Mi reencuentro con el Audi A8 me ha servido para probar por primera vez los faros más avanzados del mundo (Matrix Led, 2.995 euros). Respecto a los faros completos de leds, en los Matrix hay un control individual de los 25 leds que componen cada faro, de tal manera, que el haz se proyecta en función de las condiciones, apagándose, encendiéndose o atenuando automáticamente su luminosidad de manera independiente cada led. Con los Matrix led se busca proyectar continuamente el haz más amplio sin llegar a molestar al resto del tráfico. A medida que alcanzas al vehículo que te precede o se acerca uno en sentido contrario, no hay un cambio de largas a cortas como otros sistemas proponen, sino una reducción progresiva de la altura del haz. También percibes que el haz aumenta su anchura y si te acercas mucho al coche de delante, puedes comprobar cómo el faro izquierdo proyecta su haz a lo ancho y a lo largo del carril contrario si no viene ningún coche, mientras el faro derecho se centra básicamente en iluminar el arcén.
El sistema es capaz de detectar hasta ocho puntos interpretables como coches, motos o bicicletas y crea sombras en el propio haz para no deslumbrar. Estos faros también se comunican con el sistema de navegación y se anticipan a las curvas y cruces para modificar el haz. Y también trabajan con el sistema de visión nocturna. Si éste sistema detecta peatones en los arcenes, los Matrix Led lanzan tres ráfagas como aviso al peatón y al propio conductor. El campo que iluminan los Matrix Led es el mayor que he probado nunca y posiblemente su luminosidad la más clara. Por momentos, he tenido la sensación de estar molestando al tráfico contrario por la ancha y larga iluminación que me parecía invadir la silueta que tenía por delante, pero nunca recibí una queja en forma de ráfagas. No dudo que sean, por ahora, los faros más completos del mundo.
Y hay más
Si me pongo a contarte todo el equipamiento que puede llevar y cómo funciona, no acabaríamos, así que nos centraremos en el placer de conducirlo o de ser un simple pasajero. La suspensión neumática de serie marca el tacto de rodadura del A8. Con diferentes modos de actuación a toque de tecla (dispone de un modo automático), puedes conseguir un extraordinario nivel de filtrado (aunque aquí la Clase S de Mercedes y el Lexus LS tradicionalmente están por encima), como de precisión de marcha (el Audi A8 sí puede ser aquí el mejor). De forma natural, el A8 te agasaja con su estabilidad, comodidad y sensación de seguridad. Solo por la distancia entre ejes y anchos de vías, su huella de sustentación sobre refinadas suspensiones neumáticas consigue que el desplazamiento por cualquier autopista sea soberbio.
No he podido esta vez con este Audi A8, pero recuerdo rodar en Alemania por muchos kilómetros por encima de 200 km/h de forma continuada con otro A8, sin sentir la fatiga mental que normalmente sufres cuando "delinques" de esta manera. El tamaño del A8 te transmite quietud de movimientos y la sensación de no haber pasado nada tras un volantazo, una esquiva, un badén en pleno apoyo en curva o en una brusca frenada. Quizá lo sobrenatural del A8 es cómo rueda en carretera de doble sentido. Es grande y ocupas mucho carril, pero dinámicamente creo que es la berlina de su segmento menos aparatosa hilando curvas. Gracias a su chasis y carrocería de aluminio, el A8 es relativamente ligero e invierte ese ahorro en contar con una tracción integral quattro de serie.
Si cambias el modo Comfort de conducción por el modo Sport (además de la suspensión cambia las leyes de la dirección, el cambio y el acelerador), la respuesta dinámica del A8 es de nuevo soberbia. En ningún caso se vuelve un coche radical ni áspero. Prevalece siempre el confort y la suavidad, pero sientes una agradable firmeza de apoyos y nulos balanceos que te llevan a conducirlo, si quieres, muy rápido con total despreocupación.
Quattro, por supuesto
A esta despreocupación se llega también por la tracción integral. Resulta insuperable y en un coche de este nivel, parece exigible que su comportamiento en todo tipo de superficies esté a la altura de la categoría tecnológica del coche. Recuerdo también haber recorrido hace años un mismo trayecto bajo la lluvia con un Audi A8 y un Serie 7 y cómo el BMW continuamente recurría a las ayudas electrónicas para seguir el ritmo de un A8 quattro impasible. Años después, la Serie 7 puede contar opcionalmente con tracción integral y pasó lo mismo con la Clase S.
Mis últimos comentarios se los dedico al buen y equilibrado 3.0 TDI de 258 CV y 60 mkg. Aporta calidad al conjunto por su suave y contundente respuesta desde sus primeros giros, aunque a ralentí, las pocas vibraciones que llegan no parecen corresponder con el exquisito ambiente que se respira en un habitáculo de piel y madera de inmensa calidad. En movimiento sientes el motor dulce, potente y refinado. Y seguramente no necesites más. Trabaja con un cambio de 8 velocidades que en el desplazamiento largo ayuda a reducir drásticamente los consumos de combustible y los decibelios. Su 8ª conlleva regímenes giro como 1.600 rpm a 120 km/h, que te permite ver sorprendentes medias de consumo de 7 l/100 km.