Eugene Romanovsky, un letón residente en Tel Aviv (Israel) y también un genio de los efectos especiales, quería vender su Suzuki Vitara. Y se decantó por la segunda opción. Tiró de sus amplios conocimientos en lo audiovisual para crear una producción de dos minutos que ya quisieran para sí grandes gigantes como Coca-Cola. En esta súper producción, anuncia su Vitara del 96 con tal magnificencia –y trasfondo humorístico- que, si no te llega a convencer para que lo compres, es imposible que al menos no muestres interés por el veterano vehículo.
Para nada es el anuncio de un coche de segunda mano al que estamos acostumbrados. Sin embargo, su arranque sí podría recordarnos a un anuncio de cualquier todoterreno nuevo: el conductor acaricia la carrocería, se monta, arranca el motor y salta a una sucesión de escenas con mucha acción en las que el coche hace sus pinitos por caminos y demás terrenos complejos. Sin desmerecer el hecho de que Romanovsky imitara esas escenas con un coche del 96, no es excesivamente impresionante. Las primeras imágenes vienen acompañadas del texto ‘Mi mejor amigo durante 10 años’.
La cosa empieza a desvariar justo a continuación: se ve el Vitara al borde de un acantilado sobre una espesa selva, surcando dunas, rodeado de animales en la sabana… el anuncio incluso muestra al veterano todoterreno moviéndose a toda velocidad rodeado de dinosaurios. Mientras, aparecen sugerentes textos: ‘La leyenda, la bestia, el héroe, el descubridor’. Las imágenes siguen fluyendo para dar paso al Vitara participando en la famosa escena Mad Max, huyendo de una avalancha de nieve y haciendo un viaje espacial hasta aterrizar en la luna junto a Louis Armstrong, no sin antes haber buceado entre tiburones. ‘Va a cualquier sitio sin ningún miedo’, asegura un nuevo rótulo.
A continuación, Romanovsky se muestra más honesto al reconocer, también mediante textos que acompañan espectaculares imágenes espaciales: ‘Vale… en realidad no experimentó todas estas cosas. Eso explica su excelente estado de conservación’. Tras regresar al presente calcando la forma en que lo hacía el coche de Regreso al futuro y rodar durante unos segundos por una ciudad de nuestro tiempo, el coche termina estacionado en un parking. ‘Necesita amor. Y a lo mejor algo de pintura’, concluye el metraje.
Una forma, sin duda, espectacular, y no menos laboriosa, de vender tu coche. Youtube le da la razón: en menos de un mes publicado en la página ha cosechado casi 2,5 millones de reproducciones. Y, por supuesto, el intrépido Vitara ya ha sido vendido.
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