Audi A2 1.4 TDI/90

Ni novedoso diseño, ni carrocería de aluminio, ni cuatro aros en el frontal; ninguna de estas características justifican un elevado precio de 21.850 euros. Eso sí, monta un motor turbodiésel inédito en el Grupo Audi-VW.

Audi A2 1.4 TDI/90
Audi A2 1.4 TDI/90

Hay una sensación de poco espacio en el habitáculo. Sin embargo, comparando las cotas interiores con otros modelos similares, ésta no es una percepción veraz. La impresión está acentuada por las líneas de diseño del techo y por la anchura (135 cm). Un Mercedes Clase A, su rival, tiene 132 cm disponibles en la misma cota, pero la sensación es de mayor amplitud. En las plazas traseras, -con los respaldos en posición bastante verticales, por cierto-, el A2 es más ancho que su principal contrincante (130 cm frente a 127, una vez más, las apariencias engañan). La sensación al ocupar esta posición es la de ir sentado bastante abajo. El único distintivo de esta versión respecto al resto de la gama es la “i" de TDi en rojo. El maletero tiene una capacidad más que suficiente de 355 litros, pero la inclusión ahora de una rueda de repuesto -hace dos años tenía sólo un kit antipinchazos- resta espacio a este apartado. La boca de carga es bastante amplia, pero su forma puede dificultar, por la colocación de la bandeja -que se puede retirar-, las operaciones de carga o descarga de objetos voluminosos. Desde el puesto del conductor, la visibilidad trasera –a pesar de que la luna es de dimensiones bastante reducidas- y lateral –con dos retrovisores grandes y del mismo tamaño- son correctas. Conseguir la posición ideal de conducción es sencillo gracias a las múltiples regulaciones disponibles, de accionamiento manual todas ellas. Todos los mandos tienen un cómodo acceso –al aire acondicionado, al cierre centralizado, a los elevalunas, a las luces de emergencia, etc-. Nos ha sorprendido, hablando de mandos, el que la llave no dispusiera de control remoto de la apertura del coche.

El volante tiene un diámetro desproporcionado –demasiado grande-. Esta característica resta “espíritu deportivo" a la versión en la que destacan unos asientos delanteros que sujetan a la perfección y que tienen un mullido firme y agradable y que sí tienen un aspecto más “rácing". No es uno de esos coches que una se compraría a pesar de ser exclusivo, glamuroso y… de aluminio. Cuando apareció en el mercado, el A2 llamaba la atención; hoy, cuatro años más tarde, esa fiebre por la innovación y el diseño de vanguardia parece que ha quedado en el olvido. Ahora destacan, aunque tampoco sorprenden ya, las líneas de coches como el Renault Avantime –que se ha dejado de producir, por cierto-.

El A2 es un coche tecnológico, exclusivo y que ocupa un determinado nicho de mercado bastante elitista. Sin embargo, tenemos que tener en cuenta que, por su precio, podríamos disponer de un A3 o de un Golf mucho más potentes. Y esta peculiaridad es un escollo, a nuestro juicio, insalvable en el caso de nuestro protagonista.

 
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En general el manejo del pequeño Audi nos ha gustado; el motor, que llegó al mercado en octubre de 2003, nos ha parecido correcto; pero consideramos que el desembolso de más de 3,6 millones de las antiguas pesetas no está justificado. El A2 es un vehículo de dimensiones reducidas, con aspecto de monovolumen y bastante robusto. Sus líneas de diseño poco tienen que ver con las de sus estilizados hermanos. La parrilla sí es inconfundiblemente Audi y, además, guarda un curioso secreto. Se puede desmontar para que el usuario compruebe el nivel de aceite o de líquido de frenos y, en caso de necesitarlo, podrá incluso rellenarlo. Es el único acceso a la mecánica del A2 que nos permite la marca alemana. La apertura del capó, aunque se puede llevar a cabo, se realiza sólo en el servicio técnico por personal cualificado. Si lo intentamos por nuestra cuenta, podemos enfrentarnos a un rompecabezas de complicada solución. No se puede negar que estamos ante un Audi. Las formas redondeadas y los abultados pasos de rueda, por ejemplo, le delatan claramente. Visto de perfil, se asemeja -guardando las distancias- al TT; la caída de las líneas del techo hacia la parte trasera y el pequeño alerón final son los elementos más parecidos. En la moldura de las puertas traseras se distingue en nuestra unidad de pruebas un emblema SLine, el acabado deportivo de Audi.El acabado interior de este modelo es impecable, aunque sobrio, si tenemos en cuenta el carácter juvenil de su público objetivo (mujeres a partir de los 25 años, aproximadamente). El fondo en negro de los relojes con los datos en rojo resulta elegante y permite una óptima interpretación de los mismos. El acompañante, en la plaza delantera, tiene una útil superficie frente a sí para dejar un bolso, una carpeta o incluso un libro.