Qué enfermedades no son compatibles con la conducción

Tener un brazo escayolado es una dolencia temporal que te impide conducir, pero hay otras enfermedades poco recomendables a la hora de ponerse al volante.

Marina Gª del Castillo. Twitter: @MarinaAutopista

Qué enfermedades no son compatibles con la conducción
Qué enfermedades no son compatibles con la conducción

En España, los conductores particulares tienen la obligación de actualizar el permiso de conducir cada 10 años para mantenerlo en vigor, o cada cinco años cumplidos los 65. Sin embargo, esta temporalidad puede variar si el conductor padece alguna enfermedad o dolencia que condiciona su aptitud al volante.  Para poder conducir es necesario tener un buen control de la enfermedad, cumplir con el tratamiento y llevar a cabo un exhaustivo control médico.

¿Qué enfermedades tienen mayor riesgo de provocar un accidente? Suelen ser las enfermedades que están relacionadas con las pérdidas de conciencia, como la diabetes, la epilepsia, los trastornos cardiovasculares (arritmias, infartos, hipertensión arterial, embolias), y la somnolencia o trastornos del sueño.

Por supuesto, también están las enfermedades que producen alteraciones mentales graves o del comportamiento, como la esquizofrenia, depresión, demencia o el abuso y/o dependencia a fármacos, alcohol o drogas. También hay enfermedades que producen alteraciones en la capacidad visual que son incompatibles con la conducción como las cataratas, glaucoma, retinopatía diabética o hipertensiva o la degeneración macular.

Cómo conducir si tienes una enfermedad

Así, para disminuir el riesgo de tener un accidente si padeces alguna de estas enfermedades, debes tener en cuenta lo siguiente:

-        Conocer bien la enfermedad es fundamental para evitar sorpresas conduciendo.

-        Conocer los efectos secundarios de los medicamentos que estás utilizando.

-        Saber reconocer los primeros síntomas de una descompensación y cómo subsanarlos.

-        Evitar las situaciones desencadenantes.

-        Extremar las precauciones o incluso no conducir en la fase aguda de la enfermedad, de descompensación o del inicio de un tratamiento, ya que es cuando existe mayor riesgo.

-        Cuanto notes los primeros síntomas de descompensación, detén el vehículo en un lugar seguro y quita el contacto.

-        No dejes nunca el tratamiento por tu cuenta.

-        Consulta al médico antes de conducir. Él es el mejor asesor y te indicará cuándo puedes hacerlo.

Recuerda que en el examen psicotécnico para obtener o renovar el carné de conducir preguntan por cualquier posible enfermedad que padezcas o hayas padecido. Comunicar tu estado es tu responsabilidad.

Prohibido coger el coche

No se puede conducir con un brazo o una pierna escayolada o inmovilizada. Así lo establece el Reglamento General de Circulación (Artículo 17). Ponerse al volante en estas condiciones se sanciona con multas de 150 a 300 euros y pérdida de 3 a 6 puntos del carné.

Tampoco se puede conducir si te estás sometiendo a un tratamiento de quimioterapia sin dejar, por medio, un periodo de descanso que permita advertir los efectos secundarios.  

 

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