1 de cada 3 europeos apoya los eléctricos

Un 28 por ciento de los conductores europeos se decantan por el coche eléctrico por su menor impacto sobre el medio ambiente, según una encuesta divulgada en Londres por Ford, que considera consolidada su presencia en el mercado.

Mercedes Clase B eléctrico
Mercedes Clase B eléctrico

El estudio, realizado entre 6.000 personas, confirma los resultados que la compañía automovilística maneja desde hace un tiempo sobre la creciente preocupación de los conductores por la contaminación, los atascos y el coste de la gasolina, que empuja al 74 por ciento de los consultados al transporte público.

El coche eléctrico se mantiene como preferencia para el 28 por ciento de los encuestados, que afirman que "estudiarían" comprarlo, si bien sólo el 8 por ciento ha tenido una experiencia directa con este tipo de vehículo más ecológico, según la encuesta presentada hoy en Londres durante el seminario "El futuro en movimiento".

La vicepresidenta de Ford para Europa, Barb Samardzich, dijo en una entrevista que estos datos demuestran que los conductores son cada vez más conscientes de las muchas alternativas sostenibles que existen en el mercado y que ello abre la puerta a potenciarlas.

"Es la mayor aproximación que hacemos a los intereses de los consumidores. Cada vez tenemos más claro qué quieren y podemos empezar a trabajar en ello", señaló Samardzich.

A principios de año, el director general de la compañía, Bill Ford, anunció en Barcelona la creación del "Proyecto de Movilidad" para desarrollar nuevas tecnologías, que con el encuentro de hoy en Londres entra en una nueva fase de estudio.

"Por ahora nos centramos en compartir ideas, pero estos datos son un nuevo punto de partida. La fase de diálogo, en la que estamos ahora, nos ayuda a ver si es necesario crear tecnología o evolucionar la que ya tenemos, por ejemplo", explicó la vicepresidenta de una empresa que fabrica los vehículos eléctricos Ford Transit Connect y Ford Focus Electric.

La llegada de estas actualizaciones modificará también el modo en que se trabaja en las fábricas, según reconoció Samardzich, que pese a esta variación previsible descartó que la nueva tecnología -aún sin fecha de llegada- cambie la rutina manufacturera de las fábricas españolas.