4x4

Nissan Patrol 3.0 DDTi Wagon Luxury

Frente a la actual corriente de desnaturalización de los 4x4, Nissan apuesta justo por lo contrario con su muy campero Patrol; y aunque lo más evidente del nuevo modelo está en su revisado «look», lo mejor se encuentra dentro, con equipamientos que profundizan aún más en su condición de TT puro y duro.

Nissan Patrol 3.0 DDTi Wagon Luxury
Nissan Patrol 3.0 DDTi Wagon Luxury

Tras la aparición del nuevo Discovery 3 y la consiguiente desaparición del Discovery, pocos, muy pocos son ya los coches que pueden presumir de disfrutar del auténtico ADN 4x4. Y en este sentido, los más amantes del concepto TT podemos felicitarnos, y felicitar a Nissan, por la decisión que ha tomado al revisar a su máximo TT que, por cierto, pierde el apellido GR para pasar a llamarse exclusivamente Patrol. Para el observador, es evidente que lo primero que llama la atención del Patrol 2005 es precisamente su nueva imagen. En este sentido, los nuevos paragolpes, calandra y grupos ópticos delanteros, junto con los más prominentes aletines de los pasos de rueda y los grupos ópticos y paragolpes traseros rediseñados, consiguen actualizar la estética del coche. Una estética que en la variante Luxuri que analizamos, se completa con el protector de rueda de repuesto metálico. No obstante, todas estas operaciones de maquillaje no han conseguido variar sus líneas maestras ni su imagen general. Y esto, lejos de ser un reproche, debe entenderse como un piropo, porque el Patrol sigue disfrutando de una estética que rezuma fortaleza y que es uno de los detalles más apreciados por los clientes del modelo, ya que es toda una declaración de principios.

Algo similar ocurre cuando se accede a su interior. Todo es más o menos familiar, pero al tiempo se nota que algo cambia. Y es que en el Patrol 2005 el volante, aunque con un diseño similar al del anterior modelo, es de nueva factura. También el salpicadero presenta un diseño más actual y, sobre todo, más funcional. En este sentido lo primero que destaca es el rediseño de la parte superior y central, que trae aparejado el reposicionamiento de muchos de los elementos que soporta.

El cambio más evidente es la adopción de un nuevo receptáculo en la parte superior central, receptáculo que en las variantes altas de gama se utiliza para colocar la pantalla del navegador, y que en el resto de versiones «regala» a los ocupantes con un generoso espacio para depositar el teléfono móvil, la cartera, etcétera. Este detalle ha obligado también a reposicionar las salidas del sistema de aireación, que ahora permiten una mejor distribución del flujo de aire. Del mismo modo, hay que alabar la buena calidad de terminación y la apariencia de los materiales utilizados para forrar la zona habitable, zona que se distingue también por su excelente nivel de insonorización. Incluso pocos TT pueden presumir de ofrecer tanto detalle útil en su interior. Y es que el habitáculo del Patrol dispone de múltiples agarraderos que se agradecen sobremanera en una utilización campera con pasos complicados de fuertes inclinaciones, al tiempo que, en esta variante de carrocería larga, permite regular longitudinalmente la distancia de la segunda fila de asientos. Un detalle que le aporta versatilidad, ya que permite dar más espacio a las piernas de sus ocupantes, o a la zona de carga, en función de las necesidades. Y ya que hablamos de la zona de carga, la capacidad del maletero, con 785 litros, es enorme. Siempre, eso sí, que no se utilicen los asientos suplementarios que se ofrecen en esta variante de carrocería larga, con los que puede transportar sin problemas hasta siete pasajeros.

Por lo que se refiere a la ergonomía, es correcta en líneas generales, aunque algunos de los mandos están situados en lugares poco acertados. Nada que objetar a la instrumentación, que es clara y se lee bien, o al reglaje del volante y de los asientos, que permiten encontrar una posición de conducción más que razonable, o la mayoría de los mandos, que están allí donde por lógica van a buscarse. Pero existen otros elementos cuya colocación debería revisarse.

Entre estos está el botón para conectar o desconectar la estabilizadora trasera, que está situado en el cajetín dispuesto entre los asientos delanteros y sin luz de localización para cuando se rueda de noche, o los mandos de plegado/desplegado eléctrico de los retrovisores laterales y de regulación de dichos retrovisores, que se sitúa en la parte frontal izquierda del salpicadero, pero escondidos tras el mando de intermitencias. Salvando las enormes dimensiones del coche, que representan un problema en zonas muy angostas, y su enorme peso, que en unión con unos neumáticos muy de carretera limitan las posibilidades del modelo en barro, hay que decir que nos encontramos ante uno de los más auténticos TT del momento. Su robustez, gracias a su chasis de largueros y a sus ejes rígidos, es excelente y corre pareja con su simplicidad mecánica, que siempre es una virtud en uso muy campero. Dos detalles a los que hay que añadir además la excelente altura libre que presenta el coche sin trabajos adicionales sobre las suspensiones, y los buenos ángulos de ataque y salida. Incluso la admisión se encuentra bastante elevada y permite vadeos de cierta envergadura.
Si a lo que nos referimos es a la transmisión, sus reductoras son excelentes. Muy cortas de desarrollos, resultan una ayuda inestimable para extraer al motor todo su potencial en todoterreno extremo.