Claro que en este excelente rendimiento tiene también mucho que ver la nueva caja de cambios manual de seis velocidades. Las cinco primeras relaciones son cortísimas y están bastante cerradas entre sí, mientras que la sexta es algo más larga y está concebida como una marcha de desahogo y bajo consumo en carretera. Esta característica, no obstante, no la impide permitir al coche alcanzar su velocidad máxima de 175 km/h en sexta con enorme facilidad.Los buenos medios del motor, junto con este cerrado escalonamiento, hacen que resulte muy sencillo rodar en las marchas más largas, ya que la capacidad de recuperación será siempre grande al encontrarse el motor casi siempre en el entorno de las 2.000 pm, que es el más pleno de fuerza. Y esto se agradece en ciudad y carreteras de trazado sinuoso, ya que no obliga al conductor a recurrir con demasiada frecuencia a la palanca del cambio, viendo así potenciado su confort de conducción. Siguiendo con la transmisión, este Cherokee utilizaba el conocido sistema Command Track. Esto quiere decir que podemos rodar sólo en propulsión trasera, lo que representa una ventaja a la hora de ahorrar combustible al tener que arrastrar menos elementos de transmisión, pero resulta un inconveniente si deseamos rodar en modo 4x4 por asfalto o firmes con gran adherencia, porque no dispone de diferencial central. Tan sólo cuando el agarre esté seriamente comprometido por agua, nieve o hielo, podremos hacer uso de ese modo 4WD.En este último modo, el reparto de par es de un 48% para las ruedas delanteras y de un 52% para las traseras. Una característica que determina en cierta medida el comportamiento del coche. Si en el modo 4x2 resulta sobrevirador, en especial sobre superficies deslizantes, ya que tiene el comportamiento típico de un propulsión trasera, en el modo 4WD y debido a ese comentado reparto de par, sigue siendo el eje trasero el que manda, aunque ciertamente en mucha menor medida.Sobre pista de grava hay que ser conscientes también de que el coche pesa casi dos toneladas (1.992 kg según nuestra báscula) y las inercias son importantes. También en pista debemos contar con unas suspensiones delanteras que elevan poco el coche del suelo, lo que provoca algún golpe en los bajos si tomamos un bache a buena velocidad.No obstante y en conjunto, este Cherokee supone un importante avance y podemos afirmar sin temor a equivocarnos que la llegada de la nueva motorización lo a situado en una posición comercial mucho más favorable. Y es que a la enorme ganancia en agrado y prestaciones que ha traído aparejado el nuevo motor, hay que añadir la reestructuración en sus precios. Ciertamente la cantidad a pagar apenas varía, pero a cambio disfrutamos de más motor y también más equipamiento. O, dicho de otro modo, pagamos casi lo mismo que antes, pero ahora nos dan más. Pese a su espectacular imagen, el Jeep Cherokee 2.8 CRD Renegade, por lo que se refiere a capacidades «off road», sigue siendo el mismo coche de siempre. No obstante, debemos reconocer que, bien conducido, puede pasar por zonas de dificultad relativamente alta. Frente a grandes dificultades el Jeep cuenta a su favor con unas reductoras muy cortas, lo que por un lado le facilita las cosas a la hora de abordar subidas o bajadas con gran ángulo de inclinación y, por otro, le permite rodar a muy baja velocidad sin calarse. No obstante, el coche no dispone de bloqueo en el diferencial trasero, y eso representa un problema en los fuertes cruces de puentes en los que el coche pierde contacto con el suelo en dos de sus ruedas, ya que se queda parado por falta de tracción. Es cierto que por inercia acaba pasando, pero esta forma de superar los obstáculos, en según que situaciones, puede resultar poco recomendable por la posibilidad de vuelco, o por la del golpeo de sus bajos que, por otro lado, tampoco están especialmente bien protegidos. La poca altura libre es otra pega a la hora de abordar crestas. De hecho, el coche tocaba con sus bajos ya en la primera cresta de nuestro circuito. A la hora de afrontar vadeos hay que hacerlo también con cierta precaución, ya que la toma de admisión esta colocada a sólo 76 cm de altura, lo que no es mucho.Esta nueva versión del Cherokee presenta más que unos simples retoques estéticos, y aunque por imagen puede pasar por un todo terreno de pura cepa, por sus cotas todo terreno hay que catalogarlo mejor como un SUV.La mecánica empleada es de nueva factura, al igual que su caja de cambios manual, que en esta ocasión es de seis velocidades. Los desarrollos escogidos están muy bien escalonados. Incluso en sexta velocidad se puede llegar prácticamente al corte de bomba, que se sitúa cerca de las 4.000 rpm. El manejo de su palanca es correcto, aunque con los recorridos ligeramente largos. Si hablamos de su propulsor, los 160 CV que ha dado en nuestro banco, generan unas prestaciones realmente buenas, y más si contamos que si bien él turbo empieza a soplar con contundencia a partir de las dos mil revoluciones, el coche ofrece unos bajos excelentes. En este caso los consumos de combustible son muy buenos a pesar de lo corto de los desarrollos de cambio escogidos.
Jeep Cherokee 2.8 CRD Renegade
La llegada del motor 2.8 turbodiesel Common Rail con 163 CV ha aportado un plus de representación al Cherokee y un notable incremento en sus prestaciones. A estos dos detalles la variante Renegade añade un estética revisada para aumentar su carácter aventurero, retomando formas muy arraigadas en Jeep.
