Pocas acciones relacionadas con el mantenimiento de tu coche tienen una repercusión tan directa en tu bolsillo como cuidar el consumo de tu coche. Realizar una conducción eficiente y cuidar el tacto con el acelerador puede hacer que ahorres un buen dinero a final de año. Ahora que vuelven los largos viajes para pasar las fiestas navideñas en familia, aplica los siguientes consejos.
El ahorro de combustible empieza antes de ponernos en marcha
Lo primero que tienes que hacer es planificar bien tu viaje. Esto te permitirá saber dónde puedes repostar y cuál es el viaje más cómodo, rápido y eficiente. Antes de ponerte en marcha piensa que el viaje con menos kilómetros no tiene por qué ser en el que más se ahorre, ya que en un puerto de montaña consumiremos más combustible que circulando a velocidad de crucero por una autovía.
Además, conocer de antemano el itinerario también te ayudará si quieres hacer algo de turismo durante el mismo. Aprovechar las paradas para conocer nuevas ciudades es muy recomendable pero puede hacer que demos varios rodeos hasta que encontremos la entrada adecuada o puede que, por indecisión del momento, nos saltemos la salida. No tener atados todos los detalles antes de ponernos en marcha nos permitirá evitar alargar nuestro viaje en el tiempo y, con él, consumir más combustible del debido.
Otro buen truco es evitar cargar el coche hasta los topes. Piensa qué es imprescindible, qué vas a utilizar con total seguridad y qué será muy raro que utilices. Hacer este ejercicio con regularidad antes de salir de casa te ayudará a identificar esos objetos que siempre viajan en el maletero pero nunca necesitas. De igual modo, no lleves cargas innecesarias en la zona trasera. Un maletero limpio repercute en menos peso que el coche tiene que mover.
Al salir de casa
Antes de salir a la carretera y circular con el resto de vehículos, también hay un par de detalles que podemos tener en cuenta. El primero es que circules con tranquilidad y suavidad, evitando moverse por ciudad a velocidades altas y dando acelerones innecesarios. De esta manera no tendremos que frenar hasta detenernos en la mayoría de los semáforos (y reduciremos la probabilidad de tener un accidente). Recuerda que los arranques son los momentos más ineficientes de los motores de combustión.
El segundo es que, antes de ponerte en marcha, pases por una gasolinera y compruebes la presión de los neumáticos. Una presión baja de los mismos facilita los pinchazos y lleva a que el espacio de rodadura sobre el asfalto sea superior al contemplado durante el diseño de los mismos, produciendo una mayor resistencia y, por tanto, elevando los consumos. Circular con una presión inferior a 0,3 bares repercute en un aumento del consumo del 3 por ciento.
Tampoco te pases e hinches las gomas por encima de la presión recomendada, ya que aumentarás el riesgo de sufrir un reventón mientras circulas.
Ahorra combustible en marcha
Una vez comenzamos a circular, mantener una velocidad constante es esencial para ahorrar combustible. Mantener la distancia de seguridad disminuye los frenazos y nos permitirá levantar el pie del acelerador antes de vernos obligados a realizar una parada. Además, la inercia nos ayudará a que la siguiente aceleración sea mucho más suave. En este caso, el control de crucero (y más si es adaptativo) es un gran aliado.
Con la misma filosofía, muévete utilizando marchas largas y cambia de desarrollo lo antes posible. Si las condiciones del tráfico te lo permiten, no superes las 2.500 revoluciones a la hora de cambiar a una marcha más larga si cuentas con un gasolina y de las 2.000 revoluciones si estás al volante de un Diesel. Del mismo modo, aprovecha la inercia durante las bajadas y, así, podrás alargar el momento hasta que bajes relaciones en las subidas.
En cuanto al climatizador, mantenerlo a 24 grados y en un trabajo constante sin grandes exigencias también hará que consumamos menos combustible. Piensa que cuanto más aire, y más frío sea este, el consumo de combustible puede ser mayor y en la mayoría de las ocasiones no es necesario cuando nos movamos a temperaturas que no sean extremas.
Por último, en caso de realizar una parada, mantener el motor encendido durante más de 2 minutos encendido supone un gasto de combustible que sólo repercute en nuestro bolsillo, además de estar contaminando innecesariamente. Está demostrado que por encima de ese tiempo se gasta más que apagando el motor y volviéndolo a encender.
