El Toyota Auris Hybrid, en los "pies" de un conductor "antieficiente"

Me ha costado que nadie quiera hacer equipo conmigo cuando la cosa va de gastar lo mínimo. Pero este mes #EnRodaje con el Toyota Auris Hybrid no va de equipos.

Raúl Roncero. Twitter: @Rron0_autopista

El Toyota Auris Hybrid, en los "pies" de un conductor "antieficiente"
El Toyota Auris Hybrid, en los "pies" de un conductor "antieficiente"

Me han dejado que me luzca de los primeros. Porque lo reconozco. Tengo una manía, o dos.. o tres. Mis pies no reciben órdenes con progresividad, sino que lo hacen en modo On y Off. Así conduzco, especialmente cuando lo hago solo, y si cada vez vengo gastando menos con los coches que pruebo tan vez sea por esa cantidad de par que tienen desde vueltas no sólo los turbodiesel grandes y pequeños, sino también los nuevos gasolina, la gran mayoría, sobrealimentados... O como el Auris. Y me explico. En realidad su aportación híbrida eléctrica bien podrías considerarlo una alternativa real de esas turbinas aspirando y expirando aire a costa de girar a alta velocidad. La ventaja de que, cuando el motor de otros coches no trabaja a gusto el turbo no apoyo, pero ese "segundo" motor, el eléctrico del Toyota Auris híbrido, sí funciona, ¡y cómo! Pero vuelvo a lo mío.

Auris Hybrid al final del trabajo

Mis dos recorridos diarios son diametralmente opuestos, tanto en lo anímico, como en la mera circulación. A la tarde, acabada la jornada, más "encendido", con tráfico denso pero no en hora punta; ya aviso, la diferencia entre quien tiene cierta preocupación por coste de utilización y yo, no reside en la velocidad a la viajo, sino la rapidez a la que llego a esa velocidad. Lo que se va por una vía en consumo, lo compenso en sensaciones, porque, esto también lo reconozco, me sigue gustando conducir incluso cuando hacerlo implica dejarse llevar por el tráfico rodado. Hoy, al salir de la ciudad destino a casa, una llamada entrante en el bluetooth del coche no me dejó opción a pensar que era un día diferente. Repartes un 100 por cien por cien de concentración en la conducción, en la mía, con mi estilo de siempre; el "otro" 20 por ciento restante se ocupa en la llamada (nunca pierdo el 100 por cien de la concentración en la carretera, que conste), y a mitad de camino descubres que... en lo que concierne a la viveza del Toyota Auris Hybrid... resulta que no hay mayor noticia, me ha respondido como el tráfico me pide.

Fin de llamada... Vamos, me queda solo un tercio de recorrido. Un coche delante, y otro, y otro. Otro al lado. No hay vía de escape. En ese escenario doy tregua: el Auris Hybrid me ha ganado la partida y, de repente, me veo sin mi mano derecha apoyada en una palanca/interruptor que quiere suplantar la palanca de cambio. Poco sentido tiene usarla por las vías en las que me muevo —no es del todo cierto, si sabes "frenar" con su modo B, pero eso exige anticipación, y yo no valgo para eso—. Desvío, amplio bulevar con rotondas en zona urbana y, !voilá!, empiezo a sumar a pequeñas porciones de metros y metros en modo totalmente eléctrico, para llegar a casa con 6,0 l/100 km. No tiene que estar mal... pero te reconozco que es un dato que nuca miro. ¿Y si cambio el juego?¿Y si lo realmente fascinante es sacar al Toyota Auris Hybrid todo lo que él puede hacer por ti si le ayudas?. Mañana será otro día.

El híbrido de Toyota para llegar fresco

Pero no soy de cambiar de hábitos. Arranco a 2 grados sobre cero y, como siempre, doy tiempo a la climatización a que quite el hielo del cristal delantero, algo que, por cierto, el Auris Hybrid hace rapidísimo, tanto como aclimatar el interior. Él calienta también sus "tripas" con un ralentí un poco alto, que no molesto, que baja aproximadamente al minuto de haber arrancado. Nos vamos. Apenas a cien metros de salir, el Auris Hybrid "deja de ver", porque sus ojos, integrados en un módulo con los sensores tras el retrovisor se velan: el aire cliente aún no logrado quitar el hielo e impide calcular distancias para poder avisarte o frenar a tiempo ante riesgo de alcance, así que decide no jugársela e inhibe el sistema. Avisado estás.

Toyota Auris Hybrid sensores delanteros temporalmente no disponibles

No doy opción a que un congestionado tráfico me obligue a dar explicaciones en el trabajo, así que, directo a la autopista de peaje Radial 5. El tiempo me ha dejado claro que la velocidad se paga en puntos y dinero equivalentes a alguna que otra nómina, así que llevo tiempo clavando un "120" estricto.

Mi peaje es terreno fácil para este Auris Hybrid que, en ligeras pendientes, evita picos de consumo instantáneo ayudándose de esa milagrosa hibridación eléctrica que se alimenta de energía que hemos ido autogenerando sobre la marcha. Anda, pues esto no es tan aburrido. Ninguna noticia más hasta la hora de cruzar la barrera, único punto donde juego a la anticipación, comprobando con diferentes coches con qué antelación tengo que dejar de acelerar para cruzar el peaje a la velocidad "adecuada". Y el error de cálculo fue abismal: incluso dejando de pisar el acelerador antes de donde lo hago con muchos otros coches, hoy casi me como la barrera. Será su mínima fricción sobre el asfalto, o la escasa retención mecánica, otros de los pilares de su eficiencia, pero siguen cayendo décimas en un consumo medio que arranca en 9,8 l/100 km desde casa. De nuevo veo que mi consumo está como todos los registros anteriores de la pantalla, justo rozando los 5 litros.

Toyota Auris Hybrid consumo final

El último tramo, justo antes de entrar en la jungla urbana, ya ralentizado a más de dos kilómetros por un nuevo radar fijo, acaba por dejármelo claro: este Auris Hybrid me ha ganado la partida. He terminado viendo 5,5 litros de promedio. Me ha llevado a su terreno y ahora me dedico a coleccionar segundos en modo totalmente eléctrico.

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