Más de medio millón de coches que circulan por nuestras carreteras son vehículos de renting, una fórmula para disfrutar de un coche pagando una cuota fija mensual que incluye todo menos el combustible. Se trata, ni más ni menos, que de un alquiler a largo plazo. Sus grandes usuarios son las empresas, tanto grandes como Pymes y recientemente autónomos, porque para ellos tienen la opción de desgravarse, pero cada vez son más los clientes particulares que lo contratan porque realmente les interesa al ser el coche un bien que se devalúa tan rápidamente.
1. Te gusta cambiar de coche habitualmente
Los contratos de renting habitualmente suelen durar de media unos cuatro años, -si bien es cierto, que en el caso de particulares, muchas veces se prolongan a cinco-. Es justo el plazo a partir del cual un coche comienza a devaluarse de forma significativa. El renting te permite disfrutar de un coche nuevo, con todo lo que ello implica, cada cuatro o cinco años, según lo veas.
2. Quieres tener tus gastos fijos claros
Si no quieres sorpresas con los gastos de tu coche y quieres saber de antemano lo que te vas a gastar en él, el renting te ayudará. No hay desembolsos iniciales, sólo hay una cuota al mes durante el periodo pactado que incluye el mantenimiento, las reparaciones de posibles averías y los impuestos correspondientes. Los neumáticos están incluidos, en cada caso, te marcan cada cuántos kilómetros los cambian. El único gasto no incluido es el combustible.
3. Quieres tener coche de sustitución y tus problemas de movilidad resueltos
Con el renting tus necesidades de movilidad están cubiertas. Es cierto que no en todos los contratos de renting se incluye de partida el coche de sustitución pero sí suelen ofrecerte soluciones cuando tu coche tenga que acudir al taller. Desde recogerte el vehículo y devolvértelo en tu domicilio o trabajo hasta cambiarte el vehículo si la operación del taller se retrasa más de un tiempo determinado.
4. No quieres líos con la fiabilidad del coche
Una de las grandes ventajas del renting es que aunque el coche te falle y presente muchas averías, el vehículo no es tuyo, de forma que te causará el engorro de tenerlo que llevar al taller, pero no tendrás que cargar con esa losa como si lo compraras.
5. En los próximos años prevés que tus necesidades cambien
Tal vez no tienes claro si en pocos años vas a necesitar un coche más grande o más pequeño o de otras características, como un híbrido o un eléctrico porque se endurezca la legislación en la ciudad por la que circulas todos los días. Con el renting sabes que en cuatro años (o en menos si así lo contratas) podrás cambiar de vehículo.
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