La ruta comienza en Teruel, en el punto kilométrico 121 de la carretera nacional N-234 en dirección a Zaragoza. Seguimos la N-234 hasta el kilómetro 126 para coger una pista, a la izquierda, estrecha y de buen firme que se interna por una llanura cubierta de campos de labor. La pista sigue inicialmente en paralelo el trazado de la carretera pasando junto a un monumento erigido por la CNT (casilla 4). En muchos tramos la parte central de la pista está cubierta de espigas que pueden tapar las celdillas del radiador, por lo que es conveniente controlar la temperatura.
En el cruce de la casilla 7 nos desviamos hacia la izquierda para seguir una pista más ancha que continua entre campos de labor. En el siguiente cruce nos juntamos con otra más ancha que avanza en alto sobre el Embalse del Arquillo de San Blas, abajo a la izquierda. Pasamos junto a Caniñigo, una granja grande con su propia ermita, para seguir un recorrido sencillo, a través de una pista de buen firme, que nos lleva hasta la carretera A-1512, junto a la venta de Follante.
La pista continúa al otro lado del asfalto, sigue entre campos de labor. El firme pedregoso e irregular mejora y un corto tramo nos lleva a cruzar otra carretera, la TE-V-9011. Tras el cruce, seguimos una pista estrecha de buen firme con algunos baches y tramos pedregosos. La pista avanza por un terreno en el que se alternan zonas agrestes de monte bajo, pobladas de arbustos, y zonas cultivadas. Algunos tramos machacados por rodadas obligan a levantar el pie.
Comenzamos a subir, circulando en alto, adentrándonos por las estribaciones de la Sierra de Albarracín. Atravesamos un paisaje agreste dominado por encinas y chaparros disfrutando de bonitas panorámicas sobre una sucesión de barrancos a la izquierda de la pista. El firme empeora, es estrecho, pedregoso y está surcado por rajas. Algunos pasos de roca en forma de escalones obligan a ralentizar la marcha. Una bajada incómoda, aunque no complicada, nos lleva a circular por una dehesa salpicada de pinos y encinas.
Un tramo entre campos de labor, siguiendo junto al cauce cultivado de la Rambla las dos Carrascas, nos acerca hasta las inmediaciones de un enorme caserío, la Masía Alta (casilla 24). Poco antes de llegar a la construcciones de la masía, nos desviamos hacia la izquierda siguiendo una pista algo pedregosa y nada complicada. Una suave bajada rodeada por un paisaje agreste de pinos y arbustos, en el que se alternan algunos pequeños sembrados, nos lleva a cruzar el Barranco de la Puta.
A continuación iniciamos una subida por la ladera para circular por la cuerda compartida con el barranco del Serón. A partir de la casilla 30 la pista se estrecha y una bajada pedregosa a través de un terreno agreste nos lleva a cruzar la Rambla-barranco de las Caleras. En las inmediaciones de la Masía de Toyuela (casilla 32) accedemos a una pista ancha de buen firme que avanza entre pinos para acercarnos hasta una carretera.
Tras cruzar el asfalto la pista continua internándose por un terreno agreste entre encinas y dehesas. El firme, más estrecho y pedregoso, no ofrece dificultad. Más adelante la pista circula por un pequeño alto junto a una valla de alambre, ofreciéndonos bonitas vistas sobre la rambla de las Pepillas. El camino serpentea entre encinas y arbustos acercándose y alejándose de la valla que queda a la derecha. En la casilla 39 iniciamos una subida bordeando el cerro Travesado y el cerro de las Hoyas. Un continuo y suave ascenso por un terreno en el que se alternan campos de labor, arbustos y rala hierba sin árboles grandes nos acerca hasta la carretera A-1511, en las afueras de Pozondón.
Seguimos la A-1511, bordeando el pueblo, hasta llegar al desvío que lleva hacia Rodena. Lo seguimos hasta el cercano cementerio donde cogemos una pista ancha que avanza entre campos de labor hacia la Ermita de los Santos de la Piedra.
Pronto dejamos atrás los cultivos, internándonos por una zona agreste de dehesa cubierta de arbustos. El firme es pedregoso y algo incómodo. En la casilla 48 iniciamos una suave subida en dirección a la ermita, cuya silueta se distingue en lo alto del monte Piedra. La pista es ancha, pero el firme de piedra la hace incómoda.
