Volvo continúa inmersa en la profunda renovación de su gama de automóviles. Ahora, se adentra en un nuevo segmento, el de los SUV medios o “pequeños” con el nuevo XC40, que viene pisando fuerte con la vitola del recién logrado premio de Coche del Año en Europa 2018. La competencia a la que se enfrente es amplia, con los Range Rover Evoque, Audi Q3, Mercedes GLA, Jaguar E-Pace y BMW X1 como buenos y contrastados rivales. En esta comparativa, enfrentamos al nuevo SUV sueco frente al X1, ambos con motor Diesel de cuatro cilindros de 190 CV y tracción total.
Obligado por un nuevo X2, BMW seguro que tardará poco en mover ficha en el X1 para dotarlo de los últimos “gadgets”. De acuerdo a las tablas de prestaciones que acompañan a este artículo, podrás comprobar que el BMW X1 barre en aceleraciones y consumos al Volvo XC40. Pero no me llaman tanto la atención los excepcionales valores del X1 como las modestas cifras obtenidas por el XC40 D4, así que toca ir analizando más detenidamente punto a punto, empezando por los kilos. Volvo estrena en el XC40 una plataforma diferente a la de sus hermanos mayores que entre sus virtudes no parece estar la ligereza. Mientras que entre un X1 y un X3, a igualdad de motor y transmisión, hay 216 kilos de diferencia en el peso (203 kg entre un Q3 y un Q5), entre un XC40 y XC60 apenas les separa 125 kilos. A cambio, la denominada arquitectura CMA de Volvo se siente rígida como una roca, tiene absoluta flexibilidad para actualizar futuras actualizaciones electrónicas y, todo sea dicho, el coche en sí tiene calidad y presencia excepcionales, y la versión R-Desing probada venía equipada hasta la médula. Aunque lo parezca, no es más grande que el X1, pero sí tiene más superficie frontal y, a velocidades de autopista, su resistencia al avance es claramente mayor, factor que incide directamente en el consumo de combustible, siendo además más lineal el del X1 cuando se aviva el ritmo. Pero hablar de este aspecto supone integrar a los motores en la jugada, y más que eso, poder hacerlo intercambiando el volante entre uno y otro coche.
PRESTACIONES | BMW X1 20d xDrive Auto | Volvo XC40 D4 AWD Auto R-Design |
Acel. 0-100 km/h | 7,81 s | 9,14 s |
Acel. 0-1000 metros | 29,0 s | 30,5 s |
Sonoridad 100 km/h | 69,4 dBA | 66,6 dBA |
Sonoridad 120 km/h | 71,5 dBA | 68 dBA |
Frenada desde 140 km/h | 73,7 m | 71,43 m |
Peso en báscula | 1.702 kg | 1.803 kg |
Porque cifras al margen, el Diesel D4 del Volvo XC40 es un motor de excelente tacto. Vibra y suena muy poco —ahí destaca frente al X1— y en la realidad del tráfico no carece de energía. Si te dejas llevar, puedes circular a punta de gas con absoluta despreocupación de caer en un bache de rendimiento, responde bastante rápido y tiene poderosos medios. No es poco, pero no lo suficiente cuando el rival es el motor de dos litros del X1. Misma inmediatez desde bajas vueltas, pero más consistencia en medios y progresión efectiva hasta bien metido en las cinco mil revoluciones, donde llega pletórico de energía. Si llevas hasta ahí el D4 sueco, pierdes más de lo que ganas. Y es que, pese a la igualdad de potencia y par oficial son motores de talante diferente, y si toca tirar de cuestiones no mesurables, el de BMW se distingue por una cualidad indiscutible: sus sensaciones. No hay otro turbodiésel que pueda satisfacer por igual al conductor deportivo y al más rutero turístico, a quien el D4, junto con su más suave transmisión automática, seguro que le parecerá un motor de primera línea. En resumidas cuentas, el X1 te ofrece kilómetros llenos de vigor mecánico, mayor "conexión" hombre-máquina y menor coste de uso.
CONSUMOS | BMW X1 20d xDrive Auto | Volvo XC40 D4 AWD Auto R-Design |
Consumo en ciudad | 7,2 l/100 km | 7,7 l/100 km |
Consumo en carretera | 5,5 l/100 km | 5,8 l/100 km |
Consumo medio | 6,2 l/100 km | 6,6 l/100 km |
Volvo XC40 y BMW X1: cuestión de detalles
Pero a veces no todo se mide en tiempo, litros o velocidad de paso por curva. Sin destacar en la categoría, este Volvo XC40 es uno de esos coches que yo querría tener en casa. Me agrada enormemente conducirlo, está hecho de cine, me parece diferente al resto y me aporta una altísima sensación de seguridad; son otro tipo de sensaciones que logran que un coche enganche. Pero analizar sus chasis nos lleva a una situación equivalente a la de sus motores: siendo ambos coches extraordinarios, hay más que matices. Volvo afina el acabado R-Design con la amortiguación deportiva de serie y, en esta unidad, con la pilotada Four-C, con un muy equilibrado ajuste básico y un extremo al límite de resultar seca en carreteras en mal estado. Nota más su motor los kilos que el chasis, porque este XC40 pisa con mucho rigor y sientes en todo momento por dónde llevas el eje delantero gracias a una dirección menos asistida de lo que suele ser habitual en Volvo. No balancea en exceso y aún cuando su zaga no ayuda a redondear el giro, el XC40 cambia con bastante rapidez de dirección, ofreciendo en todo momento un comportamiento de actitud natural, muy de tracción delantera, tren que marca los límites antes de que lo haga una electrónica muy suave, pero más intrusiva que la del X1. Y es que, en parte, te sientes en cierto modo sobreprotegido a bordo del coche sueco: con cierta frecuencia sus sistema de frenada de emergencia han actuado, aparentemente, de forma algo precipitada. Seguridad manda, y la facilidad de conducción de este Volvo viene “de serie".
ESPACIO | BMW X1 20d xDrive Auto | Volvo XC40 D4 AWD Auto R-Design |
Anchura delantera | 141 cm | 144 cm |
Anchura trasera | 142 cm | 141 cm |
Altura delantera | 93/100 cm | 88/96 cm |
Altura trasera | 95 cm | 93 cm |
Espacio para piernas | 60 13 cm | 73 cm |
Maletero | 400/495 litros | 415 litros |
Conducido ya el X2, parece claro que el BMW X1 puede ser todavía mejor de lo que ya es en carretera. Me gustaría una dirección algo más asistida en determinadas situaciones, o que su punto central no tuviera un modo “latente” de asistencia en carretera, pero el X1 puede seguir presumiendo de ser el GTi de entre los SUV de su especie. El tren delantero tiene un límite muy superior al rival, redondea giros con mucha naturalidad, frena estable en apoyo y, pese a su agilidad, no satura. Su puesta a punto es excepcional, pero también te regala kilómetros con gran aplomo a alta velocidad y una calidad de bacheo ligeramente superior a la del rival, especialmente fuera del asfalto: al menos con la suspensión Four-C, el XC40 resulta incómodo en cualquiera de sus posibles perfiles de conducción. Vence BMW por dinámica, pero Volvo convence, y de qué manera, dejando un especial regusto.
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