Con 30 CV más respecto a la anterior generación y una larga serie de mejoras, la versión R realizada sobre la última plataforma del VW Golf promete ser un verdadero proverbio de eficacia. Emplea el motor 2.0 TSI del Golf GTI con sistema de inyección directa e indirecta, pero profundamente modificado para alcanzar los 300 CV que anuncia entre 5.500 y 6.200 rpm, junto con 38,8 mkg de 1.800 a 5.500 vueltas. Recibe, entre otras cosas, un nuevo turbo, una culata rediseñada, nuevas válvulas de escape, asientos de válvula y muelles, así como nuevos pistones y retoques en el sistema de inyección. Mantiene el sistema de distribución variable y el ajuste de válvulas de escape Valvelift.
Lógicamente, sus prestaciones han mejorado. En el caso de la versión manual el paso de 0 a 100 km/h es de 5,1 segundos (antes 5,7 s), mientras que con cambio DSG baja hasta los 4,9 segundos, en ambos casos con una velocidad máxima limitada electrónicamente a 250 km/h. La eficiencia también ha mejorado, ya que se ha reducido el consumo medio de 8,5 a 7,1 l/100 km. En el caso de la versión DSG esta mejora es aún mayor, pues pasa de 8,4 a 6,9 l/100 km, en parte por el dispositivo Stop/Start y en parte por la función de "planeo" del cambio, que puede desacoplarse al levantar el pie del acelerador y mantener el motor al ralentí, ya sea en bajadas o al aproximarse a un semáforo.
Más interesante es que cuenta con la 5ª generación del sistema Haldex estrenada en las versiones 4Motion del Golf VII. Entre sus funciones está el poder repartir par antes de que se produzcan pérdidas de motricidad, incluso saliendo desde parado gracias a su bomba de aceite electrohidráulica. En situaciones puntuales casi el 100% del par puede desviarse al tren trasero, aunque para reducir rozamientos en condiciones normales, por ejemplo circulando en autopista, es el eje delantero el que recibe toda la potencia. Uno de sus avances más significativos de cara al dinamismo es que implementa la función XDS en los dos ejes, capaz de frenar las dos ruedas del interior de la curva incluso en fases de deceleración para reducir el subviraje y hacer el giro más incisivo. La dirección, por su parte, es de tipo progresivo, con una relación más directa a medida que el ángulo del volante es mayor. Cuenta con 2,1 vueltas entre topes, frente a las 2,75 de las versiones convencionales del modelo. Por cierto, es el único Golf en el que se puede desactivar por completo el control electrónico de estabilidad.
En esta generación del Volkswagen Golf R se ha buscado un comportamiento más neutro y ágil, se ha intentado erradicar el subviraje al límite, para lo que también se ha puesto especialmente a punto la suspensión. Adicionalmente se ha rebajado la altura de la carrocería 5 mm respecto al Golf GTI (20 mm respecto a un Golf convencional), pero se ha querido mantener un nivel de confort aceptable. A ello ayuda la suspensión pilotada, que se puede configurar mediante el "Driving Profile Selector" a través de la pantalla táctil. En este caso cuenta con los ya conocidos modos Eco, Normal, Sport e Individual, y añade un nuevo perfil denominado Race, que endurece aún más la suspensión y hace más deportivas las leyes del cambio DSG en caso de equiparlo.
Respecto a los detalles estéticos específicos, afectan a los paragolpes, faldones laterales, grupos ópticos, escapes, difusor y llantas, que son de 18 pulgadas, o de 19 en opción. En su interior alojan discos de freno delanteros de 340 mm de diámetro, y traseros de 310 mm. En definitiva, todo un deportivo disfrazado de "inofensivo" Golf al que desde ya mismo estamos deseando poner a prueba. Llegará a los principales mercados europeos a finales de 2013.