Días antes de su presentación oficial, en el Salón de Ginebra 2016, ya hemos podido ver la primera foto oficial de cómo será la cuarta generación Renault Scénic . Su imagen se basa en el R-Space, un concept car presentado en el Salón de Ginebra de 2011 que, lógicamente, ha perdido algunas de sus características prototípicas como las puertas traseras de apertura suicida, en sentido contrario a la marcha, o la carencia de Pilar B, aunque mantiene buena parte de su exterior.
El equipo de diseño liderado por Laurens Van den Acker tenía el encargo de aportar un enfoque fresco, diferente y distintivo al monovolumen Renault Scénic, una categoría en regresión ante la proliferación de SUVs y crossovers dotados capaces de aportar una modularidad reservada hasta hace poco a los familiares, que ha sido dominada por Renault en los últimos años.
El nuevo Renault Scénic tiene un estilo dinámico, con una carrocería más afilada que en cualquiera de sus generaciones anteriores, y se ha aumentado su altura libre al suelo, posiblemente para dotarle de una apariencia más aventurera. Este efecto se subraya con un voladizo trasero bastante corto y un techo abombado, descendente hacia la parte delantera, que evolucionaría a los del Renault Captur y Renault Espace. Como aquel, el Renault Scénic cuenta con un gran parabrisas de tres secciones que no sólo aporta luminosidad sino que favorece una buena visión para todos los conductores.
Plataforma compartida
Se elaborará sobre la plataforma CMF de módulos comunes del Grupo Renault-Nissan también empleada para la fabricación entre otros de los nuevos Renault Mégane, Talisman, Espace y Kadjar o Nissan Qashqai, entre otros. De ahí que podamos aventurarnos a afirmar que su gama de motores apostará por la miniaturización y no vayamos a encontrar bloques motores de más de 1,6 l. Sin duda, el TCe 1.2 constituirá el nivel de acceso y los dCi 1.6 de 130 CV copen la mayor parte de las ventas, si bien el dCi 1.5 pueda aportar un plus de economía. Para los aficionados a los cambios automáticos, se espera la presencia del cambio EDC de doble embrague tanto en algunas versiones Diesel, como de gasolina.
Del interior se espera posibilidades de modularidad interior que refuercen su carácter familiar y, como el Mégane, bien podría contar en función de los diferentes acabados comerciales con una instrumentación convencional de relojes o una digital con mayores posibilidades de configuración. Contará también, indudablemente, con el sistema multimedia R-Link 2 además de elementos que refuerzan su seguridad activa como el control de velocidad de crucero con función de frenado automático, la alerta por cambio de carril o aviso de presencia de vehículos en ángulo muerto del espejo. Un completo paquete de ayudas a la conducción que debe poner la guinda a un vehículo, el Renault Scénic, que promete de nuevo responder a las necesidades familiares cualesquiera éstas sean.
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