De todos los vehículos con capacidades de todo terreno que se venden, pocos, muy pocos huelen a tierra alguna vez en su vida; y si lo hacen, escaso es el número de conductores que arriesgan la integridad física del vehículo haciéndolo pasar por intrincados vericuetos y abruptos entornos. Esto es de sobra conocido por los fabricantes, que, como es lógico, tratan de satisfacer las necesidades de la gran mayoría de sus posibles clientes sin perder de vista el dotar a su producto de la mayor simplicidad posible, en aras de lograr un más significativo beneficio económico. Ésta bien pudiera ser la razón por la que cada día son más, y el Santa Fe no es una excepción, los TT que carecen de grupo reductor en la transmisión, elemento casi imprescindible para una actividad extrema en campo. Enmarcado en este grupo, el nuevo Hyundai se conforma con un diferencial viscoso intermedio con reparto de par básico del 60 por ciento para el tren delantero y 40 para el trasero, distribución que varía en función de las momentáneas necesidades, según las pérdidas de adherencia de las ruedas. Con todo, en el tren trasero, el Santa Fe incluye un diferencial autoblocante, capaz de traspasar el movimiento a la rueda que posee mayor adherencia de las dos. Esta configuración de transmisión le permite pasar ya por buen número de lugares donde el sufrido propietario que ha desembolsado cuatro millones de pesetas sufre un encogimiento de corazón pensando en lo que le está haciendo a su coche. Hyundai inaugura su presencia en el mundo del todo terreno con este Santa Fe que, curiosamente, retoma un aire estilístico similar al del Hyundai Coupé —de orientación “biodiseño"— tras los dos ejemplos de nueva tendencia, Accent y Elantra, de rudos trazos rectos y cortantes aristas. Por lo visto en la calle, parece que el Santa Fe ha calado bien entre la gente, pues no son pocos los que tuercen la cabeza a su paso. Su diseño exterior se traslada ligeramente al interior, con un salpicadero cercano en ciertos puntos a la estética Alien —la película— donde la vida aparece bajo formas insospechadas. Por cierto, que las protuberancias existentes en la parte superior del recubrimiento interior de la puerta que acogen a una de las rejillas de ventilación pueden golpear la mano del conductor al bajarse del coche si no está muy atento. La distribución de mandos es racional, aunque la regulación interior de faros, situada tras la palanca de cambios, está muy alejada de lo que la mayoría de las marcas considera normal.
Hyundai Santa Fe 2.0 CRDI GLS
Con el Santa Fe, la marca surcoreana sorprende con su producto más internacional sobre todo en cuanto a su calidad. Amplio, confortable, con razonable capacidad para conducción todo terreno y un motor de buen rendimiento, el Santa Fe responde a la perfección a los típicos requerimientos exigidos para los actuales TT de moderna generación.
