Seguro que a muchos os suenan las grandes marchas cicloturistas organizadas por las diferentes partes de nuestra geografía, como la Quebrantahuesos, en Huesca; la Miguel Indurain, en Navarra; la Mussara, en Tarragona… Andalucía, Comunidad Valenciana o Galicia son en la mayoría de las ocasiones nuestro destino. La mecánica siempre es la misma: cargamos la bicicleta y todo nuestro equipamiento en el vehículo y nos desplazamos hasta el punto de salida para participar en una de estas actividades.
Tras pedalear durante varias horas por los parajes más increíbles de nuestra geografía, se termina la marcha cicloturista y, después de pasar un rato agradable charlando con el resto de participantes, disfrutar de muchas historias y chascarrillos, y reponer las fuerzas gastadas, volvemos a cargar todo en el vehículo, nos adecentamos un poco e iniciamos el regreso hasta nuestro domicilio.
La clave de la intendencia
La cronología del anterior relato sirve para que os podáis orientar, a grandes rasgos, sobre la naturaleza de uno de estos viajes para disfrutar de una de mis mayores aficiones, pero hay una parte muy importante, que puede quedar oculta para la mayoría que puede ser la clave en uno de estos viajes.
Yo realizo una media de 20 salidas anuales para participar en marchas cicloturistas ¿imagináis el presupuesto de hoteles y restaurantes que necesitaría si no utilizase mi vehículo como vivienda?
La otra parte de la aventura es también importante de relatar: viajamos en un vehículo grande, cómodo, con una panorámica de la carretera y del entorno inigualable, en cada parada puedo pasar a la parte posterior para sentarme como si estuviera en el sofá de casa, prepararme un refrigerio, cambiarme de ropa las veces que sea necesario… y todo lo llevo perfectamente ordenado en cada uno de los receptáculos que hay instalados en mi camper.
Apartamento privilegiado
Cuando llego al destino, una vez formalizados los trámites de la inscripción y recogido el dorsal de la marcha cicloturista, busco en las cercanías un lugar tranquilo y apropiado (que en ocasiones puede ser un camping) para instalarme: preparo la cena, disfruto de una buena tertulia con los amigos que me acompañen (con buen tiempo en el exterior) y, llegado el momento, preparo las camas y me voy a dormir hasta el día siguiente.
Al despertar pierdo poco tiempo: preparar el desayuno y la equipación para montar en bici es cuestión de pocos minutos y puedo estar en la línea de salida con tiempo de sobra para acondicionarme para el pedaleo.
Al terminar la marcha cicloturista dispongo de un lugar inigualable para cambiarme de ropa, comer de manera relajada e incluso, si el tiempo acompaña, ducharme gracias a la toma de agua en la parte posterior antes de iniciar el regreso a casa.
¿Qué Combi es el ideal?
Yo he elegido una furgoneta Renault Trafic con plataforma larga para contar con más espacio interior, adquirida con un equipamiento sencillo y la preparación interior fue realizada por la empresa Tinkervan, especializada en todo tipo de transformaciones, trabajo que incluye el necesario trámite de homologación en la ITV. En esta versión larga algo más de 5 metros y 1,95 de alto, lo que me permite disponer de un espacio de vivienda muy digno y cómodo para disfrutar cada kilómetro de mis viajes. Mis bicicletas viajan en el exterior, porque no me gusta que puedan ensuciar o arañar parte del equipamiento interior del vehículo, pero otros amigos transportan la bici en el interior: espacio no nos falta.
El montaje incluye un asiento de dos plazas montado sobre raíles para poder desplazarlo adecuando el espacio interior para albergar mayor carga en caso de ser necesario. Éste se convierte en una cómoda cama de algo más de un metro de ancho y dos de largo que permite dormir cómodamente a dos personas. Se completa el equipamiento con una nevera de compresor alimentada por dos baterías auxiliares de gel, cocina, fregadero con bomba de agua conectada a un depósito de 25 l además de, imprescindible cuando dormimos en plena montaña o fuera del periodo veraniego, una calefacción estacionaria Webasto que nos asegura absoluto confort aún con el termómetro marcando cifras negativas.
La motorización es la más potente ofrecida para este modelo (150 CV) a fin de lidiar con solvencia con las carreteras de montaña por donde nos moveremos habitualmente además de permitir una cómoda velocidad de crucero en los trayectos por autovía.
A pesar de su tamaño, cuando no utilizo mi Combi para viajar, tengo un vehículo que me permite desplazamientos por la ciudad, o por cualquier tipo de carretera, con una comodidad similar a la de cualquier turismo.
*Sergio Palomar es el director de la revista Bicisport, periodista del equipo de redacción de Ciclismo a Fondo y un experimentado ciclodeportista muy conocido en el mundo de la bicicleta español.
LAS 5 COMBIS MÁS ADECUADAS PARA CONVERTIR EN VIVIENDA
FICHA TÉCNICA | Ford Custom Tinkervan |
Largo | 4.972 mm |
Ancho | 1.980 mm |
Alto | 2.060 mm |
Combustible | Diésel |
Potencia | 125 CV |
Precio aprox. | Desde 30.700 € kombi |
FICHA TÉCNICA | Peugeot/Citroën Traveller/Jumpy |
Largo | 4.959 mm |
Ancho | 1.920 mm |
Alto | 1.900 mm |
Combustible | Diésel |
Potencia | 150 CV |
Precio aprox. | Traveller desde: 22.400 € |
FICHA TÉCNICA | Renault/Nissan/Fiat Trafic/ NV 300/Talento |
Largo | 5.399 mm |
Ancho | 1.956 mm |
Alto | 1.967 mm |
Combustible | Diésel |
Potencia | 145 CV |
Precio aprox. | Talento desde: 20.300 € |
FICHA TÉCNICA | Mercedes Marco Polo Horizon |
Largo | 5.140 mm |
Ancho | 1.928 mm |
Alto | 1.980 mm |
Combustible | Diésel |
Potencia | 163 CV |
Precio aprox. | Vito desde: 27.300 € |