4x4

Suzuki Jimny 1.5 DDis Hard Top Lujo

Los amantes del Suzuki Jimny tienen por fin la posibilidad de conseguirlo con un motor turbodiésel de 65 CV. Una opción muy esperada que si desde el punto de vista de las prestaciones no destaca especialmente, sí que lo hace desde el del agrado y la economía de uso, convirtiéndose en un producto muy a tener en cuenta como opción básica para iniciarse en la práctica del todo terreno.

Suzuki Jimny 1.5 DDis Hard Top Lujo
Suzuki Jimny 1.5 DDis Hard Top Lujo

Desde que en 1999 apareciera la variante con motor 1.3 de gasolina, los «Jimnyadictos» echaban en falta una variante Diesel, como ocurría con el simpático Samurai. Un producto que les proporcionara una herramienta de iniciación al todoterreno económica de mantener y con una curva de par más adecuada para afrontar sus aventuras 4x4. La respuesta de Suzuki no se ha hecho esperar, y ya está en el mercado el sucesor natural del Samurai que llega ahora al mercado a base de unir el bastidor del conocido Jimny, con un motor turbodiesel de pequeña cilindrada procedente del banco de motores de Renault. En concreto, este motor es el denominado K9K que utilizan los Renault Clio y Kangoo, que se caracteriza por su suavidad y agradable funcionamiento. Este cuatro cilindros ofrece 65 CV a 4.000 rpm y un par motor de 160 Nm a 2.000 rpm gracias a la utilización de una inyección directa de raíl común y un turbocompresor de pequeño calibre. Desde el punto de vista de las prestaciones, esta mecánica se ha quedado algo por debajo del Jimny de gasolina, ya que nuestra unidad de pruebas ha tardado 18,8 segundos en acelerar de 0 a 100 km/h y rozó los 40 segundos en la medición del kilómetro con salida parada, lo que no es ninguna maravilla. También hay que decir en su descargo que estaba «sangrante», y no dudamos que esas prestaciones mejorarán sensiblemente con una unidad más rodada. No obstante, lo que nos ha quedado muy claro es que este motor es la antítesis, en cuanto a forma de entregar la potencia, del motor de gasolina. Decimos esto, porque si aquél necesitaba superar las 4.000 rpm para encontrar buen empuje, en este motor la zona de óptimo funcionamiento es la comprendida entre 2.000 y 3.500 rpm, zona en la que su capacidad de recuperación es notable, y en la que el motor genera menos ruidos y vibraciones. Y los buenos todoterreneros saben muy bien que en campo vale más un motor elástico y con buen empuje a pocas revoluciones, que otro muy puntiagudo. El pequeño Suzuki disfruta de unas excelentes condiciones para realizar campo de nivel. Es cierto que el motor 1.5 turbodiesel ofrece una potencia limitada, pero su respuesta a bajo y medio régimen, la zona más utilizada en TT extremo, resulta muy satisfactoria y ayuda bastante en este tipo de situaciones. Además, sus mínimas dimensiones le permiten ofrecer unos excelentes ángulos de entrada y salida, así como un magnífico ángulo de cresta. De hecho, el coche ha superado con total solvencia incluso la cresta más puntiaguda de nuestro circuito con total facilidad.

El coche ofrece una superlativa movilidad y una enorme capacidad de maniobra en pasos angostos, mientras que el escaso peso del Jimny le permite «flotar » sobre el barro, convirtiéndolo en una de las mejores armas frente a este tipo de obstáculos.

Los pasos más complicados, que dejan al coche con dos ruedas en el aire no representan en la mayoría de los casos un problema serio de tracción, ya que aunque el coche no dispone de bloqueos de diferencial, podrá seguir avanzando a base de «ayudar» un poco con el freno de mano.

La única crítica que podría hacérsele al coche es el hecho de que la barra estabilizadora del tren delantero se encuentra ahora en una posición bastante más expuesta a los golpes que en la variante de gasolina, y es relativamente fácil golpearla cuando se circula por zonas muy pedregosas, ya que además no está nada protegida. Justo lo contrario que la admisión, que si bien no está situada a mucha altura, sí está bien estudiada y protegida y permite vadeos de cierto nivel.