La apuesta de fabricar un coche con las características técnicas que tiene este Lupo tan especial era bastante arriesgada. Para empezar, conseguir una reducción tan espectacular de consumo y emisiones contaminantes requiere el empleo de una, no menos espectacular, tecnología que permita el uso de todo tipo de materiales que no es nada habitual en un automóvil destinado a su fabricación en serie. Tampoco podemos olvidar que, si se quiere vender aunque sean pocas unidades, el precio final debe ser en buena medida asequible, algo que suele chocar de frente con el empleo de materiales sofisticados. Pero Volkswagen lanzó esta reto y, al menos, ha cumplido su palabra de fabricar un coche de serie con un consumo homologado de menos de 3 litros. Para poder cumplir con su objetivo, la marca alemana ha empleado todo su amplio arsenal de tecnología aplicada al automóvil. Para conseguir reducir el consumo de combustible, hay que trabajar en varios puntos a la vez. El primero de ellos es el peso; cuanto menos peso, menos energía se necesita para moverse, así que… manos a la obra. El empleo de materiales ligeros resulta todo un prodigio de ingenieria. Así, entre otras cosas, las puertas, el capó delantero, el portón trasero y las aletas del coche están realizados en aluminio. De este mismo material se componen los amortiguadores, los trapecios de la suspensión, el sub-chasis, las pinzas de los frenos delanteros y los tambores traseros. Además, el interior del portón y el volante están fabricados con buenas cantidades de magnesio. Todo este profuso empleo de materiales ligeros supone una rebaja de más de 150 kg con respecto a un Lupo convencional, lo que ya de por sí sería capaz de rebajar en un buen porcentaje el consumo de combustible. A la hora de rebajar el peso, los ingenieros de la marca no han escatimado en ningún apartado, porque en este aspecto hay que tener en cuenta que, al igual que sucede con las dietas -que la única comida que no engorda es la que se queda en el plato-, a la hora de gastar combustible, cuanto menos peso haya que mover, menos energía se necesita. Así, nada de elevalunas eléctricos o cierre centralizado -que con sus pequeños motores roban energía y, por consiguiente, aumentan el consumo-; la servodirección también está dentro de la lista de los elementos prohibidos por su afán de robar energía y tener la poca vergüenza de pesar; del aire acondicionado ni hablamos -sería como invitar a una persona a dieta a una buena ración de pasteles de nata- y, además, sólo está homologado para cuatro plazas -menos ocupantes, menos peso-. La rueda de repuesto ocupa, pesa y prácticamente no se emplea; la solución es bien sencilla: se suprime y se pone en su lugar un kit de reparación de pinchazos. Todo sea por el medio ambiente. Sin embargo, hay algunos datos curiosos que se contradicen en cierta medida con esta reducción de elementos, teóricamente superfluos, como la presencia del cenicero con mechero, el radio-cassette y sus correspondientes altavoces, o dos enormes posavasos en su consola central. Para conseguir una rebaja mayor del combustible, tampoco hay que olvidar el apartado de la aerodinámica; y en este aspecto también se ha trabajado de forma eficaz. Así, se han realizado unos paragolpes de nueva factura con el spoiler delantero integrado, se han enrasado los faros y el parabrisas y se ha rediseñado la rejilla del capó, así como las canalizaciones necesarias para llevar el aire al motor. Para reducir aún más la resistencia aerodinámica, de serie se cuenta con unos neumáticos de baja fricción. Con todo ello se consigue que el coche se mueva con mayor velocidad, sin aumentar el gasto de combustible. El motor es también un aspecto importante a tener en cuenta cuando estamos necesitados de ajustar en lo más posible el consumo. Bajo el capó delantero se encuentra básicamente el famoso motor 1.9 TDi de la marca, sólo que para esta ocasión se ha suprimido un cilindro y se ha disminuido el diámetro de los que quedan. El empleo de la tecnología de inyector-bomba que aplicó la marca en su Passat recientemente, así como la presencia del turbocompresor de geometría variable y el intercooler, hacen que este pequeño motor de tan sólo tres cilindros ofrezca una potencia máxima de 61 CV. La verdad es que esta breve ficha técnica desanima en un principio, sobre todo si nos gusta realizar una conducción más bien rápida. Craso error. El Lupo 3L es un coche sumamente rápido, permite viajar manteniendo una velocidad de crucero más bien elevada e, incluso, se puede dar el gusto de superar en muchos casos a vehículos de mayor cilindrada y potencia, sin tener que realizar por ello un consumo desmedido de combustible.
Volkswagen Lupo 1.2 TDI 3L
Tecnológicamente hablando, el Lupo 3L es uno de los automóviles más avanzados que se han fabricado en serie en los últimos años. Aluminio, magnesio, plásticos de nueva generación, estudiada aerodinámica… En definitiva, todo un compendio de elementos destinados a hacer de él uno de los automóviles que cuentan con un consumo verdaderamente reducido.
