo, ya se veía venir a Sordo, gran conocedor de las carreteras por las que discurría la prueba. El joven (Mitsubishi Lancer Evo VI) estaba en la cuarta plaza, a 34 segundos del líder y por delante de pilotos experimentados como Sergio Vallejo (Fiat Punto S1600) o Puras, quien no acababa de encontrar el pulso a su Clio y marchaba en el noveno puesto de la clasificación provisional, tras Santi Concepción (Mitsubishi Evo VI).El canario, con ciertos problemas de frenos en la primera parte del rally, había conseguido rebajar sus propios tiempos hasta 10" en las segundas pasadas por los tramos de la mañana, lo que le acercaba a los lugares de cabeza, aunque él mismo reconocía que iba a ser difícil repetir la tercera plaza obtenida el año pasado en tierras cántabras. Sin embargo, la caótica segunda parte de la prueba –en la que se sucedieron los abandonos de varios pilotos- iba a dar un vuelco a la clasificación.La primera especial cronometrada de la tarde, Villasuso – Los Llares, tenía 14,7 km de longitud, repletos de suciedad y pequeñas piedras que podían provocar un pinchazo en cualquier momento, según comentaban los pilotos al finalizar el recorrido. Uno de los primeros afectados fue Vinyes, quien había pinchado mientras se dirigía hacia la salida del tramo y, mientras lo disputaba, agujereó de nuevo uno de sus neumáticos, perdiendo 5 minutos y cualquier posibilidad de subir al podio. Fuster heredó entonces la segunda plaza y Sordo, quien se hizo con el mejor tiempo en la segunda especial cronometrada de la tarde, empató con el alicantino: 26" separaban a ambos pilotos de García-Ojeda cuando, en el siguiente tramo, el piloto de Peugeot tuvo que abandonar la prueba, debido a problemas en su vehículo. Sordo no desaprovechó la oportunidad y se colocó en la primera posición, a sólo dos segundos de Fuster. El joven cántabro logró ampliar su ventaja, pero el actual líder del certamen volvió a recortar esa diferencia en las siguientes especiales cronometradas y llegaron a la última separados por 2". Era uno de los tramos más cortos del rally (11,7 km) y podía pasar cualquier cosa. De hecho, los aficionados cántabros, aunque querían ver a su representante en el escalón más alto del podio, apenas se atrevían a pensar en tal posibilidad: Fuster contaba con una gran experiencia, un coche más ligero y grandes dotes de conducción… Pero no pudo imponerse. Finalmente, Sordo hizo valer su conocimiento de las carreteras cántabras y su buen hacer: a pesar de llevar un coche más pesado que el del alicantino, obtuvo seis segundos de ventaja sobre el piloto de Benidorm.Sergio López-Fombona completó el podio, seguido por Concepción, quien valoró su segundo puesto en el Grupo N: el actual campeón de la especialidad ocupa la primera plaza en la clasificación provisional de la categoría, empatado con Sordo.
El Rally de Santander, que contaba con una muestra de vehículos de ocasión, también era puntuable para las copas de promoción Renault Clio (en la que venció José Piñón), Supercopa Fiat Punto (con José María San José como ganador) y Citroën Saxo, en la que el primer puesto fue para Fernando Medina.
De los 97 equipos que tomaron la salida, 65 lograron llegar al parque cerrado, situado en las inmediaciones del estadio de fútbol “El Sardinero". Entre los abandonos “ilustres" hubo que contar, además de los ya mencionados, el de Vinyes (quien, finalmente, rompió uno de los manguitos de agua de su 206), el de Luis Climent (Honda Civic Type R de Grupo N), que no llegó al primer tramo, y el de Puras, que tuvo que retirarse de la carrera por tercera vez consecutiva en esta temporada. Habrá que esperar hasta el 31 de mayo, cuando se disputará el Rally Rías Baixas, para que el campeonato quede más definido, aunque, de momento, parece que la emoción marcará -¡por fin!- el Nacional de Asfalto.