Ya está preparada la segunda de las ediciones especiales y limitadas que Bugatti inició hace unos meses para el festival de Pebble Beach, con el Veyron GS Vitesse Legend Jean-Pierre Wimille como protagonista. Este serial se compone de seis versiones del espectacular Bugatti Veyron en homenaje a pilotos o personajes que marcaron una época en la historia del fabricante francés: ‘Les Légendes de Bugatti’.
El primero fue Jean-Pierre Wimille, ganador en Le Mans con Bugatti, y ahora el elegido es Jean Bugatti, hijo del fundador de la marca. En esta ocasión, el Veyron se inspira en uno de los míticos Type 57SC Atlantic, considerado por muchos como uno de los deportivos más bellos jamás creado. Precisamente Jean Bugatti fue una pieza clave en la creación del Atlantic en los años 30, cuando cogió las riendas de la compañía en 1936 sólo tres años antes de morir en un accidente.
Este Veyron de edición limitada a tan sólo tres unidades –por un precio de 2,28 millones de euros cada una– está inspirado en ‘La Voiture Noire’, uno de los cuatro Type 57SC Atlantic que se crearon y que lamentablemente está en paradero desconocido, tras extraviarse durante la II Guerra Mundial.
Sin duda lo más llamativo del Veyron que veis en imagen es la carrocería, completamente negra, como aquél ‘La Voiture Noire’. Cuenta además con detalles en platino –el material escogido para el Atlantic en los años 30–, en el logo de la parrilla frontal y en el de la zaga. No podía faltar la firma de Jean Bugatti, presente en los umbrales de las puertas.
Tanto para el exterior como para el interior, los diseñadores de Bugatti quisieron mantener el espíritu del ‘La Voiture Noire’. En el habitáculo destacan los mismos tonos beige y marrón del Atlantic. El color marrón ‘chocolate brown’ está presente en los asientos, volante, salpicadero, instrumentación, consola central y en paneles de las puertas. El interior de este Veyron tan especial es un juego de contrastes, cargado de lujo y con multitud de guiños a Jean Bugatti y al Atlantic original.
Bajo el capó, no podía faltar el brutal propulsor del Veyron 16.4 Grand Sport Vitesse; es decir, un W16 de 8,0 litros, 1.200 CV de potencia y 153 mkg de par motor. Esta mecánica contrasta con la del Bugatti Type 57SC Atlantic, con un motor de ocho cilindros en línea y 3,2 litros de cubicaje, que rendía poco más de 200 CV y le permitía superar los 200 km/h, toda una hazaña por aquél entonces.
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