En el apartado de bastidor esta versión viene equipada con el tren de rodaje deportivo, algo más bajo de altura y con tarados de muelle y amortiguador más firmes. Personalmente nos parece que esta suspensión es la que deberían llevar todas las versiones de Golf y una opción absolutamente recomendable para las que no la llevan. No resulta dura, ni incomoda en ningún caso, anula los incómodos cabeceos que padecen las versiones más modestas y proporciona una precisión de trayectoria y unos apoyos excepcionales. Las llantas BBS, de serie para este acabado GTi, con neumáticos de 205 de sección y perfil 55 redondean un conjunto que vuelve a rayar en la perfección. Hacía mucho tiempo que no probábamos un Golf que ofreciera un comportamiento como este. La sensación de confianza que transmite es altísima. Las trayectorias pueden afrontarse con precisión milimétrica y el subviraje no resulta recalcitrante como en otros modelos. De hecho, con el ESP desconectado -también de serie en esta versión-, el chasis responde perfectamente a las transferencias de masas y resulta muy fácil ayudarnos con el deslizamiento del tren trasero para meter el coche en la trayectoria. La abundancia de par que deben absorber las ruedas delanteras está perfectamente gestionada por un ASR –éste, no desconectable- del que como piropo podemos decir lo mismo que con los buenos árbitros; pasa desapercibido. Sólo en curvas lentas y con firme deslizante el conductor percibe con claridad la actuación del sistema. Bien equipado, extraordinariamente rápido y con un grado de comodidad bastante elevado tan sólo cabe hacer un reproche a esta versión. Se trata de sus consumos. Si bien es cierto que en nuestros recorridos habituales las cifras resultan francamente brillantes, no es menos cierto que tales cifras son muy sensibles al tipo de conducción realizada. Por poner un ejemplo en conducción deportiva por puertos de montaña resulta relativamente fácil alcanzar y superar la cifra de los diez litros cada 100 kilómetros. Lo mismo podemos decir si, en autovía, nos empeñamos en mantener cruceros superiores a 160 km/h, circunstancia en la que resulta normal encontrarnos con cifras de entre 8,5 y 9,5 l/100 km. Si estas cifras en proporción a las cualidades dinámicas siguen siendo excelentes, sin duda, no por ello hay que dejar de decir que los valores de entre cuatro y cinco litros cada 100 kilómetros tan sólo se mantienen practicando una conducción de claro corte turístico. Por lo demás, existen pocos aspectos dignos de una critica razonable en esta, sin duda, lograda versión del VW Golf.
Volkswagen Golf TDI 150 CV GTi
Desde los 90 CV iniciales que empezó rindiendo este cuatro cilindros de menos de 1,9 litros, vamos ya por los 150 CV que anuncia esta ultima versión equipada con inyector-bomba. Es, de momento, el cuatro cilindros Diesel de menos de 2 litros más potente de la producción mundial.