Avanzamos por un terreno rocoso cubierto de chaparros. Coronamos junto al desvío que lleva a la ermita y comenzamos a bajar a través de una pista, más estrecha e igualmente pedregosa, que ofrece atractivas panorámicas. El tono claro del firme destaca sobre un paisaje rocoso cubierto por extensas manchas verdes formadas por pequeños arbustos. A unos dos kilómetros de la casilla 51 pasamos junto a la Hoya del Alto de la Casilla, una gran depresión de forma cónica.
Superamos algunos pasos pedregosos para circular, entre las casillas 53 y 54, por el límite que separa las comunidades autónomas de Aragón y Castilla la Mancha. A partir de aquí la pista mejora. El firme ancho, liso y deslizante avanza entre campos de labor, profundas cunetas a ambos lados aconsejan circular precaución. Un recorrido rápido y cómodo nos lleva hasta la carretera CM-2112 a la altura de Tordesilos. Seguimos la carretera, cruzando Tordesilos, para seguir la última calle en las afueras, una subida que bordea las últimas casas del pueblo. Al llegar a un depósito de agua giramos a la derecha, para coger una pista que sale junto a unas tainas. El nuevo tramo, algo irregular, avanza por la cañada de la Hoz entre campos de labor. El tono claro del firme empedrado destaca entre el verde de los cultivos. La pista mejora pronto, más ancha y con gravilla, internándose por una zona de suaves lomas en la que se alternan zonas agrestes, campos cultivados y pequeñas construcciones rurales. Un cómodo y fácil recorrido nos lleva hasta la estrecha carretera que comunica Tordellego con Setiles.Recorremos medio kilómetro por asfalto para acceder a una pista en subida. La velocidad, según una señal de tráfico, está limitada a 40 km/h. El ascenso nos lleva a circular por el interior de un pequeño valle. En el paisaje se alternan cultivos con zonas agrestes. En un punto se ve claramente un cambio de color del firme de la pista, de blanco a marrón. Con la vista de las parideras de Carralpobo, situadas en lo alto de un monte, iniciamos un tramo con un cierto grado de complicación. Una corta bajada con el firme de la pista bastante roto nos lleva a circular por unas estrechas gargantas cubiertas de cultivos. El trazado de la pista casi desaparece, al estar el firme cubierto por espigas.Es un tramo corto, inferior a un kilómetro, que nos acerca hasta una pista más marcada (casilla 70). La nueva pista avanza por el cañón de la Rambla de Bronchalejos. En el siguiente cruce la pista mejora. Es ancha y lisa y sigue junto al cauce del Río Gallo, un pequeño valle cubierto de campos de labor en este tramo. En la casilla 76 nos desviamos hacia la izquierda siguiendo una excelente pista que tras una corta subida comienza a bajar para superar el cauce del Río Gallo. Tras un corto recorrido por un firme irregular la pista mejora. Avanzamos por una llanura elevada cubierta de campos de labor. A la derecha destaca una muralla rocosa, la ladera del cañón del río. Un último y cómodo tramo a través de una pista excelente nos acerca a Chera, situado en medio de una frondosa arboleda.
En las afueras del pueblo, sin entrar en el asfalto, seguimos una pista que circula paralela a un arroyo entre campos de labor. Comienza con un tramo «selvático» (firme cubierto de espigas) de algo menos de un kilómetro seguido de otro de pista «normal» que termina en una estrecha carretera. Un corto tramo de asfalto nos acerca hasta una pista de firme empedrado que se adentra entre cultivos. Pronto comienza a circular por la Rambla de Piqueras, un pequeño valle íntegramente cultivado. Cruzamos sendas carreteras acercándonos al cauce del río.
Tras cruzar unas cortas gargantas y atravesar una extensa alameda llegamos a Pradillo. El campanario de la iglesia del pueblo destaca en lo alto, tras unas rocas. Salimos del pueblo siguiendo una pista que avanza inicialmente junto a la alameda para adentrarse por el Barranco de la Fontezuela. El firme, compacto, algo pedregoso y surcado por numerosas rajas, está flanqueado por sendas vallas de alambre. A ambos lados se suceden campos de labor, que pronto son sustituidos por dehesas y zonas de monte bajo. En el terreno abundan encinas y arbustos y se ven algunas tainas. Un último tramo, junto a una arboleda, nos acerca hasta Castilnovo.
Justo a la entrada del pueblo giramos hacia la izquierda, para recorrer el último tramo de pista, un corto recorrido por el valle del Río Gallo, que nos lleva hasta la estrecha carretera que une Castilnovo con Molina de Aragón. Dos kilómetros y medio hacia la izquierda nos dejan en la entrada de la ciudad, final de ruta.
— Qué ver en Molina de Aragón