Pasemos a hablar, antes de nada, de lo que diferencia a ambas versiones. La principal reside lógicamente en el motor. El 2 litros TDI que anima a esta variante conserva las cotas internas de su antecesor, pero son tantas las novedades que incorpora, que se puede hablar de un motor completamente nuevo.
Potente y ahorrador
Cuenta así con un nuevo sistema de distribución variable, árboles contrarrotantes de equilibrado y un sistema de alimentación de última generación mucho más eficaz. Se pasa así de 170 a 184 CV a 3.500 rpm, mientras que el par máximo aumenta de 35,71 mkg a 38,77 mkg a tan sólo 1.750 rpm. Pero este motor no sólo es más potente que el anterior, también es mucho más eficiente y prueba de ello es que consigue reducir el consumo medio en 0,9 litros/100 km, lo que supone gastar tan sólo 4,2 litros cada 100 km y 4,5 litros si se escoge la opción del cambio DSG. Comparado con el GTI, es un ahorro de 1,8 litros para el manual y 1,9 para el automático (6 l/100 km y 6,4 l/100 km, respectivamente, es lo que declara el GTI)
Hacemos esta apreciación porque pensamos, igual que lo hace la propia Volkswagen, que estos dos modelos van a ser rivales encarnizados pues ambos se ofrecen al mismo precio (31.010 euros). Tanta es la igualdad que VW tiene previsto que ambos alcancen un 5 por ciento del volumen total de ventas del nuevo Golf.
Tanto GTI como GTD ofrecen los mismos reglajes en los trenes rodantes. Como se puede imaginar, para estas versiones se dispone del eje trasero multibrazo en lugar del sistema de ruedas tiradas que se emplea para los Golf más modestos, pero, en este caso se montan muelles más cortos que reducen la altura de casco 15 mm, llantas de 17 pulgadas calzadas con neumáticos 225/45 y amortiguadores de tarado más enérgico. En opción, se ofrecen amortiguadores de control electrónico DCC con tres posiciones a elegir, así como llantas de 18 o 19 pulgadas.
En el GTD también se incorpora la nueva cremallera de dirección progresiva con asistencia eléctrica estrenada en el GTI. Esta cuenta con 2,1 vueltas en lugar de las 2,7 que ofrecen las versiones más modestas y tiene la particularidad que se vuelve más rápida a medida que el radio de la curva es mayor. De esta manera se consigue una dirección muy rápida en los trazados más sinuosos, sin que resulte demasiado sensible en trazados rápidos a alta velocidad. La asistencia también dispone de dos posiciones a elegir, una más suave para ciudad y carreteras con muchas curvas y otra más dura para autopista.
También se encuentra disponible el bloqueo electrónico del diferencial XDS que hace las veces del autoblocante, frenando la rueda interior en curva para evitar pérdidas de motricidad y controlar el subviraje. Por su parte, el control de estabilidad ESC se puede desconectar total o parcialmente.
A través de la pantalla táctil se tiene acceso a los tres modos de conducción, Normal, Confort, Sport y también se ofrece un modo de conducción que el conductor puede programar independientemente tanto la dureza de suspensión y dirección que más le conviene, como la respuesta del motor y el modo de actuar de las ayudas a la conducción.
Prestaciones destacadas
Con un peso total del conjunto de 1.377 kg, el nuevo GTD consigue acelerar de 0 a 100 km/h en 7,5 segundos y su velocidad máxima llega a 230 km/h (228 km/h con DSG), lo que supone ganar 8 km/h en velocidad máxima y mejorar en 6 décimas de segundo en el 0 a100 km/h con respecto al modelo de la generación anterior. No es de extrañar que el GTD se sitúe más cerca que nunca del nuevo GTI; si bien este último es un segundo más rápido en el 0 a100 km/h y consigue una punta de 246 km/h.
Por encima de estas cifras, el empuje de nuevo motor resulta extraordinario a cualquier régimen. La suavidad y el agrado de funcionamiento son también sorprendentes para un motor alimentado por gasóleo; el sonido puede tener incluso tientes deportivos. No en vano, si se escoge la opción Sport que incluye chasis deportivo —no compatible con la amortiguación DCC—, pinzas de freno pintadas en rojo y sistema actuador acústico, el sonido del motor se vuelve más intenso y ronco dentro del habitáculo cuando se pulsa la tecla que lo acciona.
Pero si el Golf GTD sorprende por su rendimiento mecánico, algo parecido puede decirse de sus cualidades ruteras. El coche tiene tacto y andares de un modelo de categoría superior, resultando además muy agradable de conducir. Puede presumir de un comportamiento de primer nivel, dado que va siempre muy asentado a la carretera y resulta además sumamente ágil y eficaz en los tramos más virados. Es un automóvil que se lo cree todo y que transmite al conductor una agradable sensación de seguridad. Una máquina capaz de reportar muchas satisfacciones a sus futuros propietarios.