4x4

Nissan Pathfinder SE 3.3 V6

La última evolución del Pathfinder mantiene el motor V6 3.3 de 150 CV, pero incorpora un eficaz sistema de transmisión que mejora el comportamiento en condiciones adversas. Además, recibe algunas modificaciones estéticas que rejuvenecen su imagen.

Nissan Pathfinder SE 3.3 V6
Nissan Pathfinder SE 3.3 V6

Bien es cierto que el propulsor V6 de 3,3 litros se queda bastante escaso de potencia, pero la combinación de este motor con una caja automática favorece la suavidad de marcha. Además, su particular arquitectura de bastidor autoportante con refuerzos y el esquema de suspensiones con sistema McPherson en el tren delantero y eje rígido con sistema de guiado multibrazo facilita una conducción muy eficaz en carretera, con una apreciable precisión de dirección que permite mantener la trayectoria deseada con facilidad. Las suspensiones presentan un tarado firme, que evita oscilaciones notables de la carrocería en carretera, pero también disponen de suficiente recorrido como para poder afrontar obstáculos sin muchos problemas cuando se circula por el campo. Aparte de la estética, la novedad más importante que incorpora el Pathfinder es el sistema de tracción, denominado Nissan All-mode 4WD. Éste permite al conductor escoger entre tres diferentes modalidades de funcionamiento: propulsión posterior, tracción total con el diferencial bloqueado en marchas largas o cortas más un sistema de paso automático entre los dos modos anteriores. La elección del tipo de tracción se realiza de forma muy sencilla, mediante un mando eléctrico giratorio situado en la consola central que elimina la necesidad de instalar palancas adicionales en el túnel de la transmisión. Cuando se circula en modo automático, el sistema entrega la potencia a las ruedas posteriores en condiciones normales, pero, cuando detecta pérdidas de motricidad, reparte la energía entre los trenes delantero y trasero para mejorar la capacidad de tracción sin necesidad de que el conductor tenga que intervenir en ningún mando. La distribución de la tracción puede llegar al cien por cien a cualquiera de los dos ejes en caso de necesidad. Aunque la llegada del par no es lo suficientemente rápida como para estabilizar una situación muy comprometida, lo cierto es que neutraliza el comportamiento cuando nos encontramos sobre pistas con firme resbaladizo y abordamos una curva cerrada con decisión. El cambio automático de cuatro relaciones con overdrive dispone de tres programas de funcionamiento: normal, conducción deportiva o hielo. En el segundo caso permite apurar las velocidades hasta que la aguja del cuentavueltas llega a la zona roja, mientras que, en conducción sobre suelos deslizantes, el tercer programa permite que los cambios de marcha se realicen con suavidad y apenas se superen las 2.500 rpm. Cuando se circula suavemente y de manera más o menos uniforme, no presenta la más mínima complicación: los saltos de marcha se realizan de forma suave y escalonada. Sin embargo, si se decide practicar una conducción a un ritmo más vivo, el cambio resulta bastante lento y brusco. Además, el dispositivo kick down interviene con demasiada frecuencia para poder mantener el ritmo requerido por el conductor. Mediante el pulsador que desconecta el overdrive, situado en el propio pomo de la palanca del cambio, se pueden efectuar reducciones o bien bloquear el cambio en tercera velocidad para descender un puerto de montaña o afrontar un tramo virado. Lógicamente, estas características, unidas al peso del conjunto, repercuten negativamente en el consumo de combustible, pues, por mucho cuidado que se tenga con el pie derecho, resulta difícil bajar de los 15 ó 16 litros a los 100 kilómetros, una cifra excesivamente elevada para el nivel de prestaciones que logra.